Padres ventrílocuo: cómo distinguirlos y por qué son un peligro para la autoestima de sus hijos

Padres ventrílocuo: cómo distinguirlos y por qué son un peligro para la autoestima de sus hijos
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"¿Cómo ha ido la semana, Juan?", y el papá de Juan responde: "bien, ha ido bien, ¿verdad?", mirando al niño. Como psicóloga infantil he vivido en varias ocasiones escenas como ésta en sesión: el preguntarle a un niño algo sobre él, y que responda el padre o la madre en su lugar. Son los que, en el lenguaje popular, se denominan padres ventrílocuos.

Se denominan así metafóricamente por los ventrílocuos, artistas que realizan actos de ventriloquia, una forma de entretenimiento en la cual el ventrílocuo habla sin que parezca que su voz proviene de su propia boca.

Esto es algo muy habitual entre los padres pero conlleva un comportamiento que podría afectar la autoestima y autoconfianza de los niños, que se acostumbran a que otras personas respondan por ellos. Así, vamos a conocer cómo actúan estos padres y cuáles son las consecuencias para los pequeños.

Padres ventrílocuos: cómo son y por qué

Cuando, en lugar de ser un artista utilizando un muñeco para sus actuaciones, son padres que responden por sus hijos, nos encontramos con los padres ventrílocuos. Estos padres tienen la tendencia a hablar por sus hijos cuando les preguntan algo directamente a ellos, a los hijos.

Esto es habitual en la primera infancia, cuando los niños aún son bebés, y en cierta forma es algo que nos sale de forma natural y cariñosa, porque el bebé aún no tiene la capacidad de hablar. Sin embargo, hacerlo más adelante puede limitar su socialización y su autoestima.

Además, los padres ventrílocuos cometen otros errores en la comunicación que pueden dificultar el pleno desarrollo de los niños. Vamos a conocerlos y a tratar de indagar en sus causas.

1. Impaciencia

Estos padres pueden interrumpir a sus hijos (muchas veces, sin darse cuenta), debido a la impaciencia o la falta de tolerancia hacia el proceso de desarrollo de sus habilidades de comunicación. Pueden sentir que sus hijos hablan demasiado lento o que se desvían de los temas con facilidad.

2. Deseo de enseñar

Algunos padres ventrílocuos pueden creer que tienen la responsabilidad de corregir o enseñar constantemente a sus hijos. Pueden interrumpir para proporcionar información adicional o para corregir errores en la comunicación de los niños.

3. Falta de escucha activa

Otra causa que explica que estos padres no permitan que sus hijos hablen tiene que ver con la falta de escucha activa. Esto significa que pueden no estar realmente prestando atención a lo que sus hijos están diciendo y, en su lugar, están enfocados en sus propios pensamientos y respuestas.

4. El control de la conversación

En algunos casos, también puede aparecer una conducta más controladora, aunque insistimos, esto no siempre se hace de forma consciente. De esta forma, los padres ventrílocuos pueden interrumpir a sus hijos para cambiar el tema de la conversación o para redirigirla hacia un área que consideran más importante o apropiada.

Consecuencias para los hijos de tener padres ventrílocuos

Es importante recordar que la comunicación efectiva es fundamental para el desarrollo saludable de los niños. Los padres que no permiten que sus hijos hablen pueden dificultar la expresión de los sentimientos, pensamientos y preocupaciones de los niños, lo que puede afectar negativamente a su autoestima y habilidades de comunicación.

Además, en cierta forma están anulando o invalidando a su hijo, impidiéndole que desarrolle un sentido crítico de las cosas, que sea tal y cómo es, que tome decisiones por sí solo y por lo tanto, están limitando su autonomía.

Cómo dejar de ser un padre ventrílocuo

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Imagen de zinkevych en Freepik

Para evitar interrumpir constantemente o hablar por los hijos, el primer paso es darse cuenta, tomar consciencia. Hacer un ejercicio autocrítico. Por otro lado, también es importante entrenar la paciencia y dejarles a hablar a ellos, aunque se equivoquen. Si tardan en responder, o si no dicen las cosas exactamente cómo son, no pasa nada. Pero deben poder tener la oportunidad de expresarse libremente.

Finalmente, escuchar realmente a los hijos es una forma de potenciar la comunicación abierta y de proporcionar orientación y apoyo cuando sea necesario sin coartar la capacidad de los niños para expresarse, y es algo que también se puede trabajar. Y si lo necesitamos, un psicoterapeuta familiar o infantil puede ayudarnos en este sentido.

Foto | Portada (Freepik)

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