Dodot explica en su web cómo pegar y castigar a los niños

Dodot explica en su web cómo pegar y castigar a los niños
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Un día más (y van…) nos hacemos eco en Bebés y más de aquellas noticias o artículos en los que los niños corren riesgo de acabar mal parados (mal tratados), centrándonos en esta ocasión en un artículo que hemos podido leer en la web de una de las mayores empresas españolas relacionadas con la infancia, nada menos que Dodot.

El artículo se titula “Los castigos físicos” y en él se dan recomendaciones acerca de la aplicación de castigos físicos a los niños, amparándose en que de igual modo que no hay estudios que demuestren la efectividad de los cachetes no hay ninguno que haya demostrado que este tipo de castigo cause efectos importantes a largo plazo.

En resumen se podría decir que es algo así como un breve manual para maltratadores infantiles que sirve para poner un poco de consenso: “ya que vamos a pegar a los niños, vamos a hacerlo con un poco de orden y concierto”.

El artículo se basa en unas recomendaciones de la AAP (Academia Americana de Pediatría) que fueron publicadas en 1996 (supongo que a nadie se le debe haber ocurrido un mejor modo de educar a los niños en 15 años), que en América quizás estén aceptadas en la mayoría de estados, pero que en España se considera, desde 2005, como delito penal.

Analizando el artículo

Según se explica, pegar se define de la siguiente manera:

Castigo físico que es no perjudicial. Su objetivo es modificar el comportamiento. Se aplica con la palma de la mano en los brazos, las piernas o las nalgas del niño.

Personalmente no creo que exista un castigo físico que no cause perjuicio a corto plazo. El objetivo es modificar el comportamiento y, para ello, debe ser de tal magnitud que el niño se vea afectado de modo que desde ese momento cambie su manera de actuar con la intención de no volver a recibir otro castigo físico. Aquel que rechaza algo y actúa con la intención de evitarlo es aquel que se siente perjudicado cuando ello le sucede. Si el castigo físico no fuera perjudicial, no provocaría cambios de comportamiento.

Sobre el modo de aplicarlo, con la palma de la mano, no me queda claro si los dedos deben formar parte también de la superficie de acción o no, así como estaría bien especificar cuántos Newtons de fuerza deben aplicarse o quizás detallar cuál es el recorrido que el brazo debe hacer hasta llegar al objetivo, pues no es lo mismo hacerlo con un leve juego de muñeca que llevar atrás el brazo y utilizar todo el recorrido que el hombro permite para soltar la mano (nótese el sarcasmo en este y el resto de comentarios, por favor).

Aunque ningún estudio a largo plazo ha mostrado la efectividad de los cachetes, tampoco existe ninguno que haya demostrado que este tipo de castigo cause efectos importantes a largo plazo.

Claro, de igual modo ningún estudio ha demostrado que dar una patada a un niño en los días pares provoca efectos negativos. Que no esté estudiado no quiere decir que sea aceptable.

Otro tema muy distinto son los castigos físicos infantiles que van más allá de estos límites, como por ejemplo, golpear con objetos, dar bofetadas en otras partes del cuerpo (como la cabeza o el rostro), causar heridas o combinar los castigos físicos con la rabia descontrolada.

Lo ideal entonces es hacerlo sin rabia y en un lugar poco visible. Si es así, no hay problema, ahora, si alguien ve las marcas en la cara o cabeza es que te has extralimitado. Con respecto a los límites, ¿quién los especifica? ¿No sería más lógico utilizar la ley como límite? Porque el artículo 153 del Código Penal dice que “el que por cualquier medio o procedimiento causare a otro menoscabo psíquico o una lesión no definidos como delito en este Código, o golpeare o maltratare de obra a otro sin causarle lesión, cuando la ofendida sea o haya sido esposa, (...), o persona especialmente vulnerable que conviva con el autor será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o de trabajos en beneficios de la comunidad de treinta y uno a ochenta días y, en todo caso, privación del derecho a la tenencia y porte de armas de un año y un día a tres años, así como, cuando el Juez o Tribunal lo estime adecuado al interés del menor o incapaz, inhabilitación para el ejercicio de la patria potestad, tutela, curatela, guarda o acogimiento hasta cinco años”.

Dicho tipo de castigo no modifica el comportamiento en forma permanente y se asocia con efectos negativos a largo plazo, tales como aumento de la agresividad, baja de la autoestima y problemas para relacionarse con el resto de las personas. Este tipo de castigo corporal se debe evitar.

Es decir, que aquel en el que te pasas de los límites sí afecta a largo plazo, pero el aplicado con la mano abierta en los brazos, nalgas o piernas no… interesante (aunque la ley no habla de piernas, brazos ni cabezas, por suerte).

No es recomendable pegar a bebés ni a niños menores de 2 años, ya que el riesgo de causar heridas y de que el castigo se intensifique es mayor para este grupo de edad.

Claro, una vez empiezas, no acabas… además, como dice, mejor no hacerlo, porque hay riesgo de causar heridas, que si no lo hubiere se podría hacer…

Si el encargado de cuidar al niño siente que pierde el control, no es aconsejable que golpee al niño ya que en esas circunstancias, el peligro de causar daños físicos y psicológicos es mucho mayor.

Lo dicho, si se hace, que sea con la cabeza fría.

Los castigos físicos en niños mayores y adolescentes no son efectivos y se les asocia a conductas agresivas y muchas otras formas de disfunción del comportamiento en etapas posteriores de la vida.

