Siete comportamientos de las personas con mucho carácter y cómo tratarlas

Siete comportamientos de las personas con mucho carácter y cómo tratarlas
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En el ámbito de las relaciones personales, seguro que te has encontrado con personas de todo tipo; personas tranquilas, otras más expresivas y enérgicas, introvertidas, extrovertidas... De todo, claro. Y entre todos los tipos de personas que existen, encontramos las personas con mucho carácter. Pero, ¿qué significa "tener mucho carácter"?

Lo cierto es que va más allá de "ser cabezota", como se suele creer, y no es algo bueno o malo de por sí (todo dependerá de la intensidad, de las consecuencias, de cómo se gestione esta tendencia...), pero sí es importante conocer bien a estas personas y saber cómo tratarlas si queremos mejorar nuestras relaciones. Aquí te comparto siete de sus comportamientos habituales y cómo tratarlas.

1) Son firmes en sus convicciones

Las personas con mucho carácter suelen tener convicciones arraigadas y no vacilan en expresarlas. Estas convicciones pueden ser el resultado de conocer bien sus valores y creencias y de no tener problemas en expresarlos abiertamente.

A menudo, están dispuestas a defender sus puntos de vista con firmeza, lo que puede resultar imponente para quienes no comparten sus mismas convicciones. ¿Cómo tratar este punto? De forma abierta y curiosa, escuchando qué tienen qué decir pero sin dejar de conectar con nuestras propias opiniones, que también son válidas.

2) Son tercas y "cabezotas"

Pero no confundamos la firmeza con la cabezonería, porque lo segundo implica un punto de rigidez y falta de flexibilidad que puede resultar pesado. Hablamos de esa cabezonaría típica de las personas que no están dispuestas a ceder nunca.

Claro, esto les puede ayudar a conseguir lo que quieren y a persistir, pero a las personas que les rodeamos, no nos puede hacer tanta gracia porque hace que sea imposible llegar a un acuerdo con ellas. Así, esta terquedad o incluso egoísmo puede manifestarse por ejemplo como una incapacidad para ceder en debates o situaciones conflictivas, lo que puede obstaculizar la resolución de problemas y generar tensiones en las relaciones.

También pueden tener dificultad para aceptar críticas o puntos de vista diferentes a los suyos. A la hora de tratarlas, trata de fomentar el diálogo y de utilizar la empatía, y si ves que ni así razonan, no personalices y desvincúlate del tema si puedes (porque puede resultar muy agotador estar argumentando).

3) Aparentemente, tienen mucha confianza

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Imagen de Freepik

Son personas que, aparentemente, tienen mucha confianza en sí mismas. Digo aparentemente porque no siempre es así (es lo que ocurre también con  las personas narcisistas).

¿Qué sucede? Que al argumentar de forma tan clara y ser tan directas, da la sensación de que son muy seguras de sí mismas. Y ojo, porque puede ser que sí, pero no tiene por qué. A veces justamente esa vehemencia a la hora de hablar es una coraza, un caparazón que les protege de las opiniones ajenas y que les da una falsa sensación de control y seguridad.

A la hora de tratarlas, simplemente conecta con su esencia, trata de ver más allá y fíjate en su lenguaje no verbal, en sus acciones... y no solo en lo que dicen.

4) Son directas a la hora de comunicarse

La comunicación directa es una característica distintiva de las personas con mucho carácter. No tienden a andarse con rodeos ni a ocultar sus opiniones, sino que prefieren expresarse de manera clara y franca.

Esta honestidad puede ser percibida como brusquedad por algunas personas, pero para aquellos que valoran la transparencia y la autenticidad, esta franqueza puede ser refrescante y reconfortante. Eso sí, siempre y cuando el otro sea respetuoso y no acabe recurriendo al "sincericidio", es decir, a la falta de asertividad y al no tener en cuenta nuestras emociones a la hora de expresarse.

5) Marcan los límites de forma clara

Las personas con mucho carácter suelen tener límites claros y definidos en sus relaciones, actividades, gustos, preferencias... Saben lo que quieren y cómo lo quieren, y te lo dicen claramente.

No tienen miedo de poner límites y de hacerlos respetar, incluso si esto significa enfrentarse a la resistencia, al conflicto o a la oposición de los demás. Esta claridad en los límites les permite mantener relaciones equilibradas y sanas, donde cada parte sabe dónde termina su responsabilidad y comienza la del otro (siempre y cuando, insistimos, esa claridad no se traduzca en agresividad verbal o falta de empatía).

6) Son independientes y autónomas

La independencia y la autonomía son también valores clave para las personas con mucho carácter. No dependen de los demás para tomar decisiones o alcanzar sus objetivos, sino que confían en su propio juicio y en su capacidad para enfrentar los retos por sí mismos.

Esta independencia puede manifestarse en diversas áreas de sus vidas, desde la toma de decisiones personales hasta la gestión de proyectos profesionales. Y de hecho, a menudo estas personas son líderes naturales que inspiran a otros con su determinación y capacidad para tomar decisiones.

7) Dominan las conversaciones

Finalmente, la dominancia en las interacciones es otro de los comportamientos que pueden tener las personas con mucho carácter. Esto puede manifestarse de diversas formas, como tomar decisiones sin consultar a los demás, interrumpir constantemente a otros durante una conversación, imponer su opinión sobre los demás o monopolizar el tiempo de conversación.

Claro, esto puede resultar un poco agotador para el interlocutor, y además, puede hacer que otros se sientan menospreciados o excluidos. A la hora de enfocar este punto, pon límites respetuosos pero claros y no dejes que su tendencia a la dominancia te impida dar tu opinión o participar.

Foto | Portada (Película Kill Bill 1, 2003)

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