
Está comprobado que el orden de nacimiento puede influir enormemente en las personas. Sabemos, por ejemplo, que ser el mayor de los hijos siempre tiene una ventaja sobre el resto de sus hermanos. Pero como ya lo hemos mencionado en otras ocasiones, todo tiene cosas positivas y algunas negativas.
Algunas investigaciones señalan que los primogénitos tienen una mayor probabilidad de tener algún problema de salud mental, derivado a veces de la presión y responsabilidades que se suele ejercer sobre ellos "por ser los mayores" y tener en ellos ciertas expectativas que en sus hermanos menores no.
De hecho, en el caso de las mujeres primogénitas se ha observado que esas presiones, responsabilidades y expectativas influyen tanto en ellas, que se han encontrado ciertas características en su personalidad y patrones de comportamiento a las que se les ha asignado un nombre: el síndrome de la hija mayor.
Aunque solemos relacionar la palabra 'síndrome' con enfermedades, la RAE define este término como el "conjunto de síntomas característicos de una enfermedad o un estado determinado". Y si bien el síndrome de la hija mayor no es un diagnóstico clínico oficial, sí que puede ayudar a dar alivio y claridad a las mujeres que se identifiquen con él.
Por otro lado, queremos recordar que si bien este fenómeno se ha observado con frecuencia en las mujeres que son primogénitas, esto no significa que éste se presente en todas, pues hay varias cosas que pueden influir en ello.
Qué es el síndrome de la hija mayor
De acuerdo con este artículo de The Conversation, el síndrome de la hija mayor se basa en tres teorías del comportamiento: la teoría del modelado de roles, que plantea que las hijas mayores suelen seguir a su madre como modelo; la teoría de la tipificación por sexos, que propone que los padres suelen asignar a los hijos diferentes tareas en función del sexo; y la teoría de la sustitución laboral, que sugiere que cuando las madres trabajadores tienen podo tiempo para las tareas domésticas, las hijas mayores suelen actuar como sustitutas.
Así, el síndrome de la hija mayor es un conjunto de comportamientos derivados tanto del orden de nacimiento como de la crianza que se le suele dar a las hijas mayores. Al ser las primogénitas, las expectativas puestas en ellas son más altas que en sus hermanos menores, y al ser mujeres, se espera -quizás de manera inconsciente- que tengan cierto rol dentro de la unidad familiar:
"La hija mayor de la familia suele encargarse de la mayor parte de las tareas domésticas, e incluso del trabajo emocional de sus hermanos, y puede llegar a asumir un rol parental", explica la terapeuta matrimonial y familiar Kati Morton en un artículo para la revista Women's Health.
Dicho de otro modo, a las hijas mayores se les suelen asignar una mayor carga emocional que a sus hermanos, obligándolas a asumir responsabilidades y tareas que realmente no les corresponden en una etapa de su vida tan crucial como la infancia.
El problema, es que todo ello no solo deriva en su comportamiento al hacer que asuman un papel de cuidadoras desde temprana edad, sino que también puede afectar enormemente su autoestima, bienestar y salud mental, así como la relación con sus hermanos menores, especialmente cuando se ven obligadas a priorizar las necesidades de éstos antes que las propias.
11 señales del síndrome de la hija mayor
Si eres la hija mayor, quizás te suenan familiares algunas de las cosas que hemos mencionado, como la presión por ser modelo a seguir y el obligarte a ayudar a cuidar a tus hermanos desde que eras niña.
Y si bien no hay una serie de síntomas que puedan diagnosticar que se padece el síndrome de la hija mayor, precisamente porque no es un diagnóstico oficial, algunos psicólogos sí que han podido identificar señales comunes que podrían indicar que lo sufres:
- Te sientes demasiado responsable por la gente.
- Tienes tendencias a complacer a los demás.
- Te preocupas mucho o experimentas mucha ansiedad.
- Buscas validación externa.
- Sientes resentimiento hacia tus hermanos o padres.
- Tienes dificultades para establecer y mantener límites, y te cuesta decir "no".
- Eres una persona con personalidad "tipo A" y que se esfuerza mucho para tener éxito.
- Experimentas sentimientos de culpa.
- Asumiste una mayor proporción de roles domésticos durante la infancia.
- Tienes miedo de meterte en problemas o romper las reglas.
- Te presionas a ti misma para alcanzar los indicadores tradicionales del éxito, como casarte a cierta edad, tener un trabajo bien remunerado o tener hijos.
Si te has identificado con estas señales, es posible que sufras del síndrome de la hija mayor y que hayas vivido una infancia donde se esperaban de ti cosas que no te correspondían. El siguiente paso, es trabajar en ti, ya sea yendo a terapia o ayudándote con una red de apoyo, y sanar para liberarte de esa carga emocional que aún llevas sobre tus hombros.
Foto de portada | Michał Bińkiewicz en Pexels