Cuando nos comunican o vemos que nuestro hijo pega a los demás niños, lo primero que pensamos es que no puede ser que nuestro peque sea agresivo, con esta actitud no favorecemos la solución del problema. Algunos expertos señalan que en la mayoría de los casos, solo se trata de etapas que desaparecen con la edad si les ponemos remedio, pero si los padres no lo hacemos esto puede llegar a convertirse en un problema más serio.
Entre los motivos que pueden dar lugar a ello, podemos destacar el que el niño tenga un fuerte carácter, que manifieste limitaciones para poder expresarse en casa o fuera de ella, que le cueste mucho cumplir las normas y que tenga falta de control en su conducta. No obstante cada niño y cada familia es un mundo por lo que los padres debemos intentar corregir dicha actitud y si vemos que no podemos ayudarle, acudir al especialista.
Los niños distinguen perfectamente lo que está bien de lo que está mal y por ello lo primero que debemos hacer es prestar atención a los que nos comenten al respecto en el colegio y por supuesto a lo que vemos nosotros en casa o cuando salimos con ellos.
Una vez que esto sucede podemos establecer unas pautas al respecto, la más importante es marcarle unos limites tanto en casa como fuera de ella, no es necesario pegarle o gritarle pero si dejarle claro que sus actos tienen consecuencias imponiendo el castigo que creamos conveniente. Si tiene edad para razonar debemos hacerle ver como se sentiría si otro niño le pegara. A este respecto es fundamental la disciplina por nuestra parte.
También es importante explicarle y hacerle ver que tiene que pedir perdón al niño al que ha molestado, al principio lo hará porque le obligamos pero poco a poco irá aprendiendo a disculparse de forma habitual y sin que se lo tengamos que decir. Un aspecto que se recomienda es practica ejercicio físico para que estos niños liberen su agresividad, mejor en deportes individuales claro.
Otro aspecto es el castigarle cuando esto suceda quitándole lo que más le guste de forma temporal con ello conseguiremos que vea que dicha conducta tiene respuesta por nuestra parte, por ello conviene que reaccionemos ante estas situaciones de forma constante y predecible, ello le ayudará a reconocer que esos comportamientos no son correctos.
De la misma manera si debemos recompensar y elogiar su buen comportamiento, cuando veamos que ante un conflicto lo soluciona sin pegar le haremos ver lo orgullosos que nos sentimos por ello y para reforzarlo podemos comprarle algo material que desee.
Los padres somos el modelo a seguir por parte de los hijos por lo que conviene que cuando veamos comportamientos agresivos bien sea en la calle o en la televisión nos oigan recriminarlos y rechazarlos nunca aplaudirlos.
Si con todo ello vemos que la situación con el peque no mejora, debemos buscar ayuda más profesional que nos pueda indicar el origen del problema y darnos posibles soluciones, negar por nuestra parte un problema como este puede dañar no solo a los otros niños sino a nuestro hijo.
En Peques y más | ¿Necesita mi hijo un psicólogo? (La agresividad) Imagen | Aislinn Ritchie