¿Por qué aparecen los trastornos de la alimentación en niños pequeños?

¿Por qué aparecen los trastornos de la alimentación en niños pequeños?
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Desde hace unos años diferentes especialistas en nutrición, psicología y pediatría vienen detectando que la edad de aparición de los trastornos de la alimentación disminuye preocupantemente.

¿Qué es lo que puede llevar a una niña (o niño) de 10, nueve, ocho o siete años a querer hacer dieta (o realizar ingestas exageradas de comida)? A priori podríamos decir que los niños imitan el mundo adulto, en especial si está ligado a conceptos de éxito social. Querer asemejarse a un ídolo de adolescentes hasta traspasar los límites puede ser peligroso, pero seguro que hay otros factores que influyen.

Una sociedad enferma manifiesta sus síntomas a través de las personas, o eso creo yo, y muchas veces no nos paramos a reflexionar en cómo afectan nuestros actos a los niños

Primar el sentido común y la experiencia como adultos

Afortunadamente la mayoría de nosotros podemos decir que nuestros hijos no sufren obesidad ni Trastornos de la Alimentación – T.A. - (enfermedades diferentes que se están produciendo al mismo tiempo). Pero ¿sabríamos detectar cualquiera de los T.A. si estuviéramos cerca de una persona que empieza a padecerlos?

Hace un año aproximadamente mi hijo se veía gordo, y no dejó de comer pero mis alarmas saltaron, ¿gordo?, mis niños están en su peso, a veces tiran a delgados porque aunque se alimentan bien hacen bastante ejercicio. Pero me pareció sorprendente esa percepción que tenía de su cuerpo.

Tengo que decir que alguna de sus compañeras (entonces 3ª de Primaria) ya se preocupan mucho por la imagen, y que pudo haber recibido influencia de algún chico con padres obsesionados por una dieta y un cuerpo perfectos. Sea como fuere, tras algunas charlas ‘las aguas volvieron a su cauce’ y el tema no se ha vuelto mencionar. Quisimos transmitirle la idea de estar a gusto con el propio cuerpo y priorizar el bienestar antes de la imagen.

Antes de contaros cuáles son los factores desencadenantes de un trastorno como la anorexia me gustaría hacer una reflexión tan obvia como apartada de nuestra cotidianidad . Los padres y las madres intentamos evitar que los niños presencien violencia y sexo explícito en la televisión e Internet, y lo hacemos a sabiendas de que de todas formas recibirán estímulos violentos y erotizados completamente inadecuados para su desarrollo; pero si no intentamos protegerles nosotros, ¿quién lo hará?.

Pero ahora decidme: ¿les protegemos también de las imágenes en las que los protagonistas de sus series favoritas exhiben delgadez excesiva como si fuera la única posibilidad de tener un cuerpo? ¿reflexionamos cuando una niña de ocho años nos pide vestirse como una de 14 (como si de golpe hubiera ‘quemado seis años’?, nos preocuparía que pequeñas preadolescentes fueran con ‘uñas de diseño’ a la escuela? ¿nos importa que escuchen canciones de adultos que hacen referencia a chicas y chicos ‘sexys’?.

¿Qué determina la aparición de los trastornos de la alimentación?

Antes de continuar me gustaría aclarar (porque creo que es importante) que las últimas informaciones de CiberObn indican que aunque todos pensamos que la anorexia es el más común de los T.A., en realidad la bulimia nerviosa y los trastornos no especificados superan las cifras de la primera.

Marta Ampuero en esta entrevista nos contaba que a nivel familiar puede influir la sobreexigencia, la preocupación excesiva por el aspecto físico; y desde el punto de vista de lo social se están ofreciendo unos cánones de belleza muy sesgados (‘estar delgados para tener éxito’). También pueden influir aspectos ligados con la individualidad como falta de autonomía o de autoestima.

Vivimos rodeados en estereotipos de belleza que nos muestran que estar significativamente delgado es una aliciente a nivel social. En paneles de las grandes superficies, en las marquesinas de autobús, en los anuncios de televisión se muestran rostros y cuerpos a los que quizás nuestros hijos se querrían parecer. No cuenta estar sano ni sentirse bien, sino ser atractivo para los demás.

Y por otra parte a las niñas (especialmente) las sexualizamos muy tempranamente obviando las consecuencias que este pensamiento tan irresponsable pueda tener. Su autoimagen está construyéndose, nuestro papel no es distorsionarla sino guiarlas para que tengan su propio criterio.

Como conclusión me queda aclarar que los niños no pueden (no deben) hacer dieta, ni siquiera cuando un adulto (sin criterio) les indica de qué alimentos prescindir. Dejar de tomar los macronutrientes que necesitan para su crecimiento es arriesgarse demasiado a tener problemas de salud. En todo caso sería el médico el que por algún tipo de alergia o enfermedad, debería indicar la ausencia de determinados alimentos.

Y como curiosidad, a medida que aumenta la obesidad, también lo hacen los T.A. y estos presentan muy mal pronóstico. No vamos a dejar de educar a nuestros hijos en los buenos hábitos alimenticios, ¿verdad? Ahora estamos a tiempo de prevenir.

Imagen | kellyhogaboom En Peques y Más | Dos modelos menores de 16 años desfilan para Marc Jacobs, Trastornos alimentarios en los niños y adolescentes ¿cómo detectarlos y actuar?

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