13 errores que cometemos cuando hacemos deberes con los niños

13 errores que cometemos cuando hacemos deberes con los niños
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Acompañar a nuestros hijos cuando hacen los deberes no es lo mismo que hacerles los deberes, que estar pero no estar, que darles la solución a todo... Son pequeños errores que cometemos cuando hacemos los deberes con ellos.

Y es que, la hora de los deberes es un momento importante para los niños, donde no solo adquieren aprendizajes sino también hábitos de organización y planificación, valores como el esfuerzo, etc. Hablamos de 13 de estos errores que solemos cometer con ellos, de cuál es su impacto y de cómo podemos darles las vuelta para no perjudicarlos.

1. Darles la solución

Un error frecuente que cometemos cuando hacemos los deberes con nuestros hijos es darles directamente la solución de los problemas, o las respuestas a las preguntas, sin pistas o sin permitirles que piensen por ellos mismos.

Esto disminuye su esfuerzo y su autonomía a la hora de hacer los deberes. Una alternativa a ello que podemos usar es darles pistas para que reflexionen y cultiven su pensamiento lógico y su autonomía.

2. Elegir un mal lugar

Para favorecer la concentración de los niños durante los deberes es importante escoger un buen lugar para hacerlos. Creer que no tiene importancia que mientras hagan los deberes nosotros podemos estar cocinando, o uno de sus hermanos viendo la televisión, es un error.

Debemos escoger un lugar fijo que sea solo para estudiar (por ejemplo, su habitación, un despacho...) donde estén tranquilos y no haya distractores para ellos.

A la hora de hacer los deberes es importante el cómo, pero también el dónde. Debemos escoger un lugar fijo que sea solo para estudiar, donde estén tranquilos y no haya distractores.

3. No prestar atención

Otro error que cometemos es no prestar atención a lo que nos cuentan acerca de sus deberes. Es importante escuchar si tienen dudas, si les cuesta, si creen que tienen demasiados deberes... Y más si los hacemos con ellos, ya que esto no debería ser algo puramente mecánico o académico, y la escucha activa y el acompañamiento emocional nunca deben faltar.

4. Ponernos a hacer los deberes directamente

Es un error sentarnos con ellos y empezar a hacer los deberes "sin más". Primero es importante planificarse; preguntarle qué deberes tiene, que consulte su agenda, se organice, prepare el material, comente cómo le ha ido el día o cómo está de ánimos, etc., para luego empezar. La "previa" a la hora de los deberes es importante para que se sitúe y pueda concentrarse mejor.

5. No consultar la agenda

En línea con el error anterior, es importante destacar que el (buen) uso de la agenda facilita mucho las cosas, ya que permite a los niños organizarse y planificar sus tareas, programar las tareas pendientes, etc.

No recurrir a ella o revisarla antes de hacer los deberes (y recomendablemente, también al finalizar), puede ser también un error a la hora de hacer los deberes.

Los niños la necesitan para saber qué tareas tienen pendientes para hoy, cuántas para mañana, cómo pueden organizarse para que les dé tiempo a acabar todo, qué tareas deberán apuntarse como "pendientes", etc. Fomentar su uso les beneficiará en su organización y autonomía.

6. Protestar por la cantidad de deberes

No estamos diciendo que no debamos ser críticos con la cantidad de deberes que les ponen a nuestros hijos, porque a veces, verdaderamente, "se pasan". Siempre podemos hablar con su tutor o con el centro directamente.

Sin embargo, sí es importante no alimentar esta "queja" y evitar protestar por la cantidad de deberes delante suyo (o al menos, no hacerlo de forma frecuente), porque esto además puede desmotivarlos o fomentar su propia queja. Además, no es lo mismo entenderlos, escucharlos, razonar con ellos, etc., que quejarnos (sin llegar a ninguna solución).

