La AAP recomienda que la mayoría de los niños aprendan a nadar a partir de su primer año, para prevenir ahogamientos

La AAP recomienda que la mayoría de los niños aprendan a nadar a partir de su primer año, para prevenir ahogamientos
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Tanto en España como en otros países de nuestro entorno, los ahogamientos constituyen una de las principales causas de mortalidad infantil en los primeros años de vida. No en vano, en Estados Unidos, por ejemplo, fallecieron ahogados durante el 2017 casi 1.000 niños menores de cuatro años, y 8.700 niños y adolescentes fueron atendidos en urgencias.

En por ello, que la Academia Americana de Pediatría (AAP) acaba de actualizar las recomendaciones sobre prevención de ahogamientos infantiles, en donde incluye, entre otras medidas, que siempre que sea posible, los niños comiencen a tomar clases de natación a partir de su primer año de vida, con el objetivo de rebajar la tasa de ahogamientos ocasionados por accidentes.

Aprender a nadar lo antes posible ayudaría a reducir las tasas de ahogamiento

El agua está en todas partes, y lo cierto es que resulta especialmente atractiva para los más pequeños. Con las vacaciones de primavera a la vuelta de la esquina y el verano cada vez más próximo, las playas, ríos, piscinas, embarcaderos, lagos... vuelven a cobrar especial protagonismo y los padres debemos estar muy atentos.

Es por ello, que los pediatras de la AAP han decidido asociarse con la familias que han sufrido la trágica pérdida de un niño en estas circunstancias, para dar a conocer una actualización de sus recomendaciones para prevenir ahogamientos.

La declaración de política titulada, "La prevención del ahogamiento", fue publicada el pasado 15 de marzo, y entre sus recomendaciones está la de enseñar a nadar a la mayoría de los niños a partir de su primer año de vida, pues el aprendizaje precoz podría ayudar a prevenir ahogamientos.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los niños se desarrollan al mismo ritmo, por lo que esta recomendación general de la AAP debe ser valorada específicamente por el pediatra de nuestro hijo.

"Según las investigaciones realizadas, aprender a nadar a partir del primer año de vida podría ayudar a reducir las tasas de ahogamiento", aseguran desde la AAP.

"Aprender a nadar es una actividad maravillosa para disfrutar en familia. Por ello, recomendamos a los padres que pregunten a su pediatra si considera que sus hijos ya están listos para comenzar a tomar clases de natación. Y en caso afirmativo, acudan a instructores experimentados y bien capacitados"

"Recomendamos, idealmente, que además de nadar en las clases se enseñe a los niños pequeños técnicas de supervivencia acuáticas, y a salir solos del agua si caen dentro por accidente (autorescate acuático)" - comenta la doctora Linda Quan, coatura de la declaración de políticas de prevención de ahogamientos.

Aunque la AAP no recomienda las clases de natación en menores de un año, sí aconseja que padres/madres y bebés tomen juntos clases de matronatación en centros especializados, pues es una excelente manera de familiarizarse con el entorno acuático y comenzar a preparar al bebé para la natación.

A partir de los cuatro años, aprender a nadar es de absoluta necesidad para la mayoría de las familias, si bien esta medida no lo es todo en la prevención de ahogamientos infantiles, y desde la AAP recuerdan que incluso las mejores lecciones de natación no eximen a los padres y cuidadores de tomar las medidas de seguridad oportunas cuando se encuentren cerca de entornos acuáticos.

Otras medidas imprescindibles de seguridad en el agua

aprender a nadar

La declaración de la AAP incluye también otras medidas fundamentales en la prevención de ahogamientos infantiles, como por ejemplo:

  • Cercar las piscinas particulares, colocando una valla con cuatro lados que cumpla la normativa y medidas de seguridad establecidas.

De hecho, según la Comisión de Seguridad de Productos del Consumidor de EE.UU, un 69 por ciento de los niños menores de cinco años no se esperaba que estuvieran en la piscina cuando se ahogaron.

