Por qué deberíamos enseñarle a nuestros hijos a reírse de sí mismos
Infancia

Por qué deberíamos enseñarle a nuestros hijos a reírse de sí mismos

HOY SE HABLA DE

Ahora que soy madre, suelo hacer un ejercicio de memoria. Trato de recordar aquello que me gustaba mucho y aquello que no, tratando de llegar al origen de quien soy hoy en día. Una de las cosas que más tengo presente es que quería siempre hacerlo todo perfecto, y si cometía un error o alguna torpeza (con su consecuencia), y oía risas, me mortificaban a más no poder.

Esto me ayuda a entender mejor cómo  puedo ayudar a mis hijas a brindarles herramientas que les ayude a gestionar sus emociones, especialmente si son muy potentes (como lo era para mi ese sentimiento de enfado monumental), o incluso algo tan simple como una broma... y tengo claro que una de las más positivas y efectivas que tenemos, es la risa.

¿Qué beneficios tiene el enseñara un niño a reírse de sí mismo?

Niños más seguros de de sí mismos

Está claro que para que un niño logre reírse de si mismo de forma natural, es necesario que tenga asentadas unas muy buenas bases de autoestima y seguridad. Un niño que conoce perfectamente su valía, que se siente querido y valorado, puede asimilar más fácilmente cualquier episodio que pueda afectarle y a partir de ahí, crecer con cualidades muy importantes como la asertividad o la resiliencia.

Disminuimos su propio nivel de autoexigencia

Cuando eres pequeño estás en constante definición de tu persona y de tus capacidades. Por eso es normal que los niños suelan compararse con otros y que al principio les cueste gestionar la frustración.

Cuando nos reímos de nosotros mismos, estamos reconociendo que no somos perfectos, que cometemos errores y que no pasa nada por ello. Disminuir el nivel de autoexigencia en niños que lo suelen tener muy alto les ayudará a estar más tranquilos y a gestionar mucho mejor los fracasos, herramienta muy positiva de cara a la adolescencia y la edad adulta.

Aprenden a reconocer y aceptar que somos diferentes

Reirse De Si Mismo

Una de las cosas más difíciles de aprender a manejar cuando somos pequeños son aquellas diferencias físicas que saltan a la vista (como llevar gafas, por ejemplo), porque suelen ser el motivo de burlas por parte de otros niños.

Está claro que no debería ser así, pero ocurre, así que el punto de partida de todos los padres debería ser enseñar que todos somos diferentes, con nuestros defectos y nuestras virtudes, y que eso precisamente es lo que nos hace valiosos.

Teniendo eso asimilado por parte de los niños, es más fácil enseñarles a reírse de esas cosas que no pueden controlar.

Les ayuda a mejorar sus relaciones interpersonales

Una persona que sabe reírse de si misma suele ser más alegre, tranquila y carismática. Si los niños aprenden a tomarse las cosas con humor y optimismo, les será mucho más fácil relacionarse, comunicarse mejor y resolver conflictos de una forma más positiva.

Por último: enséñale a reírse del hecho y no de la persona

Reirse

Debemos tener claro como padres que hay una línea importante que separa el reírse de uno mismo y el aceptar las bromas pesadas o el bullying. Por eso es muy importante enseñarles que puedes reírte de un hecho en concreto que pueda resultar gracioso, pero nunca hacerlo de la persona, porque eso es una falta de respeto hacia el otro.

Tenerlo claro también le da al niño herramientas para identificar el acoso escolar y, de cierta forma, a blindarse de cierta manera ante él.

Obviamente la mejor manera de enseñar a los niños a reírse de si mismos es a través del ejemplo: no tengas miedo a disfrazarte de payaso, a que tus hijos te maquillen como una puerta o a reírte si haces alguna torpeza delante suyo ¡no nos tomemos todo con tanta seriedad y permitamos que ellos también aprendan a liberarse de prejuicios!

Imagen | master1305 rawpixel

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