¿Puede mi bebé tener alergia a la leche materna?

¿Puede mi bebé tener alergia a la leche materna?
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La leche materna es el alimento ideal para el recién nacido y para el bebé hasta los seis meses de vida en exclusiva, es decir, no necesita otros alimentos. Es bien tolerada por la inmensa mayoría de los bebés; sino, no habríamos llegado como especie hasta aquí! Pero, ¿hay alguna excepción a esto? ¿pueden algunos bebés no tolerar la leche de su madre o tenerle alergia?

¿Existe la alergia a la leche materna?

No, el término alergia a la leche materna no existe. Lo que sí existe es la alergia a alguno de sus componentes, Y es que a la leche materna pueden pasar pequeños "trocitos" de alimentos que toma la madre y puede suceder que el bebé desarrolle una alergia a alguno de ellos. Durante los primeros 12 meses de vida, la alergia más común es a las proteínas de la leche de vaca. En estos casos, la madre debería eliminar de su dieta el alérgeno (el alimento al que tiene alergia el niño) en cuestión y podrían mantener sin problemas la lactancia materna.

Tipos de alergia a proteínas de leche de vaca

Podemos distinguir dos tipos de alergias en este caso:

  • Alergia a las proteínas de la leche de vaca no mediadas por IgE (antes se conocía como intolerancia). Los síntomas predominantes son digestivos: cólicos, diarrea, deposiciones con sangre, reflujo...

  • Alergia a las proteínas de la leche de vaca mediada por IgE. Los síntomas más frecuentes son urticaria (lesiones en la piel), edema, síntomas respiratorios e incluso anafilaxia.

Para que se desarrolle una alergia debemos tener, por un lado, una predisposición genética. Por otro, una exposición previa al alérgeno, en este caso las proteínas de la leche de vaca.

Las leches de fórmula se obtienen casi totalmente de leche de vaca (exceptuando la fórmula a base de leche de cabra). En cambio, a la leche materna pasan tan sólo trazas, cantidades muy pequeñas de leche de vaca. Por eso, aunque los bebés amamantados puedan desarrollar alergia a las proteínas de leche de vaca o a otros alimentos que pasen a la leche materna, los síntomas suelen ser leves y de predominio digestivo (alergias no mediadas por IgE).

A veces sucede que, al introducir el primer biberón de leche de fórmula, los bebés desarrollan síntomas de alergia (urticaria, síntomas respiratorio o incluso anafilaxia).

Las recomendaciones actuales recomiendan evitar suplementos de leche de vaca en bebés amamantados durante la primera semana de vida, siempre que sea posible, para prevenir la alergia a las proteínas de la leche de vaca.

Hace años, y desgraciadamente aún sucede en algunas maternidades, se solía dar al bebé uno o dos biberones de fórmula tras el nacimiento hasta que a la madre le "subiese la leche". Recordemos que los dos o tres primeros días de vida los bebés reciben el calostro; esta "primera leche materna" tiene una composición especial, diferente a la de la leche madura, que cubre perfectamente las necesidades del recién nacido. Se secreta en pequeñas cantidades, pero el recién nacido, con su pequeño estómago y su inmadurez, no necesita más. El calostro se produce ya durante el embarazo, por lo que todas las mujeres tienen.

Así, que, salvo casos especiales en los que esté justificado (prematuros, CIR; bebés de muy bajo peso, bebés con hipoglucemia...) debemos evitar dar esos primeros biberones, que algunos llaman popularmente "biberón pirata".

¿Puede continuar la lactancia materna un bebé con alergia a las proteínas de leche de vaca?

La alergia a las proteínas de la leche de vaca no es una contraindicación para la lactancia materna. En muchos casos (no siempre es necesario, depende del tipo de alergia y de cuándo se haya desarrollado), las madres de hijos con alergia a las proteínas de leche de vaca deben eliminar de su dieta la leche y sus derivados.

Tampoco se recomienda que tomen leche de cabra u oveja ni sus derivados. En general sí pueden tomar carne de vacuno. Al realizar esta dieta, la madre puede sufrir un déficit de calcio por lo que, en general, se suele pautar un suplemento de calcio y vitamina D a la madre y se le asesorará sobre aquellos alimentos ricos en calcio.

