El furor por los muñecos Labubu, tan horribles como adorables: un símbolo de la contradicción en la adolescencia, según expertos

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Lucy Ortega

Cada generación tiene algún juguete o personaje que encanta a niños y adolescentes, pero no tanto a los padres. En nuestra época, eran los Furbys y los Tamagotchis. En la de nuestros hijos, son los Labubu. Si el nombre no te suena, su imagen seguramente sí.

Se trata de esos pequeños peluches con orejas alargadas, enormes ojos y dientes afilados que están por todos lados, particularmente en los bolsos y mochilas de mujeres de todas las edades. Desde Rihana y Dua Lipa hasta las compañeras del cole de tus hijos, las horribles y adorables muñecas son el accesorio del momento.

Como padres, muchos no entendemos el atractivo que ven nuestras hijas en ellos. Pero de acuerdo con algunos expertos, su particular popularidad entre los adolescentes tiene una explicación: representan las contradicciones de la adolescencia.

Qué son las Labubu

La primer pregunta que nos hacemos los padres al ver una por primera vez probablemente sea: ¿qué es eso y de dónde ha salido? Para sorpresa de algunos, aunque recientemente se hayan puesto de moda, las Labubu existen desde hace 10 años.

Creadas originalmente por el artista hongkonés Kasing Lung, estas muñecas nacieron como un personaje de ilustraciones y libros infantiles inspirados en la mitología nórdica, donde las Labubu eran elfos del bosque.

Pero todo cambió cuando la marca de figuras de acción y juguetes coleccionables Pop Mart comenzó a fabricar las muñecas y, con la ayuda de algunas influences y celebridades, se convirtió en un juguete viral.

Por qué fascinan a los adolescentes

Dushawn Jovic Dws3q47bi2o Unsplash Foto | Dushawn Jovic en Unsplash

Volviendo a nuestro tema principal, vamos a hablar ahora de la particular afición que tienen niños y adolescentes con estos personajes. De acuerdo con la psicóloga infantil Robyn Koslowitz, los juguetes feos y lindos, como las Labubu, ofrecen a los niños una forma de dominar simbólicamente la incomodidad y la contradicción que llega con la adolescencia.

"A esta edad, los niños se debaten entre dos polos opuestos: independencia y dependencia, encajar y destacar, juego infantil y complejidad adolescente. Labubu se encuentra a caballo entre estas contradicciones en su físico. La sonrisa desgarrada, los ojos enormes, la expresión vagamente salvaje: reflejan el caótico mundo interior de un preadolescente que intenta descubrir quién es", explica Koslowitz en un artículo para Psychology Today.

La psicóloga señala que esto se conoce como "dominio simbólico" en psicología, y es un proceso natural mediante el cual los niños pueden controlar sentimientos como la confusión, la incomodidad o el miedo mediante la propiedad.

"Si algo les asusta lo suficiente , pero no demasiado, se convierte en un objeto perfecto para explorar. Un pequeño duendecillo grotesco se convierte en algo que controlan. Eso es poderoso, especialmente cuando gran parte de su mundo se siente incierta o abrumadora", señala Koslowitz. "Labubu es una invitación a dominar lo extraño. A decir: 'Esto no tiene sentido del todo. Pero puedo hacerle espacio. Puedo apropiármelo'".

Un símbolo de pertenencia

Por otro lado, no hay que olvidar que la adolescencia es una etapa en la que nuestros hijos buscan encontrar su lugar y establecer su identidad, por lo que tener el muñeco que está de moda es también una cuestión de pertenencia: "Labubu no es solo un juguete, es una señal social", dice Koslowitz.

En conclusión, quizás a nosotros como padres no nos encantan las Labubu por su apariencia, pero ahora que comprendemos lo que pueden significar para nuestros hijos, probablemente no nos parezcan tan horribles después de todo.

Imágenes | PopMart

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