¿Hay que ir a la guardería para prepararse para el colegio?

¿Hay que ir a la guardería para prepararse para el colegio?
33 comentarios

Hace ya una semana que los niños nacidos en el año 2006 empezaron el colegio. Muchos de ellos habían ido a la guardería previamente y muy pocos, al menos en mi ciudad y en el colegio en el que estamos, entraban sin saber lo que era un espacio en el que permanecer con otros niños sin sus familiares.

Nuestro hijo Jon era uno de ellos (yo diría que el único de la clase) y me sorprendió que tanto su profesora como algún otro profesional de la educación pusieran caras de lamento al enterarse que no había ido a la guardería.

Fue entonces cuando me pregunté: ¿Hay que ir a la guardería para prepararse para el colegio?

El tema no es nuevo para nosotros. En los tres años y medio que han pasado desde que nació hemos escuchado de varias personas diversos argumentos sobre lo beneficioso que sería para él acudir a la guardería.

De hecho, no sólo nos han intentado convencer, sino que además hay quien nos ha reprochado el daño que le estábamos haciendo al no dejarle entrar en sociedad.

Algunos de los diálogos que hemos tenido (bueno, sobretodo mi mujer) con gente conocida y desconocida son:

Diálogo 1

    - ¡Hola pequeño! ¿Hoy no vas al cole?

    – No, es que nació en Enero, hasta el año que viene no le toca.

    – Ay, ¡qué lástima! Pues por un mes ya os lo podrían haber metido ¿no?

Esta señora pretendía que hubiéramos convencido a los responsables de educación de escolarizar a nuestro hijo con 2 años y 3 meses porque es una pena esperar un año…

Diálogo 2

    - ¡Hola pequeño! ¿Ya has salido de la guardería?

    – No, él no va a la guardería.

    – ¿Ah no? Pero si les va superbien, yo al mío lo metí con once meses. Así se enteran de que no son el centro del universo, juegan con otros niños y aprenden un montón.

Esta simplemente nos contó algunos beneficios de llevar a los niños a la guardería.

Diálogo 3

    - ¡Hola pequeño! ¿Uy, este niño no va a la guardería?

    – Pues no.

    – ¿Cómo que no? ¿Pero cuántos años tiene?

    – Pues dos.

    – ¿Pero qué dices? ¡No sabes lo que estás haciendo! Así se está acostumbrando a estar contigo y el día que se tenga que separar lo pasará fatal. Los niños tienen que hacerse independientes porque… (aquí iría toda su argumentación).

Esta señora, maestra de profesión, le quiso hacer ver a mi señora esposa lo mal que lo estábamos haciendo al no llevar a la guardería a nuestro hijo.

Como veis la mayoría de comentarios van por el mismo camino. El mensaje viene a ser: los niños tienen que ir a la guardería para prepararse para el colegio (o para prepararse para la vida o para aprender…).

Nosotros en cambio tenemos claro (o pensamos) que un niño, cuanto más tiempo pase con una persona de referencia que sea cariñosa, empática y que sepa reconocer y satisfacer sus necesidades emocionales y afectivas (además de las físicas, claro), mejor, y si esa persona es su madre, pues mejor que mejor.

Como ya dijera en su momento, para que un niño se haga autónomo e independiente necesita aprender a vivir junto a alguien.

Una vez conoce la teoría lleva a cabo la práctica junto a esa persona de referencia y cuando ya cree dominar la técnica se atreve a hacerlo sin necesidad de acompañamiento o supervisión.

En una guardería puede aprender de esta manera, siendo la persona de referencia la cuidadora, sin embargo no hay comparación si el niño tiene una profesora en exclusiva para él y resulta que ésta es además su madre.

Lo dijo Punset hace poco y lo comentamos aquí también: Los primeros seis años son vitales en el desarrollo emocional de los niños y hay mucha literatura y muchas referencias sociales (hablo de los países nórdicos, donde las bajas maternales son bastante más largas que las nuestras) que abogan por acompañarles, cuanto más mejor, en sus primeros años de vida.

