Criar sin azotes: un hijo es lo más importante que haremos en la vida

Criar sin azotes: un hijo es lo más importante que haremos en la vida
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Si hemos decidido criar a nuestros hijos sin azotes, sin gritos y sin castigos, en definitiva, sin ninguna clase de violencia, vamos a tener que hacer un repaso cargado de autocrítica para determinar que cosas dificultan nuestra tarea y, si estamos pensando en ser padres, para decidir antes de serlo si debemos cambiar cosas en nuestra vida o nuestra mente. Porque para criar sin azotes se debe empezar por la formación y la información.

Cuando nos embarcamos en un proyecto de importancia vital y a largo plazo todos solemos prepararnos muy bien. Incluso si es algo como elegir una hipoteca, un seguro o un coche, lo pensamos y repensamos, miramos todas las posibilidades e incluso aplazamos la decisión hasta que llegue el mejor momento económico y personal.

Un hijo es mil millones de veces más importante que un coche, un seguro o una casa. Es algo para toda la vida y es una persona que dependerá de nosotros para que se atiendan sus necesidades físicas y también para su educación, formación moral y salud emocional. ¿Nos preocupamos tanto antes de la paternidad de estar bien informados y preparados para atenderlo correctamente?

Parto, postparto y lactancia: aprendamos sobre la mejor opción

La formación para ser padres puede ser una baza importante si no queremos vernos sorprendidos y hemos decidido realizar una crianza consciente, en la que no nos dejemos llevar por costumbres o por el modo en el que nos criaron, sino que queremos ser los dueños de nuestras decisiones y tomarlas con toda la información.

Existen cursos, libros y páginas en las que podemos adquirir una verdadera formación sobre crianza, con datos científicos que avalan la importancia del respeto a las necesidades naturales de los niños e información sobre sus procesos físicos, emocionales y cognitivos. También deberíamos investigar que forma de nacer es la mejor para los bebés y buscar el centro que más confianza nos ofrezca en nuestro entorno.

La lactancia materna es de enorme valor para la salud física de los bebés y también es un elemento que la Naturaleza nos ofrece para darles consuelo y seguridad. Al respecto de la lactancia hay muchos mitos y mucha ignorancia.. Los mismos profesionales sanitarios no siempre siguen las recomendaciones más básicas y el resultado es, lamentablemente, que muchas madres y muchos bebés se ven privados de la lactancia cuando realmente no había impedimentos, sino malos consejos.

Tan importante como un buen parto, respetado, sin violencia, sin separaciones innecesarias, es un postparto feliz. La madre y el bebé no necesitan ser el centro de un circo o un espectáculo. Necesitan intimidad y paz. Y también necesitan los cuidados del papá y de las personas de máxima confianza que ellos decidan. Aprender sobre los cambios físicos y emocionales del postparto en la mujer y también en la relación de pareja supone una de las tareas de prevención indispensables.

Una madre que se siente amada y respetada, a la que cuidan y defienden en su pequeño nido, se vinculará con su bebé con más dulzura, se sentirá más segura de su capacidad de entender al bebé y más feliz. Amando con locura no se puede pensar en el cachete. Si cuando el bebé llora o da malas noches la madre se encuentra arropada y recibe ayuda para cuidar su hijo con seguridad en si misma y con ternura, estará poniendo las bases de una relación sana. Por eso es importante entender el postparto y estar preparados para una etapa que puede ser dura.

Un buen parto, un postparto feliz y una lactancia exitosa no son indispensables para lograr criar sin azotes, por supuesto. Pero si suponen una ayuda para la paz mental y la naturalidad en las relaciones emocionales y físicas, y por tanto, no hay que despreciar su importancia. Informarnos y formarnos como padres es nuestra responsabilidad. Si luego las cosas se tuercen habremos hecho todo lo posible para que fueran bien y eso, además, nos hará sentirnos mejores padres, más capaces de aprender y de superarnos.

Pero si hemos tenido un parto desastroso y traumático incluso, separación del bebé, un postparto de pesadilla, depresión, inseguridad, pena y una lactancia ingrata y prontamente finalizada tras muchos disgustos, también podemos criar sin azotes.

Formación sobre crianza

Existen, como decía, incluso magníficos cursos para padres que abordan cuestiones de salud infantil, seguridad, psicología y prevención de comportamientos indeseables de los padres o los hijos. Los abordaremos en otra ocasión pues creo que son un buen recurso que servirá a muchos padres si se deciden a seguirlos.

Los libros de autores prestigiosos: pediatras, ginecólogos, psicólogos, terapeutas, profesores y padres y madres experimentados son otro de los elementos que nos van a servir mucho en la prevención de los azotes. Haré una lista con los más interesantes para lograr aprender a criar sin azotes.

Sin embargo, ningún libro ni ningún experto va a darnos todas las respuestas, pero leer y reflexionar sobre el comportamiento de niños y adultos nos va a dar una serie de conocimientos y capacidades que sin duda serán importantes cuando tengamos que tomar la decisión de levantar la voz o la mano.

Con recursos se puede criar sin azotes, pero sin ellos estamos indefensos ante las actitudes aprendidas. Por eso, la formación y la información son muy importantes. Como decía al principio un hijo es lo más importante que haremos en la vida, una nueva persona que vivirá según le formemos. Es una enorme responsabilidad.

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