Cuando hablamos de paternidad y maternidad, encontramos que existen diversas formas y estilos de crianza, cada uno con sus ventajas y desventajas (pero si hablamos de estilo educativos de crianza, el más recomendado por los psicólogos es el democrático).
Pero además de los estilos de crianza que la psicología ha clasificado según la forma en que educamos a los hijos, también se suele hablar del enfoque o actitud que tienen hacia los progenitores, especialmente las madres.
Recientemente hablábamos de la maternidad tipo B, llamada así por su relación con los famosos tipos de personalidad. Pero si encuentras que no te identificas con la crianza tipo A, ni con la tipo B, quizás lo tuyo sea la crianza tipo C, que propone un enfoque equilibrado entre ambas.
Crianza A y B
Como lo hemos mencionado, estos enfoques sobre la crianza están basadas en los tipos de personalidad identificados y clasificados por la psicología. Pero aunque esto de la crianza tipo A, B o C no es algo que se ha establecido de manera oficial, son términos que surgen a raíz de los tipos de personalidad.
Así, mientras que en la crianza tipo A las madres suelen ser altamente organizadas, no pueden vivir sin rutinas y son exigentes tanto con ellas como con sus hijos, en la crianza tipo B son extremadamente relajadas, flexibles y tienden a la procrastinación.
Aunque estos dos términos han ganado popularidad en redes sociales, especialmente la del tipo B, que le dice adiós a la maternidad perfecta y propone una crianza relajada, hay otro tipo de crianza con la que muchas madres se sienten identificadas: la crianza tipo C.
Así es la crianza tipo C

La crianza tipo C es simple: se trata de un equilibrio entre las primeras dos, A y B. Es decir, no es una crianza tan rígida como la primera, pero tampoco una tan relajada como la segunda, sino un punto medio que recoge las fortalezas y cosas positivas de ambas.
Por ejemplo, en la crianza tipo A la organización y las rutinas son esenciales y se busca alcanzar la perfección, pero en la tipo B todas estas cosas brillan por su ausencia. Seguir la crianza tipo C es entender que la organización y las rutinas son importantes, pero sin exigirse demasiado por cumplirlas, ni furtigarse cuando no se logra hacerlo.
De este modo, la crianza tipo C crea un equilibrio entre control y flexibilidad: no tienen la casa eternamente impecable, pero saben dónde está cada cosa; permiten que sus hijos coman dulces, pero revisan que éstos no tengan ciertos ingredientes o colorantes; se involucran en las actividades de sus hijos, pero no controlan cada detalle de ello.
@a.calm.mom Yes I have a designated sponge-switching day but somehow never manage to meal plan on the regular. 😂 #creatorsearchinsights #momlife #typeC #typecmom #sahm #fyp #stayathomemom ♬ original sound - Carina :: calm motherhood
En una entrevista para PopSugar sobre este tema, la doctora Caroline Fenkel, experta en salud mental, señala que además de estos ejemplos, a nivel emocional es un enfoque beneficioso para todos, ya que los padres tipo C son padres que acompañan y guían a sus hijos, pero sin intervenir demasiado.
"Este estilo enfatiza la importancia de la estructura y la conexión emocional, permitiendo que los niños se sientan seguros y comprendidos, al mismo tiempo que fomenta la independencia", señala.
Un ejemplo de esto es cuando los hijos experimentan emociones negativas como la tristeza o la frustración, pero en lugar de resolver o hacer las cosas por ellos (lo que haría alguien tipo A) o restarle importancia y decir que "no pasa nada" (tipo B), los tipo C están presentes y son empáticos con sus hijos, acompañándoles y validando sus emociones, pero motivándoles para que las entiendan y aprendan a gestionarlas.
En resumen, la crianza tipo C es un estilo que se acerca a la manera de criar de muchas familias: intentamos hacer lo mejor posible por nuestros hijosy les acompañamos porque sabemos que es importante, pero también entendemos que no somos perfectos, que es importante darles espacio para crecer y que ser flexibles de vez en cuando es positivo para todos.
Foto de portada | Pavel Danilyuk en Pexels
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