Y ya no sólo es cuestión de encontrar estudios, libros o publicaciones que hablen de ello. Estar con nuestro hijo en casa hasta ahora es algo que nos salió de dentro, una decisión que “nos la pedía el cuerpo”, una suma de sensaciones y sentimientos que nos hacen estar convencidos de que nuestros hijos tienen que estar con nosotros, que el huevo hay que incubarlo antes de abrirlo y que no, los niños no necesitan ir a la guardería para prepararse para el colegio.

Sin embargo, a pesar de nuestras creencias y decisiones, nos damos cuenta de que gran parte de la sociedad piensa diferente (y ya no es que piensen diferente, que se respeta, sino que te intentan convencer de que deberías hacer como ellos) y sorprende ver que los profesionales de la educación defienden también la guardería como método pre-colegio.

La profesora hizo un “aish” al enterarse de que Jon no había ido a la guardería y añadió un “llorará, lo pasará mal” (aún le estoy agradeciendo que lo dijera delante de él y que hiciera uso de su bola de cristal) y otro docente del centro, en una conversación informal, me dijo “tranquilo, irá todo bien… ha ido a la guardería ¿no?”. “No”, le contesté. “¡Ah!”, me contestó haciendo una mueca de “ostras pedrín, pues no seré yo quien te lo diga, pero igual no le va tan bien”.

Total, que entre unos y otros llegas a casa recapitulando y te das cuenta que en esos tres años y medio nadie te ha dicho “qué suerte tiene tu hijo que ha podido estar con su madre tanto tiempo”. No es que lo necesitemos, no se vive de los halagos, pero sorprende, simplemente.

Ahora, una semana después, muchos os preguntaréis si ha llorado, si se ha adaptado, cómo lo ha llevado… Pues os respondo: El primer día entró contento, pero salió llorando (al parecer no se quería poner la bata y no le gustó la idea de salir al patio).

El segundo día entró haciendo fila y diciéndonos “Adiós papá, adiós mamá”, moviendo la manita durante todo el trayecto hasta la clase (unos 3 metros de trenecito infantil) y salió dos horas después corriendo a abrazarnos.

El tercer, cuarto y quinto día (los dos últimos fue tanto por la mañana como por la tarde, pues habían acabado el periodo de adaptación) fueron exactamente igual, despedida con la manita diciéndonos adiós y abrazos y felicidad al salir.

Ayer lunes muchos niños que el viernes estuvieron contentos volvieron a llorar. Normal, habían pasado el sábado y el domingo con sus padres. Yo esperaba que pudiera pasar lo mismo con Jon, en cambio, entró igual de contento que los otros días y salió de la misma manera (incluso a mediodía, cuando los niños que se quedaban en el comedor lloraban porque querían a sus mamás, Jon se negaba a entrar en casa ¡porque quería ir al cole!).

En definitiva, todos los malos augurios y presagios han acabado por quedar en agua de borrajas. No digo que esto tenga que suceder con todos los niños que no van a la guardería, pero en nuestro caso personal así ha sucedido.

Se ha adaptado al colegio mejor que la mayoría de los niños de 3 años de su colegio (aunque hay que tener en cuenta que nació en Enero, por lo que es de los mayores), pero aún así, me encanta poder decir que le va fenomenal pese a no haber ido a la guardería.

PD: Si no me equivoco, preescolar es el periodo de tres años (cuando los niños tienen 3,4 y 5 años) que sirve para preparar a los niños para la educación primaria. Preescolar significa pre-escuela, antes de la escuela, luego ya están haciendo una preparación previa para ir al cole.

Suena un poco absurdo decir que ahora tienen que hacer una preparación previa (llamémosle guardería) para que estén preparados para la preparación previa (llamada preescolar) de la educación escolar.

Fotos | Flickr (htlcto), Flickr (kainr), Flickr (woodleywonderworks)
En Bebés y más | ¿Guardería o Aula de dos años?, ¿Niñera o guardería?, Periodo de adaptación ¿sí o no?, El gran paso de la guardería al colegio, Las guarderías en la palestra

Temas
Comentarios cerrados
Inicio