Algunos colegios prohíben que los niños tengan "mejores amigos", ¿es una buena idea?
Los colegios son sitios a los que los niños van a aprender, pero también a socializar y hacer amigos. Después de la familia, es el entorno más cercano donde los niños se relacionan con otros niños y crean amistades que tal vez durarán para toda la vida.
Una tendencia pedagógica en alza en muchos colegios, especialmente en colegios británicos (entre ellos al que asiste el Príncipe George, heredero del trono de Inglaterra) es la de prohibir que los niños tengan "mejores amigos" en el colegio para evitar herir los sentimientos de los demás compañeros. En cambio, animan a los alumnos a ser generosos con todos, fomentar la inclusión y evitar crear sentimientos de exclusión entre los niños.
Es una modalidad que genera opiniones de todo tipo, así que veremos cuáles son los argumentos a favor y cuáles en contra de instaurarla en las aulas.
A favor: mayor inclusión y pluralidad
Los defensores de esta tendencia aseguran que de esta forma todos los niños se sienten incluidos al mismo nivel dentro del grupo. No hay un mejor amigo, sino amigos. Fomenta que los niños aprendan a ser generosos con todos y evita sentimientos de posesión hacia un amigo favorito.
Se considera que el término "mejor amigo" es, de por sí, excluyente, pues implica que no todos los niños ocupan ese lugar de privilegio, y que por contrapartida, también habrá "peores amigos". Quien ocupa este sitio especial para otro niño se siente incluido y valorado, mientras quien no es "mejor amigo" de nadie se siente excluido.
Por su parte, al evitar que los niños se cierren a un solo amigo y excluyan a otros se amplían los círculos sociales, contribuyendo a ser más inclusivos y menos críticos.
Las amistades cambian a lo largo de la vida, por lo tanto creen que es positivo preparar a los niños para saber gestionar esos cambios sin sufrir y poner en valor la amistad plural.
En contra: fomenta la superficialidad en las relaciones
Por contrapartida, una de las mayores críticas a esta tendencia es que fomenta la superficialidad en las relaciones al impedir que los niños forjen una amistad sólida con otro niño. Por cuestiones de afinidad, como nos sucede a los adultos, los niños también suelen sentirse atraídos hacia un niño o niña en particular con quien forjan un vínculo especial.
Muchos colegios en nuestro país tiene como norma mezclar las clases cada cierto tiempo (generalmente cada dos años), en teoría para favorecer la sociabilidad y ampliar el círculo de amistades.
Pero no todos tienen claro que sea algo beneficioso, o que solo sea una medida arbitraria que separa a los niños de su grupo de amigos, creando un ambiente hostil y robándoles la oportunidad de forjar amistades más estrechas.
Mi opinión: sumar amistades con generosidad
Si me preguntáis mi opinión sobre si creo que los colegios deberían prohibir que los niños tengan un mejor amigo, lo primero que digo es que no me gusta la palabra "prohibir", y mucho menos algo tan bonito como hacer amigos.
Tampoco me gusta demonizar el término "mejor amigo" porque creo que tener amigos especiales, cercanos y confidentes es algo maravilloso. Se crea una unión muy fuerte con esos amigos especiales, un lazo que nos une a ellos para toda la vida, sin importar la distancia o el tiempo que haya pasado. Quien tiene un buen amigo, de esos que solo se cuentan con los dedos de una mano, bien lo sabe.
Dicho esto, creo que tener un mejor amigo o un amigo especial no es excluyente de tener muchos amigos. Simplemente, que con esa persona o esas personas (no tiene por qué ser solo uno) tienes una relación de mayor afinidad, más íntima y estrecha.
Al igual que nos sucede a los adultos, los niños no tienen con los veintipico niños de clase el mismo nivel de amistad, con algunos tienen más afinidad que con otros. Por eso algunos expertos recomienda alentar a que en lugar de un mejor amigo, los niños tengan un grupo de amigos cercanos.
Como conclusión, creo que los niños pueden tener un mejor amigo o mejores amigos (llamémosles amigos especiales) y a la vez ser amables y generosos con los demás compañeros. La clave no está en prohibir crear lazos más estrechos, sino en enseñarles valores de inclusión, tolerancia, respeto y compañerismo para evitar que ninguno del grupo se sienta excluído.
Desde luego, el colegio tiene un papel muy importante, pero en lugar de prohibir debería alentar que los niños construyan relaciones positivas para ellos y a la vez para el grupo. Y otra cuestión importante es que los padres demos ejemplo con el tipo de relación que mantenemos con nuestras propias amistades.
¿Qué opináis vosotros sobre esta tendencia bastante extendida también en algunos colegios de nuestro país?
Vía | UsNews
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