Esta semana me estoy despidiendo del segundo trimestre. He empezado la recta final de mi embarazo y me he sentido mejor y con ganas de ver al bebé.
Anoche soñé con el parto. En mis sueños vi como el médico apenas salió el bebé, lo colocó en mi pecho (cosa que no hicieron con Lucas), pude ver su carita, su pelo y sus ojos con exactitud. La emoción me despertó.
Como había contado antes, la panza se me notó mucho desde los primeros meses, parece que ahora se ha normalizado, comparándola con otras madres que tienen las mismas semanas de embarazo que yo luce de tamaño normal.
Estoy saliendo a caminar un rato, como ejercicio habitual, pero a decir verdad y aunque las caminatas son cortas, más que cansancio siento el peso de la barriga y llego a casa exhausta a tumbarme en el sofá. Mi hijo ya casi no contiene las ganas de que nazca: cuando ve tele me pregunta si el bebé está viendo también, me pregunta si el bebé tendrá hambre, si tiene ojos y comenta que le va a enseñar a jugar. Ayer me sugirió que lo llamáramos “Blutaco”, siempre se anda inventado nombres.
A la vez que me despido del segundo trimestre me he pillado un catarro, y aquí estoy aguantando heroicamente que se me pase sólo, aunque el médico me ha recetado paracetamol yo prefiero no tomarlo si no es muy necesario.
Falta poco... tres meses no son nada, sí seis meses y pico han pasado volando.
En bebés y más | Estoy embarazada: 25 semanas