Por qué darle de comer al bebé frente a una pantalla es una muy mala idea

Por qué darle de comer al bebé frente a una pantalla es una muy mala idea
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El momento de las comidas es importante, entre otras muchas razones, porque los niños aprenden hábitos saludables; tengamos en cuenta que durante la infancia el cerebro es más plástico, por lo que es el mejor momento para crear buenos hábitos.

Para poder crear este hábito, deben poder tener la atención en la comida y en sus cuidadores. Esto mejora el vínculo con ellos y les permite disfrutar realmente de la comida. Por eso, todo lo que sea interferir en este proceso natural, es perjudicial.

Y esto implica, por ejemplo, utilizar pantallas para distraerlos mientras comen. Te traemos siete potentes causas por las que debes evitar darle de comer a tu bebé frente a una pantalla.

1) No disfrutan de la comida

Una de las causas para no hacer esto es que los niños, si comen atendiendo otros estímulos como las pantallas, ni se enteran de qué comen ni disfrutan con ello. El momento de la comida es muy importante, y la atención consciente en la comida es necesaria para poder disfrutar de ella y que ésta sacie realmente.

Si los niños, a la hora de comer, están pendientes de otros estímulos, no pueden centrarse en paladear y apreciar los aromas y los sabores de los alimentos, algo que debemos enseñarles como adultos (como un hábito), y que no hacemos con las pantallas de por medio. Por otro lado, es posible que al comer así, con pantallas, los niños estén aumentando la ingesta sin darse cuenta.

2) Perdemos la oportunidad de crear vínculo

El vínculo del apego con nuestros hijos también se crea mientras les damos de comer, porque es un momento en que cubrimos una necesidad vital, y además, es una estupenda oportunidad para compartir miradas, sonrisas, contacto físico, complicidad...

Los niños todo esto lo notan, y lo necesitan para construir un apego sano. La presencia consciente del adulto, su disponibilidad. Si en lugar de estar presentes, les enchufamos una pantalla "para que se distraigan", ¿qué tipo de vínculo estamos construyendo?

3) No se convierte en un momento de tranquilidad

El mindful eating es el hábito de comer en calma y con atención plena. Implica que los niños (en este caso, más mayores que el de la imagen) dediquen un rato a comer en compañía saboreando los alimentos, disfrutándolos con los cinco sentidos y socializando. Aunque el mindful eating se puede aplicar también a niños más pequeños, y a los propios adultos, cuando damos de comer a nuestros bebés.

Si les ponemos pantallas delante, no ponemos en práctica este hábito saludable, y los niños mastican peor, no respetan los tiempos y tampoco se sacian. Por ello, con las pantallas, perdemos la oportunidad de que la comida sea un momento de relax y tranquilidad para ellos.

4) Riesgo de obesidad

Cuando los niños comen centrando su atención en las pantallas, lo hacen distraídos. Por ello comen más rápido, lo que hace que su cerebro no procese y no se sienta saciado con la comida. Según un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, los niños que comen con pantallas pueden llegar a comer hasta un 10% más de esa comida.

Otro estudio publicado en el International Journal of Behavioral Nutrition and Physical Activity observó que niños de entre 10 y 12 años que comían delante del televisor aumentaron su índice de masa corporal (IMC), y que la calidad dietética que ingerían era más deficiente.

5) Las pantallas entorpecen su desarrollo

Exponer en exceso a los bebés a pantallas, tan pronto, es perjudicial para su desarrollo. Puede afectar, por ejemplo, a su lenguaje, según confirma un estudio presentado por la Academia de Pediatría de Estados Unidos en 2017, realizado sobre una muestra de 900 niños.

Concretamente, el estudio constató que dos de cada diez niños de entre seis meses y dos años pasaban una media de 28 minutos al día usando las pantallas, y que eso afectaba a su desarrollo del lenguaje.

6) No es positivo jugar mientras se come

Es muy diferente jugar mientras se come, que comer jugando (con la propia comida, a través de la exploración). Algunos estudios muestran que los bebés que juegan con alimentos inconsistentes adquieren un mayor gusto por la exploración y aprenden más rápido sus primeras palabras.

Pero esto es muy diferente a jugar (con otra cosa) mientras se come; en este caso, la atención se dirige a otro estímulo que interfiere en la degustación y masticación de la comida, y que conlleva consecuencias negativas como las citadas.

7) La comida no debe ser "un engaño"

Comer de forma consciente es positivo para los niños, y esto implica poner la atención en la actividad. Además, no debemos engañarlos a través de la distracción con otros elementos como móviles o pantallas, porque esto acaba siendo contraproducente.

El niño debe entender que es el momento de comer, y que ese momento puede ser placentero. Además, en ese momento comparte espacio y tiempo con papá, mamá o ambos, y puede disfrutar de su compañía. Y este debe ser un momento de calidad, que los bebés y los niños deben poder vivir de forma natural y sin prisas.

Foto | Portada (Depositphotos)

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