Lógico, cuando un niño ya es mayor es capaz de darse cuenta de que le están haciendo daño a propósito y capaz de discernir que eso no está bien. Por esta razón el efecto que en él puede provocar el castigo físico puede ser peligrosamente devastador. Mejor hacerlo con los pequeños, porque total, como apenas recordarán lo sucedido…

Si los padres sienten que pegan “constantemente” a su hijo, deberían retractarse y ver si pueden actuar de forma distinta. Por lo general, existen muchas formas que pueden ayudarnos a mejorar las cosas.

Si los padres pegan constantemente a un hijo tienen un serio problema todos, los padre y el hijo. Por supuesto deberían poner medios para aprender a relacionarse entre ellos (como ayuda profesional urgente, por ejemplo).

Si crees que debes pegar a un niño para que se comporte, al menos reserva ese castigo para las situaciones en que deseas lograr un impacto inmediato en él y mostrarle que esa conducta no sólo está prohibida, sino que también es peligrosa. Un ejemplo sería que el niño corra hacia una calle o encienda una cocina.

Porque los niños lo hacen a propósito y con toda la mala intención… ¿Qué hay del diálogo? ¿Qué hay de la vigilancia de unos padres responsables si consideran que su hijo corre el riesgo de hacer algo peligroso? ¿Qué hay de la autocrítica al ver que eso no habría pasado si hubiéramos estado pendientes de nuestro hijo? ¿Qué hay de utilizar otras estrategias para que entienda qué puede y no puede hacer?

Por lo general, el castigo físico asusta y enoja al niño y resulta muy molesto para la mayoría de los padres. Estas riñas dejan cicatrices, por lo tanto, es importante que pienses bien antes de golpear a tu hijo para ver si realmente vale la pena hacerlo.

En este y otros párrafos que no he citado se muestra que queda algo de cordura en la persona que ha escrito dicho artículo.

Cualquiera que sea tu decisión con respecto a pegar, asegúrate de que todos los miembros de la familia y la niñera estén de acuerdo en la forma en que aplicarán la disciplina. Las contradicciones perjudicarán los planes mejor elaborados. Ten por seguro que los niños que perciben que hay diferencias de opinión van a causar una pelea entre sus padres o recurrirán a la abuela para que los proteja. Un niño que no conoce límites, que no está seguro de las consecuencias de sus actos o que cree que la disciplina es negociable, es un niño ansioso e infeliz. Juntaos y discutid este tema. Un plan de disciplina elaborado en conjunto es conveniente para todos.

Sin embargo, tras la cordura vuelve la locura y observamos que lo recomendable es que si los padres deciden aplicar un castigo corporal de vez en cuando, toda la familia se sume a “la fiesta” para que el niño lo vea como normal: “si todos me pegan es que aquí lo normal es que a uno le peguen”.

Quejas a Dodot vía e-mail

A raíz de la publicación de dicho artículo se ha creado un grupo en Facebook llamado Me indigna que Dodot anime a pegar a los niños y se han realizado diversas quejas a Dodot vía e-mail por publicar un artículo que hace apología del maltrato infantil, acto que incurre en delito penal.

Dodot ha respondido lo siguiente:

Mamás, desde Dodot estamos constantemente investigando distintas fuentes de información para poder ofreceros diversos puntos de vista en todos los ámbitos. En este caso, el artículo no pretendía tomar posición alguna respecto al tema, es la visión de la Dra. Suzanne Dixon, reconocida Pediatra en la rama de conducta infantil en Estados Unidos, pero entendemos que la visión de esta Dra. haya podido causar controversia y agradecemos vuestras sugerencias.

Sin embargo el artículo no ha sido retirado y algunas mamás y papás, entre los que me incluyo, hemos realizado una queja online en la Ventanilla del Defensor del Menor.

Es intolerable que en pleno siglo XXI siga aceptándose la violencia hacia los niños. No tiene ningún sentido que los padres luchemos día sí y día también en tratar de ofrecer a nuestros hijos una educación basada en el respeto al prójimo si la masa social acepta la posibilidad de perder el respeto por los más pequeños de este modo.

Como se aconseja a menudo en estos términos, para aquel que dude, le ruego que sustituya en el artículo la palabra “niño”, por “mujer”, “negro” o “anciano”. El efecto es sumamente desagradable (como lo es para mí leer dichos artículos con las palabras “bebé” y “niño”).

Ya está bien. Fórmense, piensen, investiguen, estudien o hagan lo que sea necesario para aprender nuevas estrategias educativas, que las hay, para mostrar a los niños lo que está bien y lo que está mal de manera que no se le haga daño a su cuerpo ni a su psique. Nosotros somos los adultos y nosotros somos los llamados “seres racionales”. Demostremos que lo somos y demostremos por qué somos diferentes de los animales irracionales.

Para acabar os dejo con una frase (mía), que he utilizado aquí en más de una ocasión (este es el legado que dejaré en vida… pediré a mis hijos que la graben en mi lápida): “Cada vez que papá me pega se hace más grande. Cada vez que me pega, yo soy más pequeño.

Actualización

Dodot ha procedido a retirar el artículo de su página web y en disculpa ha comentado lo siguiente:

Gracias papás y mamás de Dodot por habernos ayudado a darnos cuenta de este error humano y técnico que ha tenido lugar. Por ello hemos procedido a eliminar el artículo de la Dra. Suzanne Dixon de nuestra web. Por favor aceptad nuestras disculpas y contad con que esto no volverá a suceder. Es nuestro compromiso seguir aprendiendo, gracias a vuestra ayuda, cada día.

Rectificar es de sabios, dicen…

Más información | Dodot, Artículo 153 del Derecho Penal
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