Covid, gripe y bronquiolitis: tu hijo podría hacerse un triplete de infecciones este invierno

Covid, gripe y bronquiolitis: tu hijo podría hacerse un triplete de infecciones este invierno
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Parece que este invierno los virus vienen pisando fuerte. Tenemos urgencias pediátricas colapsadas, camas de hospitalización llenas y centros de salud abarrotados de niños con síntomas respiratorios: mocos, tos, dificultad respiratoria, a veces fiebre... Los culpables: la gripe, el VRS y el coronavirus, que parecen haber coincidido todos al tiempo.

¿Por qué esto no ha pasado otros años?

En pediatría, el virus respiratorio sincitial (VRS) es probablemente el virus más temido. Es el causante de las bronquiolitis, la causa más frecuente de ingreso en niños pequeños.

Suele aparecer en noviembre, tiene el máximo pico hacia mediados de diciembre y coincidiendo con las Navidades (y los días sin cole) comienzan a descender los casos. Este año, sin embargo, llega antes y parece que con más fuerza. Tenemos ya (mediados-finales de noviembre) las UCIs y plantas de hospitalización llenas y aún parece que no hemos alcanzado el pico máximo, lo que cual nos preocupa enormemente a los pediatras.

Por otro lado, la gripe también se ha adelantado. No ha esperado siquiera a comenzar la campaña de vacunación. En nuestro medio, la gripe solía aparecer en noviembre-diciembre y extenderse hasta marzo, teniendo su pico máximo en enero.

Además, este año contamos, al igual que los dos años previos, con el coronavirus. La COVID sigue estando presente en nuestro medio y, aunque cuantificar los casos es difícil porque las indicaciones de realizar test diagnósticos son muy limitadas (casos de riesgo, ingresos...), lo cierto es que el virus sigue circulando entre nosotros y sigue haciendo "sus olas".

´La razón de este adelanto de virus invernales no se conoce. Algunos expertos lo atribuyen a haber pasado dos años de pandemia con menor número de otras infecciones respiratorias como gripe y VRS (por las mascarillas, distancia social, cierre de colegios...) y tener ahora menos inmunidad; es lo que se conoce como gap o deuda inmunitaria. Lo cierto es que el SARS-CoV2 ha puesto todo patas arriba, incluidos otros virus respiratorios.

¿Cómo distinguir un virus de otro?

virus-respiratorio

Con frecuencia, los síntomas que dan estos virus son indistinguibles: tos, mocos, fiebre, a veces dolor de garganta, malestar general... Por ello, para saber con certeza si estamos ante uno u otro debemos hacer algún tipo de test diagnóstico. Además, puede suceder que coexistan dos virus, es decir, que estemos infectados a la vez, o casi a la vez, por ejemplo  COVID y gripe (lo que se conoce con el nombre de flurona).

Para estos tres virus disponemos de test rápidos, que pueden darnos el resultado en minutos, con una muestra nasal (lavado o aspirado nasal) o nasofaríngea (torunda).

Virus Respiratorio Sincitial (VRS)

El VRS es el responsable de las bronquiolitis. No todos los niños infectados por VRS tendrán bronquiolitis; algunos no tendrán más que un catarro. La bronquiolitis se define como el primer episodio de dificultad respiratoria en un niño menor de dos años. El diagnóstico de bronquiolitis es clínico, no necesitamos prueba; sin embargo, sí necesitamos hacer algún estudio complementario para saber qué virus lo causa (el VRS no es el único). En la bronquiolitis se produce una inflamación de los bronquiolos, las vías respiratorias más finas.  Los bebés o niños con bronquiolitis comienzan con síntomas catarrales (tos, mocos...) y pueden evolucionar en 3 o 4 días hacia dificultad respiratoria (respiran rápido, hunden el pecho, se les marcan las costillas...). Suelen tener dificultades para comer (se cansan con las tomas, tienen menos apetito, vomitan...) y pueden asociar fiebre o febrícula. En la auscultación oiremos subcrepitantes y/o sibilancias (pitos). Cuanto más pequeño es el niño, más grave suele ser la bronquiolitis.

Gripe

La gripe en niños da síntomas que pueden ser diferentes de los de los adultos.  Lo más habitual es que tengan fiebre, que puede ser elevada y durar varios días y síntomas respiratorios: tos, congestión nasal, dolor de garganta, ronquera; algunos niños pueden tener también "pitos" o sibilancias en la auscultación. Los más mayores sí presentan síntomas más propios de los adultos, como dolor de cabeza o dolor de "todo el cuerpo". También pueden aparecer síntomas digestivos, como vómitos o diarrea.

COVID

Han pasado ya más de 2 años desde el inicio de la pandemia y aún desconocemos mucho de este virus. Según han ido sucediéndose las olas, han ido variando los síntomas: por ejemplo, la anosmia tan característica del inicio ahora es mucho menos frecuente, y es habitual ver otros síntomas como la afonía. Muchos niños han pasado la infección completamente asintomáticos; otros han tenido fiebre con o sin síntomas catarrales, a veces afonía y tos perruna (típica de las laringitis), diarrea... siendo las complicaciones muy poco frecuentes en la infancia.

¿Podría tener mi hijo una infección por dos o incluso tres virus a la vez?

