Cuidados del recién nacido: la piel

Cuidados del recién nacido: la piel
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La piel del bebé es muy vulnerable, ya que posee menor capacidad de protección que la de los adultos. Esta menor capacidad de defensa hace que la piel del recién nacido merezca una atención especial con estos cuidados que pasamos a enumerar. Cómo hidratar su piel, cómo limpiarla, qué ropita utilizar, cómo protegerlos del sol, cómo mimarla con masajes... son algunos de los consejos que os ofrecemos.

Hidratar la piel del bebé

La piel de un bebé sano está más hidratada que la de un adulto, por lo que no es necesario aplicarle productos para hidratarla todos los días. De hecho, la piel del bebé cuando nace está habitualmente recubierta de la vérnix caseosa, con un alto contenido de agua y grasa, con propiedades protectoras para la piel.

Sin embargo, dado que el contacto es tan placentero tanto para el bebé como para los padres, se puede aplicar una hidratación habitual. Para hidratar la piel del bebé podemos usar loción hidratante hipoalergénica especial para recién nacidos, en crema o en aceite. Hay buenos productos hidratantes específicos para bebés, como los de Johnson & Johnson, Mustela, Avene, Lutsine, Isdin, Sebamed... Lo mejor es que nuestro pediatra nos recomiende la crema indicada.

Las zonas más delicadas, como la barbilla o el culete, que son más propensas a estar húmedas, y donde se forman pliegues, requieren mayor hidratación (es donde más suciedad se acumula y donde más irritaciones aparecen).

Cuando apliquemos crema, debemos tener presente la piel que se encuentra detrás de las orejas, que es fina y propensa a descamarse, por tanto hay que hidratarla con frecuencia. El empeine es otra de las zonas que requieren mucha hidratación y que suele pasar desapercibida.

Masaje bebe

Masajes para el bebé

Pero si queremos que la piel de nuestro bebé luzca hermosa y unirnos a ella de una manera muy especial, podemos aplicar las cremas hidratantes realizando suaves masajes a nuestros bebés. De todas formas, recordemos que los beneficios de los masajes también se pueden conseguir sin crema.

Las caricias tranquilizan al bebé al tiempo que nuestra cercanía estimula sus sentidos, no sólo el del tacto. El bebé después del masaje duerme más tranquilo y come mejor. Los masajes alivian los gases que causan molestias al bebé. Se refuerzan vínculos y se comparte un tiempo fabuloso. Tocar al bebé favorece su desarrollo.

Los masajes se pueden realizar en todo el cuerpo, desde la cabeza (cuidado con el espacio entre las fontanelas, que aún no se han cerrado) a los pies. Con suavidad, los masajes pueden ser circulares, en línea recta o en zigzag. No pretendemos masajes profesionales sino el contacto, la cercanía y el placer de acariciar y ser acariciados. Además, a cada bebé le puede venir bien un masaje diferente.

Limpiar la piel del recién nacido

También podemos usar un gel de baño especial para la piel del recién nacido, ya que ésta es muy delicada ante la acción de jabones o detergentes demasiado fuertes, que pueden llegar a secarla o irritarla. No es necesario emplear champú: se puede emplear el mismo gel suave para la cabeza.

Los jabones y geles suaves para bebés se disuelven rápidamente con el agua, hacen muy poca espuma y son adecuados tanto para la piel como para el cabello. En un recién nacido es aconsejable evitar cualquier sustancia sintética de alto poder espumoso, lo ideal es lavarle con un jabón que tenga un pH de 4 a 4'5.

Respecto a la zona del pañal, se puede limpiar delicadamente con agua o usar toallitas para pieles sensibles. Una vez limpia la zona, se puede poner crema protectora para prevenir irritaciones.

¿Le ponemos colonia al bebé?

Si decidimos poner colonia al bebé, lo mejor es no aplicarla directamente en su piel sino en la ropa. Lo mejor es emplear colonias infantiles que son menos fuertes que otras colonias o perfumes, con escaso o nulo contenido en alcohol. De cualquier modo, podemos probar a poner unas gotitas de colonia en un punto específico de la piel del bebé para comprobar si sufre alguna reacción.

La piel del bebe

La ropa del bebé

Ya vimos cuánta ropa hay que ponerle al bebé, y ahora nos centramos en qué tipo de ropa usar. Con "ropa" también nos referimos a la "ropa de cama", sábanas, fundas o mantas de la cuna o del capacito que vayan a estar en contacto con la piel del bebé.

Toda esta ropa va a tener un contacto muy directo con su delicada piel, por lo que habremos de escoger las prendas adecuadas. Lo mejor es optar por tejidos naturales en la ropita, como el algodón natural, que es transpirable, lavable, mantiene la temperatura corporal del bebé y no utiliza productos químicos en su elaboración. Por el contrario, hay que intentar evitar las fibras sintéticas o la lana, que son más ásperas y pueden provocar picor en la delicada piel del pequeño. Además, hay que cortar las etiquetas para evitar rozaduras o enganches.

Respecto al lavado de la ropa, debe realizarse sin suavizante y sin lejía ni detergentes fuertes, porque la aplicación de estos productos en la colada puede provocar que queden sustancias químicas adheridas al tejido. Esos restos pueden irritar la piel del bebé.

Antes de estrenar ropa de cama o cualquier prenda del bebé, conviene eliminar los restos que puedan traer de fábrica, dándole un primer lavado y aclarado sin suavizantes.

Proteger la piel del sol

La piel del bebé no debe estar expuesta directamente al sol en sus primeras semanas. Sí necesita claridad, pero el sol directo puede causar quemaduras. Los expertos no se ponen de acuerdo en si es bueno emplear protector solar para los bebés menores de seis meses, ya que las cremas solares pueden causar irritaciones. Habremos de ser muy prudentes con el sol si nos desaconsejara el uso de fotoprotección en crema. Entonces lo mejor es que se evite la exposición directa al sol y que cubramos convenientemente la piel del bebé con ropa o a la sombra.

Si, por el contrario, nos aconsejan un fotoprotector, también habremos de ser muy cuidadosos y prudentes en cuanto a la intensidad y tiempo que la piel del bebé está expuesta al sol. Además, habremos de escoger el fotoprotector adecuado para bebés y niños. Además recordemos que siempre conviene probar la crema de protección solar de modo escueto en una franja específica de la piel del bebé para observar si se produjera alguna reacción alérgica.

Finalmente, nos gustaría recordar que si a pesar de todos estos cuidados de la piel del recién nacido los bebés presentan algún tipo de lesión cutánea o manifestación anormal deben ser evaluados por el pediatra o el dermatólogo infantil.

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