Ser la hermana mayor es una enorme carga para muchas niñas si no le ponemos remedio: así afecta el "síndrome de la hija mayor"

Ser la hermana mayor es una enorme carga para muchas niñas si no le ponemos remedio: así afecta el "síndrome de la hija mayor"
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Puede que en los últimos meses hayas escuchado, visto en redes sociales o leído artículos sobre el "síndrome de la hija mayor" o "síndrome de la hermana mayor". No en vano, el hashtag #eldestdaughtersyndrome (#sindromedelahijamayor) acumulan más de 432 millones de visitas en TikTok.

Estos términos se utilizan para describir ciertas características o patrones de comportamiento que se asocian comúnmente con el papel de la hija o la hermana mayor en una familia.

Si bien es importante recordar que estas generalizaciones no se aplican a todas las hijas y hermanas mayores, en este artículo vamos a repasar cómo puede afectar a la autoestima de las niñas y adolescentes cuando asumen o crecen con la imposición del rol de género y el de hermana mayor.

Cuando las niñas asumen roles de género y estereotipos asociados al orden de nacimiento

El rol o estereotipo de género hace referencia a las normas sociales, expectativas o comportamientos que una sociedad considera apropiados para las personas en función de su género, ya sea masculino o femenino.

Uno de los ejemplos de roles de género más tradicionales es el que considera al hombre como un ser fuerte, racional y proveedor, y a la mujer como cariñosa, emocional y encargada del cuidado de la familia y el hogar.

Esta idea ha ido pasando de generación en generación, y aunque cada vez más las sociedades están avanzando en favor de una mayor igualdad y libertad, lo cierto es que todavía queda mucho camino por recorrer.

De hecho, hay estudios que afirman que los niños y las niñas interiorizan los estereotipos de género desde muy temprana edad, y buena culpa de ello la tenemos los padres y educadores, la publicidad y la industria juguetera.

Pero a menudo, muchas niñas y adolescentes crecen en familias en las que no solo se perpetúan los roles de género, sino también los asociados al orden de nacimiento. De este modo, las niñas que además son hermanas mayores tienden a soportar una mayor presión, responsabilidad y expectativas en torno al cuidado de sus hermanos, que podrían acabar afectando a su autoestima y autoconcepto.

En este artículo de The Conversation leemos que en algunos países muchas madres emigran para trabajar, por lo que las hijas mayores acaban asumiendo el papel de "madres sustitutas" y encargándose de las tareas domésticas y del cuidado familiar.

Cómo afecta a las niñas y adolescentes el 'síndrome de la hija mayor'

Entre los muchos efectos negativos que tendría el "síndrome de la hija mayor", principalmente podríamos destacar los siguientes:

Mayor responsabilidad y presión. Cuando los padres y otros familiares esperan que la hermana mayor asuma un rol de cuidadora y actúe como un modelo a seguir con sus hermanos menores, su bienestar emocional y su capacidad para disfrutar de la niñez y la adolescencia podrían verse afectadas.

Limitación de oportunidades y elecciones. Los roles de género y los estereotipos relacionados con el orden de nacimiento limitan las opciones y oportunidades de la hermana mayor. Así, muchas niñas y adolescentes sienten que sus padres esperan que siga una trayectoria específica en función de su género y posición en la familia, lo que podría restringir su autonomía y su capacidad para tomar decisiones que reflejen sus propios intereses y metas.

Dinámicas de poder y relaciones familiares. Si la hermana mayor siente que tiene que cumplir con más expectativas y tareas que sus hermanos menores, la relación con estos podría verse afectada como consecuencia de las tensiones, celos y comparaciones.

A todos estos efectos habría que sumar los relativos a los roles de género, como el desequilibrio en las tareas del hogar y el cuidado familiar, así como las expectativas a largo plazo sobre la maternidad y la trayectoria académica y laboral.

Como comentábamos al inicio, en los últimos meses el 'síndrome de la hija mayor' ha adquirido una gran repercusión gracias a vídeos de TikTok protagonizados por mujeres que denuncian abiertamente la carga física y sobre todo, emocional, que a menudo soportan por ser las hijas y hermanas mayores.

@israajnasir @viennaayla captures the eldest-daughter-syndrome so well. Hilarious reminder to break the cycle! #eldestdaughterthings #generationalcyclebreaker #eldestdaughterproblems #therapysessions #oldestdaughter ♬ original sound - Israa Nasir
(...) Como terapeuta, trabajo con pacientes Millenials y de la Generación Z. Muchos Millenials se están convirtiendo ahora en madres, y el patrón de comportamiento y la preocupación ansiosa que han desarrollado como hijas mayores se está manifestando en su crianza y en sus relaciones, confiriéndoles un estatus de cuidadora que en realidad no quieren y que les provoca mucho resentimiento (...)
(...) Estoy al final de la década de mis 40 y siento que en este momento de la vida, particularmente para las mujeres, mucho de lo que hemos vivido está resurgiendo. (...) Yo soy la madre de mis padres, la madre de mis hermanos, la madre de mi prima (...) He estado cuidando a mi familia desde que era niña, y después de vivir la cirugía que mi sobrino tuvo hace un par de meses y ver la forma en que todos me trataron durante ese período de tiempo y lo que esperaban de mí, fue realmente revelador.
Hay momentos en los que siento que no estoy segura de saber quién soy. Estoy tan acostumbrado a cumplir unción en la vida de otras personas, a cuidar, a ser hermana mayor y buena hija, que literalmente no sé quién soy (...) Hablemos de las hijas mayores de la Generación X que literalmente estamos cuidando a nuestros padres en este momento y necesitamos ayuda.

Cómo evitarlo en casa

Para evitar que las niñas y adolescentes crezcan siendo víctimas de los roles de género y estereotipos asociados al orden de nacimiento, es fundamental que los padres tomemos conciencia de nuestros propios actos, comportamientos y frases, y eduquemos a nuestros hijos e hijas en igualdad, reconociendo sus necesidades individuales con independencia de su género o posición en la familia.

Distribución equitativa de tareas domésticas. Debemos educar a nuestros hijos para ser autónomos y participar de forma equitativa en las tareas del hogar. Para ello, lo primero y fundamental es que demos ejemplo y tanto el padre como la madre nos involucremos por igual en el cuidado del hogar.

Implicarse en la crianza de los hijos de forma equitativa. Aunque cada vez son más los padres que desean implicarse de lleno en la crianza de sus hijos, lo cierto es que todavía son las mujeres quienes soportan un mayor peso en la crianza y en la carga mental que gira en torno a ella.

Los hermanos mayores no deben ocuparse de los pequeños. Tanto si son chicas, como si son varones, los hermanos mayores no deben ocuparse de los pequeños, ni ser ejemplo de nada. Los niños y adolescentes merecen vivir su vida, explorar sus pasiones y desarrollarse como personas, y no tener que asumir una responsabilidad que no les corresponde.

En definitiva, además de dar ejemplo y analizar nuestros propios patrones de comportamiento, debemos fomentar un ambiente familiar en el que niños y niñas puedan desarrollar su propia identidad y perseguir sus intereses más allá de su género y posición en la estructura familiar.

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