Binge-watching o atracón de series de los niños: el peligro de una mayor adicción con menos capacidad de control

Binge-watching o atracón de series de los niños: el peligro de una mayor adicción con menos capacidad de control
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Nielsen lanzó recientemente su clasificación SVOD, e informó que en 2020, 'Frozen II' fue la película más vista del año con 14,9 mil millones de minutos, encabezando una lista que incluía siete de las 10 películas principales de Disney+. Y no es la única.

De entre los programas y películas más vistos en streaming el año pasado, un 36 % son contenidos de género infantil o preadolescente, como por ejemplo 'El bebé jefazo', 'New Girl', 'Crónicas vampíricas', 'Moana', 'Mascotas 2', 'Onward', 'Aladdín' (2019) o 'Toy story 4', entre otros, según esta empresa de estudio de audiencias.

Elena Neira, profesora colaboradora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), señala al respecto que "del mismo modo que con los adultos, en las plataformas de streaming se estrena la temporada entera de los contenidos infantiles para generar ese consumo adictivo"*, que lleva al Binge-watching o atracón de series, cuando los niños aún *"tienen menos capacidad de control", según los expertos. Nos explican qué costumbres tienen esta tendencia adictiva para nuestros hijos.

Los mismos recursos de seducción que con los adultos, pero más dañinos

"En las etapas iniciales del desarrollo de los niños hay diferentes ámbitos de control cognitivo que no funcionan completamente, ya que dichas regiones todavía se encuentran en proceso madurativo".

Son palabras de Diego Redolar, neurocientífico de la UOC y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación. De ahí, añade que las estrategias de las grandes plataformas de streaming sean aún más nocivas en la infancia.

Según datos de Barlovento Comunicación, este 2020 el consumo de la televisión lineal supera los datos de 2019 y se eleva a 5 horas y 37 minutos por espectador y día.

El grupo de edad de 4 a 12 años, consumió una media de 3 horas y 20 minutos al día en 2020.

De hecho, según la UOC, el consumo televisivo de los menores de dieciocho años ha aumentado un 5 % en el último año, lo que demuestra dos hechos: que la pandemia ha aumentado los hábitos audiovisuales y que las plataformas digitales han dirigido contenidos más prolongados a estos públicos, con más series de animación que nunca.

Explica el neurocientífico que para seducir a los espectadores más pequeños, estas plataformas trabajan de forma similar a como lo hacen con los adultos. Utilizan recursos como el estreno en bloque, el encadenado automático de capítulos y la posibilidad de saltarse los créditos de entrada y salida.

"Nuestro sistema nervioso tolera mal la espera y la demora. Tener la posibilidad inmediata de ver varios capítulos o temporadas podría activar regiones de crítica importancia en el sustrato nervioso del refuerzo —como el estriado ventral o la corteza prefrontal medial—, lo que facilitaría que la persona 'se enganchara' con más facilidad a la serie. Además, en los niños esta respuesta se puede ver incluso más marcada".

Añade que con el consumo obsesivo, o binge-watching, "no solo se activa nuestro sistema nervioso de refuerzo, sino que, además, se crea una relación más fuerte y empática entre el espectador y los personajes".

"Los niños empatizan más con los personajes. La animación se hace pensando en ese tipo de relación emocional tan profunda, con el objetivo de convertir a ese niño en un espectador muy intenso".

Las consecuencias negativas del "atracón" infantil a las series

Television

Los expertos de la UOC señalan que esta dependencia tiene efectos nocivos en los niños. Según el profesor Redolar:

"Ante una maratón de series, el sistema nervioso puede generar dopamina, una señal química relacionada con el placer. Aporta una recompensa natural e interna de placer que refuerza la relación con esa actividad, y el cerebro envía sensaciones positivas al cuerpo para que continúe con esa tarea".

Así que, una vez saciado el atracón y con la serie acabada, aparece lo que se conoce como pos-binge-watching ('posatracón'), una especie de depresión por inmersión. Y el neurocientífico afirma que los niños también la sufren, pero con peores efectos porque "los niños no disponen de tantos mecanismos cognitivos para hacer frente a esta situación como los adultos, y los efectos podrían ser más dañinos".

Además, el hecho de que una serie pueda gustar al espectador activa el sustrato nervioso del refuerzo, es decir, el cerebro insiste en seguir haciendo aquella acción, porque le resulta gratificante. Diego Redolar explica sus consecuencias negativas:

"El peligro radica en si esto supone que la persona deje de hacer actividades importantes, como practicar ejercicio físico, salir con sus amigos o socializar, o pierda horas de sueño, para dedicar más tiempo a ver series. Si esto fuera así, podría tener efectos sobre el desarrollo cerebral, dado que estos factores tienen una importancia crítica para un correcto desarrollo".

Y este enganche al streaming no va a parar. Un estudio de Digital TV Research prevé que en el año 2025 habrá 17 millones de suscriptores de plataformas de vídeo a la carta (video on demand) en España. Esto hace pensar, según la UOC, que "este servicio sea cada vez más imprescindible en el núcleo familiar y, por tanto, habrá menos tendencia a darse de baja de estas plataformas".

"Cuanto más consumo, mejor conocerán a sus usuarios las plataformas de streaming , como Netflix o Disney+, entre otras, y mejores contenidos podrán producir. Esa directriz es muy clara y se aplica exactamente igual en el caso del contenido infantil".

Parece que al igual que ocurre con internet o los videojuegos, en manos de los padres está racionalizar el tiempo que nuestros hijos pasan delante de una pantalla, consumiendo películas o series, aunque sean con contenidos infantiles. Tal y como han señalado los expertos, un uso abusivo implica peligros para ellos, sobre todo si por sentarse delante de la televisión dejan de hacer otras cosas saludables como deporte o relacionarse con otros niños de su edad.

La tarea es ahora más dura, cuando pasamos más tiempo en casa por las restricciones a causa de la pandemia de Covid, pero con cariño y propuestas interesantes en familia, podemos lograrlo.

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