Ayudar a los demás desinteresadamente nos aporta beneficios físicos y psicológicos

Ayudar a los demás desinteresadamente nos aporta beneficios físicos y psicológicos
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Ayudar a los demás no sólo nos hace sentirnos bien psicológicamente, sino que beneficia nuestra salud física.

La función de ayuda mutua, de ayuda comunitaria, el ayudar a otros siempre que esté en nuestras manos, es muy importante para el funcionamiento de la sociedad, ya que no todo se puede comprar o vender con dinero (al margen de que los servicios a los que accedemos pagando, requieren de una renovación del aporte económico).

No todos tenemos el mismo tiempo, disponibilidad, ganas de colaborar en organizaciones de voluntariado, pero cuando hablamos de ’ayudar a los demás’ no siempre implica acciones premeditadas y coordinadas, también cuenta el apoyo que podamos prestar a personas de nuestro entorno que lo necesiten.

Eso sí, en esta ocasión nos gustaría hablaros de los beneficios descubiertos por un estudio publicado en el International Journal of Psychophysiology. Es lógico pensar que para quien recibe la acción es muy positivo contar con los cuidados o la atención de una persona a la que será fácil conectares emocionalmente, que ofrece sin más condiciones que la organización de su vida diaria.

Sin embargo, parece que el que ‘ofrece’ voluntariamente, también recibe a cambio una serie de beneficios para la salud que fueron contrastados por la Universidad de California en 1999, y la de Michigan un 2003.

Así, un aumento de la autoestima, menos depresión, niveles bajos de estrés, vida más larga, más felicidad, presión arterial más baja, fueron encontrados en el grupo de personas que años antes habían participado como voluntarios en diferentes asociaciones y entidades. Incluso teniendo en cuenta factores como la edad, el ejercicio realizado, la salud y los hábitos negativos adoptados (por ejemplo fumar), evidenciaban estos efectos positivos.

Parece que dar desinteresadamente a los demás puede activar regiones asociadas al placer, la confianza, y la conexión con los demás. Esto provoca que se liberen endorfinas, sustancias asociadas al bienestar y el placer.

Como he comentado antes, ayudar no es sólo participar en organizaciones de voluntariado, es natural establecer redes sociales de compromiso entre las personas. En el primer caso creo que se debe prestar especial atención a las voluntarios que participan en diferentes entidades, prestando servicios de ayuda a personas, que no se nos olvide que ejercen su labor altruistamente, y por ello mismo se trata de un trabajo que debe ser reconocido como merece.

Es sólo una reflexión porque muchos jóvenes deciden desde muy pronto (en mi caso fueron los 16 años) colaborar como voluntarios. Puede que influya la actitud de sus padres hacia el entorno, o la capacidad para haber desarrollado empatía… en cualquier caso es una actitud a alentar (no imponer) que se puede compaginar con otras actividades que desarrollen.

No olvidemos por último, que para ayudar, la otra parte de la relación debe querer ser ayudada (exista una petición explícita o no), por lo que imponer la ayuda no tiene sentido, y puede generar efectos contrarios a los esperados.

Imagen | Tawheed Manzoor Vía | FAROS En Peques y Más | Ayuda a tus hijos a generar actitudes útiles y positivas, para que tengan una vida más satisfactoria

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