Estando embarazada de 34 semanas le diagnosticaron un conducto de leche obstruido: era un cáncer de mama en etapa 4

Estando embarazada de 34 semanas le diagnosticaron un conducto de leche obstruido: era un cáncer de mama en etapa 4
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Lindsey Gritton, una madre de 29 años con quien nos hemos puesto en contacto, nos permitió compartir su historia para advertir a otras madres sobre lo importante que es confiar en ti cuando sientes que algo no va bien.

Estando embarazada de 34 semanas de su segunda hija, en el mes de abril, empezó a notar una sensación de ardor en la axila y en la parte exterior del pecho derechos. El dolor iba y venía, hasta que una semana después notó un bulto del tamaño de una canica pequeña.

Acudió a su ginecóloga, quien le diagnosticó un conducto de leche obstruido causante de una mastitis, una inflamación del tejido mamario muy frecuente en la última etapa del embarazo y en el postparto.

Le recetaron antibióticos, pero ella no se quedó tranquila. Ya había tenido un conducto obstruido en su primer embarazo, pero esta vez era diferente.

"En el fondo de mi cabeza, sabía que no era eso", dijo Lindsey a Insider el primer medio en contar su historia.

Pidió que le hicieran pruebas

Aunque le dijeron que era muy joven para que fuera un cáncer, ella tuvo que insistir hasta conseguir que le hicieran una ecografía, porque realmente estaba muy preocupada. Mientras se la hacían, pudo ver en el rostro del técnico de ultrasonido que algo iba mal, y no se equivocaba.

Los resultados indicaron una alta probabilidad de cáncer, y una semana después una biopsia confirmó que tenía carcinoma ductal invasivo. Le dijeron además que lo más probable es que el cáncer estuviera extendido debido al tamaño del tumor, pero no podían realizarle una tomografía estando embarazada por el riesgo de exponer al bebé a la radiación.

Tuvieron que inducirle el parto tres semanas antes

Una semana después le indujeron el parto, tres semanas antes de lo previsto, y la tomografía confirmó que tenía cáncer en etapa 4, un cáncer avanzado o metastásico que se había extendido a su hígado. Dos semanas después comenzó el tratamiento de quimioterapia.

Lleva cuatro meses recibiendo quimioterapia cada tres semanas y es optimista sobre su estado. Sus escaneos más recientes muestran que el 80 por ciento del cáncer ha desaparecido, dijo.

La proporción de mujeres menores de 35 años a las que se les diagnostica un cáncer de mama es muy pequeña, apenas de dos por ciento, pero cuando se detecta, suele encontrarse en una etapa avanzada y es más difícil de tratar.

Lindsey quiere concienciar a las mujeres sobre la importancia de defenderse a sí mismas cuando están preocupadas por su salud.

“Si no me hubiera defendido, ni siquiera creo que estaría aquí hoy. Porque por lo que me dijeron con mi análisis de sangre, mi hígado ya estaba fallando”, afirmó.

Las mujeres jóvenes también deben hacerse pruebas de detección del cáncer de mama con regularidad, especialmente cuando están embarazadas, advirtió.

Agradecemos a Lindsey que nos haya permitido compartir su historia y le enviamos todo nuestro apoyo para superar esta dura etapa.

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