Por qué los controles parentales son una herramienta necesaria en la crianza de los hijos
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Por qué los controles parentales son una herramienta necesaria en la crianza de los hijos

No hay duda que cada generación de padres y madres es muy distinta a la anterior. Los tiempos cambian y nos vamos adaptando a todas aquellas cosas que llegan (o se van). Una de ellas, es la tecnología y contenidos digitales, que hoy en día encontramos presente en la mayoría de los hogares gracias a las pantallas.

Pero aunque su llegada aporte muchas cosas divertidas y positivas tanto para peques como para mayores, su uso no debe tomarse a la ligera y requiere de ciertas cosas que debemos tomar en cuenta.

Te cuento por qué los controles parentales son una herramienta necesaria en la crianza de los hijos.

Qué son los controles parentales

Como su nombre lo dice, los controles parentales son una herramienta que ayuda a que los padres podamos monitorizar, regular y filtrar el contenido de Internet al que nuestros hijos tienen acceso en dispositivos como móviles, tablets y laptops.

Regularmente este tipo de herramienta la encontramos en programas descargables para instalarlos en los dispositivos antes mencionados, pero también es posible encontrarlos en las diversas plataformas de streaming como Netflix, Disney+, HBO y Prime Video.

Entre las principales funciones que suelen incluirse en los controles parentales encontramos la filtración de contenido, el bloqueo de aplicaciones o sitios web, así como registro y límites de horas de uso.

¿Es necesario tener controles parentales en casa?

La respuesta es un rotundo sí, y a continuación explicaré por qué.

Personalmente, no me considero una persona exagerada ni tampoco una madre sobreprotectora. Aunque me he mantenido firme en la decisión que tomé hace años de no comprarle una tablet a mi hija, la tecnología y los contenidos digitales son parte de nuestra vida y me parecen una maravillosa herramienta.

Sin embargo, he notado que muchas familias toman su uso muy a la ligera, facilitándoles un móvil o tablet a sus hijos pequeños sin ninguna clase de filtro y pensando que estableciendo límites de tiempo es suficiente, ignorando los riesgos que esto puede suponer para ellos.

Algunas de las razones por las que los controles parentales son necesarios para la crianza de los hijos, y no debemos verlos solo como una opción son las siguientes:

1) No somos omnipresentes

Seguro más de uno pensará que no necesita instalar controles parentales porque siempre están al pendiente de sus hijos. Yo misma llegué a pensarlo. Pero somos humanos y no podemos estar presentes a todas las cosas en todo momento.

Una llamada telefónica, tener que atender a otro hermano más pequeño, hacer tareas de casa o ir al baño, son algunas muestras de momentos cotidianos que pueden distraernos. Es perfectamente normal y común que ningún padre está realmente en todo momento encima de sus hijos observando qué están viendo. Es humanamente imposible y sería algo agotador.

Entonces, ¿qué nos puede ayudar a estar tranquilos de que nuestros hijos no verán cosas que no son apropiadas para ellos mientras no estamos presentes? Los controles parentales.

2) El acceso a todo tipo de contenidos

Una de las cosas que disfruto mucho como madre, es la facilidad con la que la tecnología nos da acceso a toda clase de información. Desde buscar consejos de crianza hasta ideas de actividades para hacer con los niños, como manualidades o planes en familia. ¡Las posibilidades son infinitas!

Sin embargo, ese mismo acceso ilimitado podría ser contraproducente para los niños. En nuestra infancia, antes de la época de los smartphones y las tablets, filtrar la información era fácil. Por ejemplo, si escuchábamos a un adulto decir una palabra que no conocíamos, lo más probable era que preguntáramos y ellos decidirían la mejor forma de explicarla (o no nos decían si no lo veían apropiado y solíamos olvidarlo eventualmente).

Ahora, si un niño escucha una palabra que no conoce, simplemente puede entrar y preguntar a Google. Suena como algo sencillo e inofensivo, pero en su inocencia y curiosidad pueden encontrarse con cosas que no son apropiadas para su edad.

3) Los niños no tienen ese filtro ni madurez suficiente

Hay una razón por la que la edad mínima para registrarse en la mayoría de las redes sociales son los 13 años, y está relacionada con la madurez de los niños y el efecto que éstas pueden tener en su salud mental y emocional. El hecho de que nosotros ya sepamos diferenciar la información positiva de la negativa, o las cosas buenas de las malas, no significa que nuestros hijos también puedan hacerlo.

Muchos caemos en el error de pensar que porque nosotros ya sabemos qué debemos y no debemos ver o buscar online los niños también lo saben, pero no es así.

Los controles parentales no son negociables

Además de estas tres razones, existen muchas otras por las cuales es importante tener controles parentales, como prevenir que nuestros hijos sean contactados por "nuevos amigos" que en realidad sean personas con malas intenciones o que puedan descargar algún programa que pueda dañar su dispositivo (o como en algunos casos, hacer compras sin que los padres se den cuenta).

En conclusión, hoy en día los controles parentales son una herramienta básica y necesaria en la crianza de los hijos, a diferencia de generaciones pasadas donde no había acceso a tanta información por parte de los niños.

Foto de portada | Arina Krasnikova en Pexels

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