Más del 80% de niños enfermos críticos por COVID-19 presenta patologías previas significativas, según un reciente estudio

Más del 80% de niños enfermos críticos por COVID-19 presenta patologías previas significativas, según un reciente estudio
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A medida que avanza el tiempo más datos se van conociendo sobre la infección por SAR-COV-2 y sus diferentes manifestaciones, así como la incidencia que tiene entre los distintos grupos de edad. De este modo, se ha visto que la enfermedad del COVID-19 tiene una mayor virulencia en mayores de 60 años, y que afecta en menor grado a los bebés y niños.

Recientemente se ha publicado en la revista JAMA Pediatrics un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores en Estados Unidos y Canadá. Dicho estudio ha analizado los datos de 48 niños ingresados por COVID-19, de los cuales el 80% presentaba patologías previas.

Si bien se trata de un estudio con una muestra muy pequeña y una duración de tan solo tres semanas, los datos que arroja son importantes a la hora de conocer más detalles sobre cómo afecta esta enfermedad a los niños y adolescentes.

Los niños con patologías previas significativas tienen más riesgo de sufrir complicaciones por COVID-19

El estudio se ha realizado entre el 14 de marzo y el 3 de abril de 2020, con seguimiento hasta el 10 de abril. Se ha llevado a cabo con registros médicos de 48 niños ingresados en 46 hospitales de América del Norte (40 ubicados en Estados Unidos y seis en Canadá) por infección confirmada por COVID-19 mediante PCR.

De estos 46 hospitales, 30 (es decir, el 65% de los hospitales participantes en el estudio) registraron pacientes no críticos (todos los de Canadá y 24 hospitales de EE.UU), mientras que 16 hospitales registraron a pacientes críticos que tuvieron que ser ingresados en UCIp (Unidad de Cuidados Intensivos Pediátrica).

Los datos de los pacientes recogidos en el estudios incluyen:

  • sexo: 25 eran varones y 23 eran mujeres
  • edad: una media de 13 años
  • enfermedades crónicas existentes: 40 de los 48 niños (83%) padecía afecciones crónicas como enfermedad cardíaca, retraso del desarrollo, compromiso inmunitario, malignidad, complejidad médica, obesidad, postrasplante y traqueotomía)
  • síntomas asociados a la infección por coronavirus: asintomático, síntomas respiratorios, gastrointestinales, neurológicos o circulatorios

Atendiendo al cuadro clínico del paciente, el curso de la enfermedad y el tratamiento precisado, se los dividió en cuatro categorías:

  • Enfermedad leve por COVID-19: incluye fiebre, dolor de garganta, tos y/o dolor muscular sin dificultad respiratoria.
  • Enfermedad moderada por COVID-19: incluye fiebre, dificultad respiratoria y/o imágenes de tórax compatibles con neumonía por SARS-CoV-2, y sin cambios con respecto a los requisitos iniciales si recibe soporte respiratorio a largo plazo.
  • Enfermedad grave por COVID-19: incluye fiebre, dificultad respiratoria y/o imágenes de tórax compatibles con neumonía por SARS-CoV-2, con necesidad de oxígeno suplementario nuevo o aumentado y/o necesidad de soporte ventilatorio.
  • Enfermedad crítica por COVID-19: incluye insuficiencia respiratoria que requiere ventilación mecánica, síndrome de dificultad respiratoria aguda, shock o síndrome de respuesta inflamatoria sistémica y/o insuficiencia multiorgánica.

De los 48 niños estudiados, 18 de ellos (el 38%) presentaban un estado crítico de la enfermedad y requirieron de ventilación invasiva (ventilación endotraqueal o traqueotomía). De estos 18, tres niños continuaban necesitando ventilación al término del estudio, siete ya no la tenían pero seguían hospitalizados, y seis habían sido dados de alta.

Esto demostraría que a pesar de que los niños también pueden enfermar de gravedad, el curso clínico de la enfermedad es menos severo en ellos que si lo comparamos con los adultos en estado crítico.

En lo que respecta al porcentaje de fallecidos, de los 18 niños en estado crítico, dos fallecieron en el trascurso de las tres semanas que duró el estudio (un niño de 12 años y un adolescente de 17 años, ambos con enfermedades crónicas previas). Sin embargo, este porcentaje sigue siendo muy bajo con respecto al de los adultos que fallecen por complicaciones.

Los datos del estudio reforzarían la idea de que solo un pequeño porcentaje de niños se ve gravemente afectado por el virus, y de los especialmente afectados, más del 80% presentaba patologías previas significativas a largo plazo.

Es importante señalar también el creciente papel que está jugando la obesidad en el desarrollo de complicaciones en pacientes con COVID-19. No en vano, el estudio alerta de que el 20,5% de los niños mayores de seis años presentaba obesidad, un porcentaje que se eleva hasta el 48% en el caso de los adultos hospitalizados por COVID-19.

La gripe estacional sigue provocando más muertes en niños que la infección por coronavirus

Finalmente, el estudio compara el índice de mortalidad que provoca la infección por COVID-19 en los niños, con el que ocasiona la gripe estacional. En este sentido, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) informaron de ocho muertes de menores de 14 años relacionados con el COVID-19 en Estados Unidos, mientras que la epidemia de gripe 2019-20 en este país se cobró la vida de 169 niños, 81 de ellos en lo que llevamos de año.

Es necesario seguir estudiando cómo afecta la enfermedad a los niños

coronavirus en niños

Hasta la fecha, más de tres millones de personas en todo el mundo se han infectado con COVID-19, y de ellas, más de 215.000 han fallecido, 27.000 en nuestro país.

En lo que respecta a los niños, poco a poco se van conociendo más detalles sobre cómo les afecta esta enfermedad, gracias a los estudios que están llevando a cabo investigadores de todo el mundo.

Los dos primeros estudios en niños que se hicieron al inicio de la pandemia tuvieron lugar en la provincia de Wuhan (China), y concluyeron que las manifestaciones graves de la enfermedad son menos frecuentes en bebés y niños que en adultos, además de tener menos incidencia entre los niños y jóvenes menores de 20 años.

Un informe posterior publicado el pasado 6 de abril en Estados Unidos vino a afianzar los resultados de estos primeros estudios, pues de los 150.000 casos conocidos hasta ese momento en el país, solo 2.572 eran niños (aproximadamente, el 1,7%).

Este nuevo estudio del que nos hemos hecho eco pone de manifiesto que la gravedad de la enfermedad en bebés y niños es mucho menor que la documentada en adultos, (teniendo en cuenta, además, que el 80% de los niños críticamente enfermos tenían afecciones médicas subyacentes) y la supervivencia general y evolución es mejor entre los menores.

No obstante es importante seguir investigando con el fin de averiguar más datos sobre esta enfermedad en niños y en mujeres embarazadas. En este sentido, en nuestro país, hospitales como el Sant Joan de Deu de Barcelona está llevando a cabo un estudio para analizar la incidencia y efectos del COVID-19 en la población materno-infantil.

Foto | iStock

Vía | Jama Pediatrics

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