¿Qué otros alérgenos puede tener la leche materna?

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Pequeñas trazas de los alimentos que come la madre pasan a la leche materna. Así, otros alimentos que ocasionan alergia con frecuencia en niños como el huevo, la soja, el pescado o el marisco también podrían encontrarse en cantidades muy pequeñas en la leche materna.

Si vuestro hijo/a tiene alergia a alguno de estos alimentos, en alguno casos será necesario que la madre lo retire de su dieta.

La alergia a la leche materna no existe. Lo que sí existe es la alergia a alguno de sus componentes: la más común es la alergia a las proteínas de la leche de vaca que consume la madre.

¿Existe la alergia a la lactosa?

La lactosa está presente en la leche materna y aporta el 40% de las calorías totales. Es un azúcar que, por acción de un enzima llamado lactasa, presente en el intestino, se divide en galactosa y glucosa. La lactosa está presente siempre en la leche materna, no depende de la dieta de la madre sino que se fabrica dentro de la glándula mamaria. No existe la alergia a la lactosa. Sí existe en cambio la intolerancia a la lactosa. En este caso, la persona carece o tiene poca enzima lactasa, de manera que no puede dividir la lactosa en glucosa y galactosa, apareciendo síntomas floridos como dolor abdominal, flatulencia o diarrea.

El déficit congénito de lactasa (es decir, desde el nacimiento), es una enfermedad muy rara que se ha descrito fundamentalmente en Finlandia. En esta rara enfermedad sí estaría contraindicada la lactancia materna pues no hay forma de eliminar lactosa de la leche materna.

El déficit secundario de lactasa, en cambio, es relativamente frecuente en niños, por ejemplo, tras una gastroenteritis prolongada, y se recupera en unos días. En este caso no es necesario suspender la lactancia materna. De hecho, la recomendación en los casos de gastroenteritis aguda es mantener la lactancia materna a demanda y ofrecer el pecho con frecuencia.

Algunas personas, con el paso del tiempo, van perdiendo el enzima lactasa y pueden hacerse intolerantes al llegar a la etapa adulta; en este caso el enzima ya no se recupera.

¿Existe alguna situación en la que la leche materna no sea bien tolerada por el bebé?

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Los humanos somos mamíferos y la leche materna es el alimento ideal para el recién nacido y hasta los primeros seis meses de vida en exclusiva (posteriormente también junto con otros alimentos). Así que, en la inmensa mayoría de los casos, es bien tolerada.

Una excepción sería, como hemos comentado, una alergia a alguno de los alimentos que pueden pasar a la leche materna (la más frecuente es la leche, pero podría ser el huevo, la soja...); en este caso, bastaría con que la madre eliminase de su dieta dichos alimentos y el bebé podría continuar su lactancia materna con normalidad.

Otro caso, muy excepcional, es la rara enfermedad de la que también hemos hablado (y no es una alergia): el déficit congénito de lactasa; estos bebés carecen del enzima que "divide" la lactosa en glucosa y galactosa; como la lactosa está siempre presente en la leche materna, la lactancia materna estaría contraindicada.

Y otra excepción serían los bebés con galactosemia, rara enfermedad en la que el bebé carece de alguno de los enzimas que metabolizan la galactosa. Como la leche materna contiene lactosa, y ésta se divide en glucosa y galactosa, la galactosemia sería también una contraindicación para la lactancia materna.

Resumiendo; el concepto alergia a la leche materna, así en general, no existe. Lo que sí es cierto que es que pequeñas cantidades de los alimentos que toma la madre pasan a la leche materna y esto puede hacer que los bebés se sensibilicen y desarrollen alergia a alguno de ellos. Como las cantidades suelen ser muy pequeñas, los síntomas en bebés que toman lactancia materna exclusiva suelen ser leves. Cuando estos bebés toman cantidades más grandes del alimentos (por ejemplo, un biberón de fórmula, o introducen en su dieta huevo o pescado al empezar la alimentación complementaria), pueden desarrollar síntomas más floridos de alergia.

Los bebés y niños alérgicos deberán realizar una dieta exenta de los alimentos a los que tengan alergia. En el caso de continuar con lactancia materna, es probable que la madre tenga que eliminar también dichos alimentos de su dieta.

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