7. Usar los deberes como un castigo

Partiendo de la base de que el castigo no sirve para educar, ni siquiera esta estrategia deberíamos usarla en general. Pero menos, recurriendo a los deberes como un castigo o como un estímulo negativo, con frases como "si no te comportas, tendrás que ir a hacer deberes".

Los niños no deben asociar los deberes con algo malo, sino como algo bueno para ellos, que necesitan para aprender y cultivar su esfuerzo y perseverancia.

Los niños no deben asociar los deberes con algo malo, sino como algo bueno para ellos, que necesitan para aprender y cultivar su esfuerzo y perseverancia.

8. Pretender que los acaben en según qué situaciones

Si hoy han tenido un día complicado, si están muy cansados, si no están finos, si tienen muchas actividades extraescolares... no es bueno que les presionemos para acabar todos los deberes a tiempo.

Sobrecargar a los niños no es bueno para su desarrollo, concentración, etc. Por ello, trabajemos nuestra flexibilidad para que estos días no tengan que acabar los deberes (o les ofrezcamos un refuerzo o soporte extra) y no pase nada por ello.

9. Usar frases dañinas

Usar frases negativas o que no les motiven mientras les acompañamos en su hora de los deberes también es un error que cometemos. Frases como "no lo haces bien", "otro día igual de mal", "te lo he repetido cien veces", "así no vas a aprobar nada", son frases dañinas para su autoestima y que además, les desmotivarán enormemente.

En lugar de recurrir a ellas usemos frases positivas, como "te estás esforzando mucho", "cada vez lo hacemos mejor", "progresas muy bien", es decir, frases que les aporten y les motiven.

10. Premiarles por hacer los deberes

Claro que podemos elogiarles, animarles o motivarles con frases positivas, por ejemplo, reconociendo su esfuerzo. Pero usar los premios (objetos físicos, materiales...) como refuerzo positivo por el hecho de que hagan los deberes, puede ser un error.

Hacerlo puede crear una dinámica peligrosa, en el sentido de que siempre esperen X cosa por el hecho de hacer los deberes, cuando en realidad, hacerlos es su obligación y responsabilidad. Insistimos, otra cosa es que les reforcemos verbalmente por su esfuerzo o avances.

11. No ofrecer un buen apoyo

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Hay niños que son más autónomos y que no necesitan tanto el apoyo de los padres cuando hacen los deberes, pero otros sí lo necesitarán. En estos casos, acompañémosles bien.

No tomar en serio su necesidad de presencia y apoyo es otro error que cometemos. Por ello, debemos estar realmente disponibles para ellos, dejar el móvil y mirarles, escucharles activamente, responderles cuando necesiten nuestro apoyo (un apoyo que deberemos ir ajustando en función de su edad, materia, etc.) y participar en sus avances.

12. Pedir sus deberes por el chat de padres

Debemos evitar pedir los deberes de nuestro hijo por el chat de padres del cole, porque al hacerlo interferimos en diversos procesos favorables para su desarrollo y autonomía, como: estar pendiente de apuntar lo que tiene que hacer, organizarse, buscar tiempo para hacer los deberes, etc. En definitiva, le privamos de la posibilidad de gestionar sus propias responsabilidades.

13. Enfocarlo como algo serio y aburrido

Finalmente, otro error que cometemos a la hora de hacer los deberes con nuestros hijos es enfocarlos como algo serio y aburrido (en línea con el punto del castigo, como si fera algo negativo).

Y está claro que quizás no les apetece hacerlos en algún momento o que no siempre estarán desmotivados, pero puede ser positivo enfocarlo como algo que, en según qué momento, puede ser entretenido (y hasta divertido).

Algunas ideas para cambiar este enfoque son: que puedan escoger ellos mismos material que les estimule a la hora de organizarse y trabajar (agendas, bolígrafos, rotuladores...) y darles ideas de recursos que pueden utilizar para no limitarse a escribir y memorizar (por ejemplo, libros, vídeos de internet, infografías, mapas conceptuales, etc.).

Fotos | Portada (Freepik)

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