Hace once años...empezó mi gran aventura

Hace once años...empezó mi gran aventura
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Hace once años comezó mi gran aventura:me convertí en madre. Cuando miro atrás la experiencia de la maternidad se dibuja como lo más intenso, revelador y creativo de mi vida. Después de eso, nada fue igual y a la vez, fue más real que nunca. Yo dejé de ser yo misma para ser más yo misma que nunca. ¿Una paradoja?

No, no es una paradoja. Hace once años nació mi hijo. Cuidarlo, defenderlo, entenderlo y amarlo me ha ofrecido la posibilidad de ser más fuerte y más sabia, me ha hecho recuperar todos los sueños que había ido dejando en el devenir de una vida adapatada a lo que se viene a considerar normal. He sido YO, con mayúsculas, con la fuerza de una leona y con un impulso de libertad enorme.

Estamos vivos pero la vida forma parte de un ciclo, y eso me ha dado una tranquilidad enorme. Ya no temo la muerte, solamente temería que me llegara antes de ver a mi hijo como un adulto completamente formado y capaz, solo temería no cuidarlo durante su infancia, cuando más me necesita. Acepto mi mortalidad como parte del proceso que le ha permitido a él estar vivo. ¿Cómo no reconciliarme con la vida, que naturalmente se nutre de lo finito de mi vida y de la vida de otro?

He dejado de temer y transigir con muchas cosas que antes, por conformismo, educación o costumbre había aceptado como imposibles de cambiar. Por él he tomado decisiones complicadas, nada entendidas por el entorno. He hecho lo que quería hacer, segura de mi misma y bien documentada, sin temer las opiniones ajenas, cambiando mi mundo para que el mundo cambie para él. He transmutado mis valores para hacerlos más fuertes y coherentes.

He aprendido de nuevo con la voracidad de la infancia. He leído, he hablado con hombres y mujeres sabios, he participado en movimientos sociales y políticos, que, con sus negros y blancos, con sus decepciones y éxitos, me han hecho aprender mucho más sobre mí misma y las personas. He querido entender mejor a los niños y sus procesos naturales, para cuidarlo mejor y eso me ha liberado de muchas ideas rancias sin ninguna base que siguen formando parte del pensamiento popular. He hecho muchos cursos y talleres, me he vuelto a matricular en otra carrera universitaria, me he empapado de lecturas científicas sobre psicología, antropología, pedagogía y medicina. Hasta he publicado mi primer libro, titulado precisamente, “Una nueva maternidad“.

De todo este tiempo solamente me arrepiento de lo rápido que lo he dejado pasar. Echo de menos a mi bebé, a mi niño de dos años, al pequeño Héctor que me levantaba a las seis de la mañana pidiendo teta o pidiendo jugar. Me gustaría haber aprovechado mejor cada segundo, pasa rápido, muy rápido, la infancia de nuestros hijos. Por favor, lectores, aprovechad cada instante, es fugaz el tiempo, nada vale lo que podáis dedicar a vuestros niños.

Sigue importándome que los niños sufran. Me he comprometido a hacer lo posible para erradicar la violencia contra ellos. Que les peguen. Que se duerman llorando en sus cunas, y ahora se que eso les hace daño. Que no les dejen crecer en la responsabilidad y la libertad. Que los etiqueten, los engañen, los humillen, los castiguen y los domen. Que no aprendan con placer, que tengan miedo a quienes tienen que protegerlos, que se les inculque que el fuerte puede dañar al débil, que les enseñen que la violencia da la razón a quien la ejerce. Que no sean felices y que no sean ellos mismos.

En once años me considero una persona diferente, con muchos defectos, algunos que no he aprendido a vencer, pero más comprometida, más sabia, más culta y más valiente. Una nueva vida nació hace once años, la de mi hijo, pero también su nacimiento me ofreció la posibilidad de nacer de nuevo.

Vosotros, lectores que comenzáis este itinerario ahora, quizá con miedos y agotados, os mando mucha fuerza. Empieza una aventura maravillosa y dentro de unos años nada será igual, eso os lo puedo asegurar. La mia empezó hace once años… y continúa.

En Bebés y más | “Una nueva maternidad”, el libro del que soy coautora, se presenta en Madrid, 10 cosas que yo le permito hacer a mi hijo, Maternidad y paternidad conscientes, Yo he dado el pecho más de seis años, Monitos desnudos: la crianza según Desmond Morris, Madres e hijos, una historia de la conciliación, Para ser buenos padres hay cosas que no pueden faltar

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