Cuando tenemos una infección por dos o más virus a la vez, hablamos de coinfección. Esto es algo relativamente frecuente en pediatría, especialmente durante el invierno.

Hemos visto cómo los meses en los que hay más casos de gripe, VRS y otros virus respiratorios se solapan (noviembre, diciembre, enero, febrero…) y esto favorece que los niños pueden infectarse por varios patógenos a la vez.

Las coinfecciones de gripe y VRS con otros patógenos así como entre ellos ha sido ampliamente estudiado. En este reciente estudio, por ejemplo, estudian las coinfecciones de gripe con otros virus respiratorios a lo largo de 8 epidemias gripales consecutivas, encontrando en 2 de cada 10 casos coinfección de gripe con otros virus respiratorios: en la mayoría, 75% de los casos, coincidían 2 virus respiratorios y en 25% de los casos había coinfección de 3 o más patógenos. Los virus más frecuentemente implicados fueron el rinovirus, el VRS, el bocavirus y el coronavirus humano (los datos se recogieron en la época prepandemia).

El nuevo coronavirus SARS-CoV2 lleva relativamente poco tiempo entre nosotros por lo que aún hay poca bibliografía en este campo. No parece tener predilección por una determinada estación y estamos viendo olas en diferentes momentos del año por lo que cuando aparece en meses invernales, también puede ser otro candidato a coinfección. De hecho, sí se ha demostrado la coinfección entre este virus y la gripe, lo que se ha denominado flurona.

Que un niño tenga una infección por dos virus respiratorios resulta relativamente frecuente, y, en ocasiones, pueden coincidir tres o más virus.

Aunque no hay muchos datos (por tratarse de población pediátrica, porque no se hacen test de rutina para identificar los diferentes virus y por lo reciente de la COVID) podría darse el caso de que nuestro hijo hiciese triplete y tuviese a la vez una infección por “los tres grandes”: gripe, VRS y coronavirus.

Más allá de la “mala suerte” de coger la triple infección, queda por ver qué repercusión tiene esto. ¿Tendrá una infección más grave? ¿O más larga? ¿Será indiferente? La evidencia que tenemos hasta ahora sobre coinfecciones arroja resultados contradictorios: en unos casos se objetivan infecciones más graves y en otros no parece influir. Son necesarios entonces más estudios bien diseñados que permitan conocer si las coinfecciones tienen distinta evolución a las infecciones por alguno de los virus de manera individual.

¿Podemos prevenirlo?

infecciones

Este invierno parece que puede ser peor que otros (las infecciones propias del invierno han llegado antes, los hospitales y centros de salud están desbordados...) por lo que la prevención es fundamental.

Para prevenir las infecciones respiratorias podemos tomar algunas medidas generales: lavado frecuente de manos, usar pañuelos desechables, no estar en contacto con personas enfermas, ventilar correctamente los espacios, taparnos con el codo al toser o estornudar y no llevar a los bebés y niños enfermos al colegio o guardería. El uso de mascarilla también puede prevenir el contagio de virus respiratorios como el SARS-CoV2.

Además, sabemos que la leche materna protege frente a infecciones respiratorias.

En cuanto a las vacunas, tanto para la gripe como para el coronavirus se dispone de vacunas. En el caso de la gripe, puede emplearse la vacuna a partir de los 6 meses y el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda que se vacune a todos los niños entre los 6 y los 59 meses, además de a otros grupos de riesgo. Los menores de 6 meses son de riesgo y, sin embargo, no pueden vacunarse, por lo que se recomienda que lo hagan sus convivientes.

Respecto a la COVID, la vacuna en nuestro país se pone a niños mayores de 5 años, aunque en otros, como EEUU ya están vacunando a bebés también. En el caso de los que reciben lactancia materna, si la madre tiene anticuerpos frente a COVID, se los pasaría al bebé a través de la leche materna.

Para el VRS no disponemos aún de vacuna como tal, aunque hay muchos estudios en marcha. A los niños de riesgo (prematuros, cardiópatas...) se les administra Palivizumab, unos anticuerpos que se unen al VRS para impedir que cause enfermedad o que ésta sea más leve.

Si es posible, es recomendable evitar la guardería durante los meses de invierno en los más pequeños (y muy especialmente menores de 6 meses), en los que las infecciones respiratorias pueden ser más graves.

¿Cuándo consulto?

Como hemos visto, si nuestro hijo/a tiene tos, mocos y/o fiebre, es difícil saber si tiene COVID, gripe o si será el comienzo de una bronquiolitis por VRS. Pero en cualquier caso, hay situaciones en las que hay que acudir a Urgencias:

- Fiebre en menor de 3 meses.

- Fiebre que asocia mal estado general, manchas en la piel, decaimiento llamativo o que supera los 40,5ºC.

- Dificultad para respirar: el bebé o niño/a respira muy rápido, hunde el pecho, se le marcan las costillas y/o tiene quejido.

- Si mi bebé o niño/a tiene cambio de coloración alrededor de los labios (blanco/azulado) y/o hace pausas de apnea (deja de respirar unos segundos).

- Si mi bebé rechaza el alimento, come muy poco  y/o se cansa con las tomas.

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