Siete comportamientos de las personas emocionalmente dependientes y cómo conseguir que no te arrastren

Siete comportamientos de las personas emocionalmente dependientes y cómo conseguir que no te arrastren
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Tal vez alguna vez hayas conocido a personas que, casi sin conoceros, ya manifiestan mucha intensidad en el vínculo que estáis empezando a construir. Parecen poco independientes e inseguras y tienden a buscar la aprobación constante de los demás.

¿Te suenan estos comportamientos? Son algunos de los que tienen las personas emocionalmente dependientes. Antes de nada, es importante aclarar que estas personas sufren y mucho. Sin embargo, estas relaciones suelen ser desequilibradas y pueden llegar a agobiar. Por eso es importante aprender a detectar estos comportamientos y evitar que nos arrastren.

1) Necesitan constantemente la validación de los demás

Las personas emocionalmente dependientes tienden a buscar constantemente la aprobación y validación de los demás. Igual que en el caso de los narcisistas, esto puede manifestarse en la necesidad de elogios, atención constante o la búsqueda desesperada de aceptación (por ejemplo, en las redes sociales, le dan muchísima importancia a los likes).

2) Temen el abandono

Seguramente todos tenemos miedo al abandono, pero estas personas, debido a su dependencia, aún más. Es un miedo que les paraliza, que les hace sentir tremendamente frágiles y que les puede llevar a aferrarse desesperadamente a las relaciones, incluso si son poco saludables. Prefieren estar con alguien, a toda costa, sea quien sea, que estar solas.

3) Se sacrifican (mucho) por los demás

Las personas emocionalmente dependientes a menudo ponen las necesidades de los demás por encima de las suyas propias, sacrificando su propia felicidad y bienestar en el proceso. Son personas que piensan en los demás antes que en sí mismas, siempre. Pero claro, esto les perjudica porque les cuesta muchísimo hacerse respetar, poner límites, manifestar sus necesidades, valorarse...

4) Sienten ansiedad ante la soledad

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Imagen de Freepik

La soledad puede desencadenar una gran ansiedad en las personas emocionalmente dependientes, lo que las lleva a buscar constantemente la compañía de los demás para evitar enfrentarse a sus propios sentimientos. Así, huyen de la soledad, porque cuando están solas, el miedo al abandono surge con más fuerza. Les cuesta hacer cosas por sí solas.

5) Idealizan a los demás y les depositan altas expectativas

Por otro lado, las personas emocionalmente dependientes tienden a idealizar a sus parejas o amigos, atribuyéndoles cualidades sobrehumanas y creyendo que solo pueden ser felices a su lado. Cuando, en realidad, todos tenemos la capacidad de crear felicidad.

Pero les atribuyen todo esto y además, depositan unas altas expectativas en los demás (que les cuiden, les quieran, les den todo su tiempo...), porque en el fondo, les cuesta responsabilizarse de sí mismas.

6) Evitan el conflicto

Las personas emocionalmente dependientes suelen evitar el conflicto a toda costa, temiendo que pueda poner en peligro la relación. Así, como no quieren confrontar a nadie (por un miedo atroz a perder a esa persona), no lo hacen nunca, aunque esto implique obviar y desatender sus necesidades y sentimientos. Sin embargo, esta evitación puede conducir a una acumulación de resentimiento, tristeza y frustración a largo plazo.

7) Experimentan sentimientos de vacío sin la presencia del otro

Por último, las personas con dependencia emocional a menudo experimentan un profundo sentimiento de vacío cuando no están en compañía de sus seres queridos, lo que las lleva a buscar constantemente la atención y la cercanía de los demás.

Esto tiene que ver con el hecho de haber construido toda su vida y toda su identidad siempre ligada a los demás, sin haber cultivado nunca esa parte íntima de cada uno, que tiene que ver con la autoestima, con la autonomía y con la relación de intimidad con uno mismo.

Cómo evitar que la dependencia emocional ajena nos arrastre

Para empezar, te animo a ser claro sobre lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no en la relación. Por ejemplo, si necesitas espacio personal o tiempo para ti mismo, házselo saber al otro de forma honesta y comprensiva.

Si te quieres implicar, y aunque no sea tu responsabilidad, anima a la persona a encontrar intereses propios fuera de la relación. Habla honestamente sobre tus sentimientos y escucha los suyos.

Y sobre todo, si de repente te ves inmerso en una relación de dependencia emocional (ya sea en pareja, con amigos...), pon también el foco en ti y haz autocrítica positiva; pregúntate qué ocurre en ti (en tu vida, autoestima...), para que acabes enganchado a esta dinámica tóxica.

Porque, no nos engañemos, tal vez el otro sea dependiente, pero no lo es de forma aislada, sino en una relación de la que también formamos parte. Es decir, lo es porque nosotros también lo somos. Así, es importante revisarnos e identificar también nuestro estilo de apego/vinculación, porque tal vez haya heridas no resueltas o carencias no cubiertas que estemos tratando de reprimir a través de esta relación.

Foto | Portada (Película All Good Things, 2010)

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