Mi amiga y yo criamos de forma diferente y eso nos está distanciando: siete claves para abordar la situación de forma positiva

Mi amiga y yo criamos de forma diferente y eso nos está distanciando: siete claves para abordar la situación de forma positiva
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La crianza de los hijos es una cuestión muy personal y cada padre o madre lo entiende de una forma diferente según sus propios valores.

En este sentido, - y aunque con frecuencia hemos incidido en la importancia de tener una red en la que apoyarse durante la crianza - cuando las personas en quienes confiamos tienen estilos diferentes a la hora de educar a sus propios hijos, podrían surgir discrepancias que afectaran a nuestra relación.

Hoy vamos a abordar una situación muy común: cuando las diferencias en la crianza provocan tensiones entre amigas. ¿Es posible mantener la amistad cuando la otra persona cría a sus hijos de una forma muy diferente a como lo haces tú? ¿Cómo encontrar el equilibrio entre la amistad y la crianza, promoviendo el respeto y la empatía?

Cómo pueden afectar a la relación de amistad las diferencias en la crianza

Las relaciones de amistad van cambiando a lo largo de los años en función de las circunstancias personales y la etapa vital que estemos atravesando. En este sentido, la maternidad es una experiencia especialmente intensa, rompedora y transformadora, por lo que en general, solemos preferir rodearnos de mujeres que se encuentren en la misma etapa, que compartan nuestros mismos intereses y que entiendan lo que estamos viviendo.

Es por ello que muchas mujeres manifiestan haber perdido amistades tras convertirse en madres, pues cuando tus amigas no tienen hijos, puede ser difícil que entiendan tu situación.

Pero tener amigas con hijos no garantiza el entendimiento. No en vano, muchas relaciones de amistad comienzan a tambalearse cuando llegan los hijos. ¿La razón? Los diferentes criterios a la hora de criar y educar.

De este modo, es posible que poco a poco vayan surgiendo malentendidos, encontronazos o distanciamientos. Esto sucede sobre todo cuando una o ambas partes juzgan, critican o se meten de algún modo en la crianza ajena, o cuando las diferencias impiden comprender o dar apoyo a la otra persona. Dos formas de criar muy diferentes también puede dificultar el hecho de compartir experiencias, buscar consejos o en casos extremos, confiar a la otra persona el cuidado temporal de tu hijo.

Aunque pueden ser innumerables las diferencias en la crianza, por lo general, las situaciones que más enfrentamientos provocan son las relacionadas con la disciplina y los límites, los estilos de crianza, el uso de la tecnología, los horarios y rutinas e incluso la alimentación.

Mi amiga y yo criamos diferente: ¿qué hacer para que no nos afecte?

Diversidad de enfoques. Lo primero que debemos entender es que no todas las personas tienen que seguir el mismo estilo de crianza que seguimos con nuestros hijos, pues cada familia es un mundo y tiene sus propias creencias, valores y circunstancias.

En este sentido, habrá familias que opten por una crianza democrática basada en la disciplina positiva, mientras que otros críen a sus hijos de forma autoritaria o incluso les cueste marcar límites.

Respeto y tolerancia. Una vez hayamos comprendido que cada familia toma decisiones basadas en su experiencia, valores y conocimientos, debemos poner el foco en la importancia de respetarnos y no juzgarnos.

Ninguna maternidad es mejor que otra, y todas las madres tratamos de criar de la mejor forma posible a nuestros hijos.

Enfócate en las similitudes, no en las diferencias. En lugar de destacar las diferencias en la crianza, céntrate en vuestras similitudes y valores compartidos. Ambas sois madres y queréis lo mejor para vuestros hijos, tenéis las mismas preocupaciones y los mismos retos diarios.

Más allá de la crianza de vuestros hijos, las dos sois mujeres con múltiples facetas y con aficiones que seguro os gusta compartir, como salir  juntas a cenar y olvidar por un momento las exigencias de ser madre.

Comunicación sincera y abierta. No dudes en mantener con tu amiga una conversación abierta, sincera y respetuosa sobre vuestros diferentes enfoques de crianza. Puedes expresarle cómo te sientes ante determinadas situaciones, o manifestarle tus propias ideas utilizando un lenguaje positivo y evitando palabras que puedan parecer acusatorias.

Evita juzgar o criticar las decisiones de crianza de tu amiga. En su lugar, trata de comprender las razones detrás de sus elecciones y respétalas como válidas para su situación.

Busca soluciones a los problemas. Si surge algún problema entre vuestros hijos derivados de las diferentes formas de criar, o en algún momento no te sientes cómoda con alguna situación, aprovechad la oportunidad para plantear soluciones conjuntas que acerquen vuestras posturas.

Este ejercicio es una excelente oportunidad para aprender de la diversidad de enfoques y compartir ideas que puedan enriquecer tu propia experiencia como madre.

Búsqueda de apoyo. Pero si realmente sientes que vuestras diferencias son muy significativas y esto os está distanciando, no dudes en buscar apoyo en comunidades de padres y grupos de crianza que compartan tu mismo enfoque. Esto no solo te permitirá aliviar la presión que las diferencias de la crianza están causando en vuestra relación de amistad, sino encontrar el apoyo que realmente necesitas en otras personas que comparten tu misma visión.

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