Los traumatismos craneoencefálicos aumentan en verano: cómo prevenirlos y qué hacer en caso de emergencia

Los traumatismos craneoencefálicos aumentan en verano: cómo prevenirlos y qué hacer en caso de emergencia
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El verano es tiempo de diversión, de juegos al aire libre y de ocio acuático. La mayoría de los niños se lo pasan en grande en el agua, nadando o zambulléndose en las piscinas y el mar, por lo que es de vital importancia inculcarles unas normas básicas de seguridad y no perderles de vista ni un segundo.

Y es que, según informa la Sociedad Española de Neurología, durante el verano se observa un especial incremento de los casos de traumatismo craneoencefálico, siendo las lesiones provocadas en el entorno acuático una de las principales causas. Te contamos qué debemos hacer para prevenir este tipo de accidentes y cómo actuar en caso de emergencia.

¿Por qué los traumatismos craneoencefálicos aumentan en verano?

Cada año se producen en España unos 100.000 nuevos casos de traumatismo craneoencefálico (TCE), y aunque tres de cada cuatro pacientes tienen edades comprendidas entre los 15 y los 30 años, también se dan con mucha frecuencia en la infancia.

Según apunta la Sociedad Española de Neurología, durante el verano se observa un especial incremento de los TCE, y aunque la mayoría de las veces son casos leves, es importante adoptar medidas de seguridad para prevenir los golpes en la cabeza en niños, ya que podrían tener fatales consecuencias.

uso de casco

Los expertos señalan como principales causas, los accidentes de tráfico (ya que los desplazamientos aumentan en verano), la práctica de ciertos deportes o actividades de ocio tanto dentro como fuera del agua, y las imprudencias a la hora de zambullirse en las piscinas.

"Es importantísimo proteger nuestra cabeza de agresiones externas. En carretera, los niños deben viajar siempre en sillas especiales para el coche y usar casco cuando utilicen la bici, el patinete, si montan a caballo..." - señala el doctor Jesús Porta, director de la Fundación del Cerebro.

Mucha precaución en las piscinas y el mar

Los niños y adolescentes son los que con mayor frecuencia se ven afectados por TCE o lesiones medulares producidas en las piscinas. Esto ocurre principalmente a la hora de zambullirse en el agua, ya que se hace de manera imprudente.

Desde la Fundación del Cerebro aconsejan comprobar la profundidad del agua antes de tirarse a la piscina, no zambullirse desde gran altura, utilizar los brazos como protección a la hora de lanzarse de cabeza y no perder de vista ni un momento a los niños.

En el caso de los adolescentes, a las recomendaciones anteriores también se sumaría la importancia de no bañarse ni practicar deportes acuáticos bajo los efectos del alcohol y las drogas.

niño en piscina

"No solo por lanzarse al agua desde gran altura, sino porque muchas veces estas prácticas van asociadas al consumo de alcohol u otras sustancias. Comprobar la ausencia de obstáculos y la profundidad del lugar donde nos vayamos a sumergir, utilizar los brazos como protección de nuestro cuerpo si nos tiramos de cabeza, vigilar a los más pequeños cuando estén cerca del agua y no consumir drogas antes de realizar cualquier actividad acuática, son las principales medidas a adoptar para evitar estos accidentes" - recalca el doctor Porta.

Si nos decantamos por navegar o realizar deportes acuáticos con niños, los expertos destacan la importancia del uso de chaleco salvavidas, ya que puede prevenir hasta el 85 por ciento de las muertes en caso de accidente.

Y si entre nuestro planes para estas vacaciones está pasar un día en familia en un parque acuático, debemos cumplir escrupulosamente las medidas de seguridad que se indiquen para el uso de las atracciones, ya que un 18 por ciento de los accidentes que se producen en el medio acuático suceden en toboganes de agua, una cuarta parte de ellos por colisión entre personas.

parque acuatico

Además de estas medidas, el Ministerio de Sanidad en colaboración con la Cruz Roja ha elaborado una guía para que las familias disfruten del agua sin riesgos, en donde podemos leer estas otras recomendaciones destinadas a evitar accidentes y golpes en la cabeza:

  • No correr por el borde la piscina, ya que podrías caer al agua por accidente y lesionarte, o lesionar a otros

  • Los niños deben jugar en la piscina sin empujarse unos a otros, ya que al caer al agua podrían golpearse en la cabeza

  • Enseñar a los niños a respetar las normas de seguridad en piscinas, parques acuáticos y aguas abiertas, como ríos, lagos, pantanos y playas

  • Optar preferiblemente por baños en piscinas y playas vigiladas por socorristas, aunque en ningún momento debemos perder de vista a nuestros hijos, ni delegar la responsabilidad de su vigilancia en otros niños mayores

Tras un golpe en la cabeza, ¿qué signos deben alarmarnos?

golpe en la cabeza

Tras un golpe en la cabeza, muchos niños no experimentan ningún síntomas más allá del dolor, pero en otros casos pueden aparecer los siguientes signos de alarma:

  • Alteración del nivel de conciencia

  • Confusión, desorientación, somnolencia o amnesia post-traumática

  • Vómitos

  • Convulsiones

  • Dolor de cabeza intenso

  • Trastorno de la marcha, del habla o de la visión

  • Llanto que no cesa, irritabilidad o cualquier señal en su comportamiento que nos alarme

  • Aparición de sangre o de un líquido por la nariz o los oídos

  • Hematomas en los parpados o alrededor de las orejas

  • Pupilas asimétricas

  • Zona hundida en la cabeza

Además, debemos prestar especial atención a las caídas que hayan tenido lugar a más de un metro de altura, así como a los golpes en la cabeza en los menores de un año.

¿Cómo actuar en caso de accidente?

Si el niño se ha dado un golpe en la cabeza lo primero que debemos hacer es valorar su estado general, y en caso de no presentar signos de alarma y de tratarse de un golpe leve, debemos observarle y llevarle al centro de salud si lo creemos necesario.

Pero si el golpe ha sido importante, con independencia o no de la presencia de síntomas, el pediatra debería valorar siempre el estado del niño. Así pues:

  • Si tras un golpe fuerte, aparentemente el menor se encuentra bien, deberemos acudir al centro sanitario para valoración.

  • Pero si tras el golpe o la caída, el niño presenta síntomas de alarma y/o desconodemos la magnitud del daño causado, es importante no mover al paciente, valorar sus signos vitales (y atenderle en caso necesario) y llamar al 112.

Via Fundación del Cerebro, AEPap

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