El efecto Bouba-Kiki, o por qué algunos nombres de bebé nos parecen más bonitos que otros

El efecto Bouba-Kiki, o por qué algunos nombres de bebé nos parecen más bonitos que otros
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A la hora de elegir el nombre de nuestro bebé, los padres solemos tomar en cuenta muchas cosas, desde su origen (si es griego, hebreo, vasco, escandinavo) hasta nuestros intereses (los libros, la mitología, las películas).

En ocasiones, ninguna de esas dos cosas no nos parecen tan relevantes, pero lo que sin duda tomamos en cuenta es la manera en la que suena cada nombre.

Ruth o Elisa, Javier o Marcelo. ¿Por qué algunos nombres nos parecen más tiernos o agradables que otros? La respuesta la encontramos en el efecto Bouba-Kiki.

De acuerdo con algunos estudios, las personas asociamos ciertos sonidos y palabras con determinadas formas. Este fenómeno se determina efecto Bouba-Kiki, pues palabras como "bouba" las relacionamos con formas redondas, mientras que palabras como "kiki" solemos asociarlas a formas puntiagudas o afiladas.

La explicación se encuentra en la correspondencia cinestésica entre el contorno del sonido y los movimientos motores de los labios y la lengua.  En general, las consonantes bilabiales sonoras /b/ y /m/, y algunas otras consonantes sonoras como /l/ y /n/, tienden a asociarse con formas redondeadas, mientras que las consonantes oclusivas sordas como /k/, /p/ y /t/ tienden a asociarse con formas agudas. Y algo similar sucede con las vocales, pues las que son redondeadas, como /u/ y /o/ tienden a asociarse con formas redondeadas, mientras que las vocales no redondeadas como la /i/ tienden a asociarse con formas agudas

Este fenómeno ha sido estudiado en diversos aspectos de la psicología, encontrando resultados curiosos sobre el efecto que tienen las formas que percibimos en sonidos y hasta en objetos o alimentos, como que un chocolate redondo nos parezca más dulce que uno cuadrado o angular, o que relacionemos las notas de un piano con formas redondas, y el sonido de los platillos con formas agudas.

El efecto Bouba-Kiki en los nombres

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Foto | Heiner en Pexels

Este descubrimiento ha hecho que este efecto se haya estudiado en diferentes áreas, incluyendo los nombres propios. De acuerdo con un estudio, los componentes sonoros de los nombres, como su intensidad o agudeza, pueden influir en cómo percibimos a las personas o el nombre en sí.

Uno de los principales hallazgos, fue que solemos relacionar los nombres de mujeres con siluetas o sonidos que se perciben como redondos, lo que según los investigadores sugiere que incluso en los nombres existe una asociación entre las formas redondas y la feminidad, y las formas afiladas y la masculinidad.

Así, esto explicaría por qué muchos nombres comunes de mujer suelen tener sonidos más suaves, como Mía, Lucía o Alba, comparados con nombres populares en niños, como Martín, Enzo o Thiago, y también por qué algunos nombres nos parecen más agradables para un género u otro.

Por otro lado, en el mismo estudio se encontró que el sonido de los nombres se suele asociar a diversas cualidades de la personalidad. Por ejemplo, los nombres suaves como Emma o Noah los asociamos con una personalidad relajada o amigable, mientras que Patricia o Víctor los relacionamos con una personalidad más acelerada o brusca.

En otro análisis realizado en Reino Unido, se identificaron los nombres que tenían el sonido más bonito o agradable, tomando en cuenta los principios de lingüística y fonética establecidos en un estudio de 2018 sobre el simbolismo del sonido emocional. En los puestos más altos se encontraban Sophia, Zoe y Rosie para las niñas, y Zayn, Jesse y Charlie para los niños. El mismo análisis, aplicado en Estados Unidos, señala que los primeros lugares los obtuvieron Sophia, Zoe y Everly para niñas, y Matthew, Julian y William para niños.

Desde luego, nada está escrito en piedra y no debemos juzgar a las personas por su nombre. Pero conocer este curioso efecto nos ayuda a comprender por qué unos nombres nos parecen más agradables que otros, especialmente al momento de pensar en el que elegiremos para nuestro bebé.

Foto de portada | Helena Lopes en Pexels

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