El alcohol es la droga más consumida en los países industrializados, y España ocupa un lugar destacado entre los de mayor consumo. Se estima que más de una tercera parte de las mujeres consumen alcohol durante el embarazo, algo a menudo normalizado pues se cree que una pequeña cantidad no afecta al bebé.
Sin embargo, el alcohol atraviesa la barrera placentaria en minutos. Lo que bebe la madre, le llega al bebé y puede ocasionar diversos trastornos en el feto. Pocos saben, por ejemplo, que el consumo de alcohol en el embarazo es la causa no genética más frecuente de retraso mental. Es imposible establecer una dosis de consumo seguro de alcohol en el embarazo porque cada organismo es diferente, y dado que los efectos son irreversibles, lo más recomendable es no consumir ni una gota de alcohol.
Lo que bebe la madre, lo bebe el bebé
El alcohol ingerido y absorbido a nivel de la mucosa gastroduodenal alcanza la circulación materna rápidamente (un minuto) y, puesto que el paso a través de la placenta es por difusión simple, llega a la circulación fetal casi al mismo tiempo y alcanza los mismos niveles que en la materna. Es decir, el bebé está expuesto a los mismos niveles de alcohol que la madre, alcanza la misma alcoholemia (gramos de alcohol por litro de sangre) que ella. La absorción es rápida y completa, alcanzando un pico máximo a los 20 ó 30 minutos.
El alcohol se fija al líquido amniótico y a los tejidos fetales manteniendo un nivel de toxicidad que puede provocar efectos muy graves en el bebé, quien obviamente cuenta con un sistema inmaduro como para metabolizar el alcohol como lo hace el organismo de un adulto.
Cero alcohol en el embarazo: sus riesgos
El consumo de alcohol, durante el embarazo puede producir deficiencias físicas, mentales y motoras en el bebé que pueden afectarle durante toda su vida.
Estas consecuencias pueden manifestarse en el momento del nacimiento o más tarde durante el desarrollo.
De todas las sustancias de abuso, el alcohol es de las más peligrosas para el desarrollo fetal. El sistema nervioso y, en concreto, el cerebro, es uno de los órganos más vulnerables al consumo de alcohol durante esta etapa.
El consumo de alcohol mientras se está embarazada aumenta el riesgo de aborto y de parto prematuro. Al nacer estos niños pueden pesar y medir menos, aunque a veces este retraso en el crecimiento se manifiesta más tarde. En nuestro medio, el consumo de alcohol durante el embarazo es la primera causa no genética de retraso mental que, sin embargo, es enteramente prevenible.
Además de esto, los bebés pueden nacer con rasgos faciales alterados (cabeza pequeña, maxilar superior pequeño, ojos pequeños y rasgados con pliegues característicos, etc.), problemas y malformaciones en otras partes del cuerpo como el corazón (defectos de cierre en los tabiques que comunican las distintas partes del corazón), los riñones, el tubo digestivo, las extremidades, etc. Además, puede añadirse retraso psicomotor, desde moderado a profundo.
Más tarde, durante la infancia, también pueden aparecer alteraciones del desarrollo y comportamiento (hiperactividad, problemas de memoria, lenguaje, coordinación, adaptación social, etc.).
Síndrome alcohólico fetal (SAF), ¿qué es?
El alcohol produce diversos trastornos en el feto, de los que el síndrome alcohólico fetal es el más representativo y grave. La incidencia del síndrome alcohólico fetal (SAF) es de uno o dos cada mil recién nacidos, aunque esta cifra es cuestionable, ya que el diagnóstico de SAF pasa a menudo inadvertido. En los niños afectados con este síndrome, encontramos:
- Retraso mental: El SAF es la causa más frecuente de retraso mental (entre el 10% y el 20%)
- Anomalías faciales: incluso consumir pequeñas cantidades de alcohol modifica el rostro de los bebés. Los niños con SAF presentan hipoplasia ósea facial, labio superior fino y mal delimitado, nariz pequeña, fisuras palpebrales pequeñas con ptosis. A pesar de que estos rasgos faciales pueden no ser evidentes en el momento del nacimiento, se van haciendo cada vez más evidentes a medida que el niño va creciendo.
- Trastornos auditivos: aproximadamente un tercio tienen sordera de conducción y otro tercio tiene una pérdida auditiva de tipo neurosensorial
- Problemas visuales: estrabismo, mal alineación ocular, miopía bilateral y ambliopía, entre otros.
- Retraso en el desarrollo del lenguaje receptivo y expresivo
- Defectos congénitos
- Trastornos de comportamiento
- Los bebés recién nacidos con SAF pueden presentar irritabilidad, a menudo con hipotonía, temblores manifiestos y en algunos casos deprivación alcohólica. Los síntomas de deprivación habitualmente ocurren a las 6-12 horas de vida. El síntoma más llamativo es la irritabilidad, que se suele acompañar de temblores, convulsiones, hipertonia, trastornos auditivos y esfuerzo respiratorio.
- TDAH: las asociaciones de afectados por el SAF sospechan que muchos niños diagnosticados con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad pueden tener TEAF (Trastornos del Espectro de Alcoholismo Fetal).
La mejor prevención: cero alcohol
La mayor parte de las mujeres embarazadas no reconocer consumir alcohol y generalmente cuando lo hacen suelen hablar de cantidades inferiores a las que realmente consumen.
De todos modos, los expertos coinciden en que no hay una cantidad mínima segura, y que lo único seguro es beber cero alcohol durante el embarazo pues cada gota cuenta.
Incluso los CDC (Centros para el control y la Prevención de Enfermedades) de los Estados Unidos extienden esta recomendación no solo a las embarazadas, sino a todas las mujeres en edad fértil que no usen anticonceptivos puesto que beber alcohol durante las primeras semanas, cuando aún la mujer no sabe si está embarazada, también supone un riesgo para el feto.
¿Puedo tomar cerveza sin alcohol o cerveza 0,0 en el embarazo?
Hay que aclarar que es lo mismo una cerveza "sin" que una cerveza 0,0. Según la normativa, la cerveza "sin” es la que tiene una graduación alcohólica inferior a 1 por 100 en volumen. Es, decir que en realidad puede tener hasta un 0,9% de alcohol. La cantidad es muy baja pero hay que tenerlo en cuenta antes de conducir, si se está embarazada o si se tiene alguna patología que desaconseje la ingesta de alcohol, como por ejemplo, diabetes.
La cerveza 0,0 también puede contener alcohol, aunque la cantidad es ínfima, ya que el máximo contenido en alcohol no puede ser superior al 0,04%. Si no fuera así perdería la denominación de 0,0 para pasar a ser “sin”. Lo mejor es no beber nada de alcohol, por muy mínima que sea la dosis. Pero si estás embarazada y te apetece una cerveza, elige una 0,0 con la menor cantidad posible de alcohol y consumida con moderación.
En Bebés y más | 17 deliciosos cócteles sin alcohol para brindar en Navidad si estás embarazada