Las carnes en la alimentación infantil: cómo y cuándo ofrecerlas

Las carnes en la alimentación infantil: cómo y cuándo ofrecerlas
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Las carnes constituyen una parte importante en la introducción de la alimentación complementaria del bebé a partir de los seis meses. Es el primer alimento de origen animal que probará el bebé, por lo que su incorporación debe ser suave, paulatina y observando cómo es tolerada.

Desde el punto de vista nutricional, las carnes tienen propiedades muy saludables para favorecer el crecimiento del niño. Aportan proteínas, indispensables para el crecimiento, las defensas y la regeneración de los tejidos, vitamina B12, para la formación de glóbulos rojos y el sistema nervioso, y minerales como el zinc y fundamentalmente hierro, esencial para combatir la anemia.

Las carnes se pueden empezar a ofrecer a partir de los seis meses. Podemos comenzar con las carnes provenientes de animales pequeños, las llamadas carnes blancas, como el pollo, el pavo o el conejo. Seguir por el cordero y luego la ternera y el cerdo, por su sabor más intenso y la mayor proporción de grasa.

En cuanto al cerdo, lo más aconsejable es comenzar a ofrecer el solomillo, por ser una carne jugosa y sin nervios.

Cuando el bebé comience tanto con la ternera como con el cerdo, se deberá vigilar cómo lo tolera ya que la digestión de estas carnes es más lenta que otras.

Cuánta carne deben comer

Las proteínas son importantes y necesarias para la salud, pero al igual que es perjudicial una dieta defectuosa en proteínas, también lo es un exceso de las mismas, pues podría provocar alteraciones del metabolismo y de las funciones hepática, renal y hormonal, además de poner en riesgo la salud de los huesos e incrementar la obesidad.

Según la OMS, los bebés de entre seis y 12 meses deben consumir 1,6 g/Kg/día de proteínas, de entre 12 y 24 meses, 1,2 g/Kg/día de proteínas, y a partir de ahí, por cada año que cumplan la cantidad de proteínas requerida disminuirá en 0,05 gramos. Las proteínas deberían de ser un 65% de origen animal y un 35% de origen vegetal, por lo que debemos compensar unas con otras.

Según la Sociedad Española de Nutrición, para que el menú de nuestros hijos sea saludable y equilibrado, debería incluir carnes de tres a cuatro veces por semana, aunque es aconsejable asegurarse la obtención recomendada de hierro a través de otros alimentos como pescados y legumbres.

Lo recomendable a los seis meses es que tomen un máximo de 20 gramos diarios, que equivale a un trocito de pollo (algo así como la tercera o cuarta parte de un filete) que aporta unos 4 g de proteínas.

Un filete entero (80-100 gramos), contendría unos 16-20 gramos de proteínas. Prácticamente el total de proteínas que un niño necesita a lo largo de un día (recordad que los niños de 6 a 12 meses necesitan unos 20 gramos de proteínas al día y que los niños de 2 a 5 años aún necesitan menos, unos 14-16 gramos).

Es por eso que con esos 20 gramos de pollo (4g de proteínas), los 6-11 gramos que pueda aportar la leche que esté tomando y la cantidad que proviene de los cereales, la verdura y la fruta llegaríamos sin problemas a la cantidad de proteínas recomendable.

Niños vegetarianos. En niños que siguen una dieta vegana o vegetariana, es aconsejable asegurar que se consuman diariamente alimentos ricos en proteínas (sobre todo legumbres, frutos secos y semillas) y que se combinen las fuentes de proteínas.

Cómo preparar las carnes

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Antes de cocinarla hay que retirar la piel, los nervios y la grasa visible. No se le debe añadir sal ni ningún otro condimento.

La carne se pueden cocinar a la plancha (en su punto, pues conserva mejor los nutrientes), guisada, hervida o asada. Evitar los fritos, al menos al principio, en la medida de lo posible.

Especialmente al cerdo hay que cocerlo al punto, pues si se pasa pierde sus propiedades y queda demasiado duro. Otra razón de cocinar a la plancha al punto es para evitar las sustancias que se forman cuando se cocina la carne a altas temperaturas, pues pueden irritar la mucosa intestinal.

No se deben ofrecer las carnes ahumadas (aunque sean de pavo o de pollo) pues son productos con excesiva cantidad de grasa, sal y contienen conservantes.

La forma más habitual de ofrecer las diferentes carnes las primeras veces es trituradas y mezcladas en el puré de verduras. Si no se trituran demasiado, el niño se acostumbrará más rápidamente a la textura de la carne y le será más fácil el paso a comer la carne en trozos.

Carnes y Baby Led-Weaning

Si sois partidarios del Baby Led-Weaning, un método cada vez con más partidarios para introducir la alimentación complementaria, o si no podéis hacerlo completo, el Baby Led Weaning Mixto, podéis ofrecerla en una variedad de presentaciones para que empiece a experimentar las nuevas texturas y sabores que le ofrece cada alimento

  • Cortadas en tiras: se le pueden ofrecer las carnes cortadas en tiras alargadas (cortadas transversalmente) para que puedan cogerlas con sus manos, especialmente las carnes más tiernas como el pollo, el pavo o el conejo. Más adelante, cuando las puedan agarrar mejor y puedan masticar bien, se le puede cortar en trozos más pequeños.
  • Hamburguesas, bocaditos, croquetas y albóndigas: es una de las formas más prácticas, ya que la carne está picada y podemos combinarla con verduras, además de que quedan muy jugosas y sabrosas. Asegúrate de que quedan bien cocinadas por dentro. Podéis hacerlas con carne de ternera o carne de pollo. También con pescado e incluso vegetarianas. Aquí os dejamos 47 recetas con carne picada para que os inspiréis. También podéis preparar platos con carne en forma de croquetas, como estas croquetas de carne picada.
  • Desmenuzada: cocinando muy bien la carne guisada de forma que se pueda desmenuzar, podéis ofrecerla de esta forma cuando el bebé pueda hacer la pinza con sus dedos para cogerla, alrededor de los nueve meses.
  • En salsas: también las salsas, como la bolognesa, es una buena excusa para introducir la carne en el menú de los más pequeños.

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