"Muchas de muertes infantiles ocurren rápidamente, cuando los niños caen al agua por accidente sin que los adultos se den cuenta. Los niños pequeños son especialmente curiosos, por eso es tan importante cercar las piscinas y colocar cerraduras en las puertas de acceso" - dice la doctora Sarah Denny, una de las autoras de la Guía.

  • Cuando los niños pequeños estén jugando cerca del agua, deben llevar siempre puesto un chaleco salvavidas homologado, y lo mismo ocurre cuando estén en el agua. Hay que evitar manguitos, flotadores y otros elementos que aportan falsa seguridad, pero que pueden resultar especialmente peligrosos.

  • Padres y cuidadores no deben bajar jamás la guardia, pues los ahogamientos ocurren de manera muy rápida y silenciosa. En este sentido, la AAP recomienda evitar distracciones cuando estemos al cuidado de un niño que se está bañando o jugando cerca del agua, y situarnos a una distancia tal que podamos ayudarle con tan solo estirar nuestro brazo (lo que se conoce como "supervivencia de contacto")

  • Si utilizamos piscinas pequeñas e hinchables, los expertos aconsejan vaciarla de inmediato en cuanto el niño salga del agua. Lo mismo debemos hacer con bañeras, cubos, barreños o similar. Y es que aunque podamos pensar que se trata de poca cantidad de agua, un niño pequeño podría ahogarse en ella en pocos segundos.

  • No dejar jamás a un niño solo en el baño, ni por supuesto solo en la bañera. Las cerraduras de las puertas pueden convertirse en un peligro si el niño decide cerrarse en un momento de descuido en el que el adulto haya salido del cuarto de baño. Así mismo, desde la AAP recomiendan utilizar seguros para las tapas de los inodoros.

Los adolescentes: segundo grupo con mayor riesgo de ahogamiento

Según la AAP, el segundo grupo de edad con mayor riesgo de muerte por ahogamiento son los adolescentes. De hecho, cada año fallecen ahogados en Estados Unidos cerca de 370 niños de entre 10 y 19 años.

Los expertos alertan de que la causa principal de ahogamiento a estas edades es el exceso de confianza en las habilidades para nadar, combinado con el consumo de alcohol.

Por eso, en sus recomendaciones sobre prevención de ahogamientos también aconsejan que los adolescentes lleven chalecos salvavidas homologados cuando se encuentran en espacios de agua abiertos (como el mar, por ejemplo), y aprendan maniobras de CRP.

Así mismo, los padres jamás deberíamos sobreestimar la capacidad que tiene nuestro hijo para nadar, y aunque consideremos que "es mayor" o "nada bien", es recomendable no perderle de vista.

Prevención de lesiones en la infancia: prioridad para los pediatras

aprender a nadar

La prevención de lesiones es una prioridad para los pediatras. De este modo, gracias a las investigaciones de los últimos años y a las recomendaciones que dan a los padres en consulta, se ha conseguido disminuir drásticamente la tasa de fallecidos relacionados con accidentes automovilísticos, muerte súbita del lactante, ahogamiento y otras lesiones no intencionadas.

Pero todavía debemos mejorar mucho, y en lo que respecta al ahogamiento es fundamental tomar conciencia acerca de la importancia de no perder de vista a nuestros hijos ni un segundo cuando se estén bañando o jugando cerca del agua.

Desde la Asociación Española de Pediatría recomiendan enseñar a los niños a nadar alrededor de los cuatro años, si bien afirman que hay estudios que adelantan la recomendación en torno al primer y cuarto año de vida.

En cualquier caso, y al igual que nos recomiendan desde la AAP, antes de comenzar a tomar clases de natación y técnicas de supervivencia en el agua, es necesario tener en cuenta la madurez emocional del niño, sus limitaciones físicas, cuestiones de salud particulares o frecuencia de exposición al agua.

En definitiva, aprender a nadar debería ser una prioridad para todas las familias, si bien es importante tener en cuenta que ni esta ni otras medidas adicionales, podrán reemplazar jamás la seguridad que aporta nuestra vigilancia estrecha y continua, así como saber actuar en caso de accidente.

Fotos | iStock

Vía | Mom.Me, Healthy Children

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