¿Los recortes en Educación van a perjudicar la calidad de la misma? La pregunta de la semana

¿Los recortes en Educación van a perjudicar la calidad de la misma? La pregunta de la semana
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HOY SE HABLA DE

Como todos los miércoles os lanzamos una pregunta a la que os invitamos a responder en nuestra sección de Respuestas y os comentamos las contestaciones más valoradas a la pregunta de la semana pasada.

Se han anunciado recortes en materia de Educación, recortes que pueden conllevar el aumento de las ratios, la disminución del profesorado, el aumento de horas lectivas o la dificultad para hacer desdobles. La sociedad española está preocupada y, aún entendiendo la necesidad de la austeridad, la calidad educativa se considera que puede dismunuir y que no es la mejor medida de recorte de gasto. ¿Qué pensáis vosotros?

Por eso nuestra pregunta para esta semana es esta:

¿Los recortes en Educación van a perjudicar la calidad de la misma?

A partir de hoy tenéis una semana para ir respondiendo a dicha pregunta en la sección de Respuestas y el miércoles que viene comentaremos las intervenciones más votadas o más interesantes.

La pregunta de la semana pasada

La semana pasada os preguntamos:¿Te has sentido juzgado/a por la manera de criar a tus hijos?

La respuesta con mayor puntuación en los votos ha sido la de Agueda, que nos daba una respuesta con la que seguro os podéis identificar muchos de nuestros lectores:

Uno siempre es juzgado cuándo no hacemos las cosas que hacen la mayoría de padres. Pero me encanta responder a familiares, amigos y desconocidos porque sigo dando pecho a mi bebe de 2 años, la razón de no dejarle llorar, que duerma en mi cama, etc… Espero que el tener que dar mil explicaciones sirva para cambiar la sensibilidad de futuros padres y darles una opción diferente de crianza. Y aunque no acepten mis consejos, que no se preocupen yo no les juzgaré.

Otra respuesta destacada ha sido la de Anamare, una maestra y madre que, en su comentario, nos ha transmitido una gran sensibilidad.

Como dice waxpa juzgar los actos propios y ajenos es algo que creo que todos hacemos, ya sea de forma verbal o de pensamiento. Y la verdad que emitir/ recibir un juicio externo no tiene porque ser siempre negativo, a veces el tomar distancia y ver las cosas desde otra perspectiva nos enriquece y nos aporta más criterio para actuar. El tema es cómo se produce ese intercambio de opiniones, a nadie nos gusta que nos traten como inferiores, dándonos órdenes sobre lo que debemos o no hacer, ni tampoco que aprovechen una pequeña equivocación para arremeter contra la totalidad de nuestras elecciones. Como maestra me relaciono con muchos padres y aunque a veces me lo piden no soy mucho de dar consejos, normalmente lo que hago es plantearles preguntas para que ellos mismos vayan sugiriendo “soluciones”, que al partir de ellos serán más consecuentes con su forma de vivir y educar a sus hijos. Suelo hablar desde mi experiencia como madre también y no me importa que descubran mis “imperfecciones”, esto al final les aporta más confianza (el ver un igual) que si te pones a dar un discurso pedagógico cómo si tuvieras la varita mágica de la educación (que no existe, por suerte). Contestando a la pregunta, sí que me he sentido juzgada, en primer lugar por tener una familia numerosa y por ser católica practicante (que parece que hoy en día sea lo peor, de lo peor), y por llevar a mis hijos a una escuela pública (como si esto contradijera en algo lo anterior); y por no dar chupetes a mis hijos nunca, y por llevármelos a todos cuando voy al cine o de viaje; y por meterlos en mi cama alguna noche (de bebés siempre); y por no celebrar sus cumpleaños con macrofiestas para los compañeros… Pero no me importa demasiado lo que piensan los demás; yo misma me juzgo por algunos aspectos que desearía cambiar: – Me gustaría quitar la tele y que mis hijos crecieran sin ver TV, pero no he dado el paso. – Me hubiese gustado educar a mis hijos en casa por lo menos hasta los 4-5 años, pero por motivos económicos los he llevado muy pronto a la Escuela Infantil (en mi mismo centro de trabajo) y los he visto felices. – Desearía tener más paciencia, y saber reconducir una situación de conflicto antes de llegar al límite y estallar. Soy consciente de que una de las razones por las que nos molesta sentirnos juzgados por la educación de nuestros hijos es que muchas veces vivimos la paternidad/maternidad como una prolongación de nuestra propia vida. Una vez fui con todo mi orgullo de madre a comentarle a un amigo muy apreciado que mi hija de 4 años ya leía y sabía escribir algunas palabras y él me respondió con un discurso sobre la madurez fiosiológica de la mano y las tensiones que provoca la prensión del lápiz y el “daño” que eso le podía producir,... Yo me sentí fatal, y me enfadé mucho pero no por su crítica (que reconozco está bien fundamentada) sino porque no era lo que esperaba de él como amigo, porque en ese momento yo esperaba una alabanza para mi hija (y para mí misma en esa prolongación de mi vida). Luego me hizo pensar mucho, yo como maestra he visto a muchos niños escribir y pintar desde pequeños sin tener actualmente ninguna secuela, o sea que difiero de su teoría; pero también reconozco que no es bueno “machacar” a un niño para que escriba cuando su maduración motriz no está preparada ni está bien “ir luciéndonos“de nuestros hijos.

Ha sido, desde luego, un tema que ha removido a muchos de los lectores de Bebés y más, pues, es cierto que, aunque todos intentamos hacer lo mejor para nuestros hijos, las opciones y opiniones a veces chocan y es complicado no juzgar o no sentirnos juzgados.

Os dejamos la pregunta de esta semana en la sección de Respuestas y os invitamos a respondernos en este enlace, para que vuestras contestaciones puedan ser valoradas por los lectores y recopiladas la semana que viene.

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