La pubertad empieza cada vez antes, a los seis años en algunas niñas. La obesidad influye, pero no es la única culpable
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La pubertad empieza cada vez antes, a los seis años en algunas niñas. La obesidad influye, pero no es la única culpable

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La pubertad es ese periodo de transición entre la infancia y la adolescencia, y en el que niños y niñas comienzan a experimentar grandes cambios en su cuerpo. Debido a todos estos cambios, es una etapa que puede generar muchas dudas e inseguridades en ellos.

Regularmente, la pubertad ocurre entre los ocho y los 13 años en las niñas, y entre los nueve y los 14 en los niños. Sin embargo, en los últimos años se ha observado con preocupación que la pubertad empieza cada vez a edades más tempranas, encontrando casos de niñas en las que ha comenzado a los seis años. ¿Por qué ocurre esto?

¿Qué es la pubertad?

La pubertad es el momento de la vida en el que el cuerpo del niño y la niña comienza a madurar sexualmente.

En las niñas se produce antes y comienza con el desarrollo del botón mamario, el primer cambio físico que anuncia el inicio de la pubertad. La zona del pezón comienza a endurecerse y los pechos a inflamarse. Generalmente, la pubertad en las niñas comienza alrededor de los diez u once años, pero en algunas puede comenzar antes, a los seis o siete años.

La primera menstruación (conocida como menarquía) llega más tarde, entre uno y tres años después del comienzo del desarrollo de los senos. La edad media de la llegada de la primera regla en las niñas es alrededor de los 12 años, aunque en algunas puede llegar antes, alrededor de los ocho años.

En los niños, la pubertad se retrasa algo más. Comienza alrededor de los 12 años, pero puede comenzar a los 9 años en algunos casos.  La mayoría de las niñas terminan la pubertad a los 14 años; mientras que la mayoría de los niños a los 15 o 16 años.

Niñas y niños cada vez se desarrollan antes

De acuerdo con investigaciones realizadas en las últimas décadas, esta tendencia a una pubertad más temprana es algo que ha sucedido de forma gradual. En una investigación realizada en los años noventa, y en la que participaron más de 17.000 niñas, se encontró que la edad promedio en la que comenzaban a desarrollar los senos eran los 9,96 años, un año antes que la edad medida considerada frecuente según registros previos.

Otros estudios más recientes, realizados en Europa y también en Estados Unidos han encontrado que aunque ha sido lentamente y no son muchos años de diferencia, la reducción en la edad en la que se presenta la pubertad es un fenómeno que se presenta en muchos países.

Por ejemplo, un estudio realizado en 2018 en Dinamarca encontró que tanto niños como niñas comenzaban a experimentar los cambios típicos de la pubertad a edades más tempranas que sus padres. En promedio, las niñas presentaban su primera menstruación tres meses antes que sus madres, mientras que los niños experimentaban cambios en su voz hasta un año antes que la edad registrada en estudios previos.

Otro estudio de 2009 realizado en Copenhague demuestra una reducción de un año a lo largo de un periodo de quince años. La edad media del inicio de la pubertad en las niñas eran los 10,88 años en 1991, mientras que en 2006 había descendido a 9,86 años.

Obesidad infantil, estrés, sustancias químicas... entre las causas

Los motivos detrás de la disminución de la edad en la que se presenta la pubertad han sido ampliamente estudiados en los últimos años. Los expertos están desconcertados, afirma The New York Times en un artículo reciente, pues no parece haber una causa única que explique este fenómeno.

Una de las razones principales que se ha encontrado en estos estudios es la obesidad infantil, puesto que el exceso de masa corporal acelera los procesos biológicos del inicio de la pubertad, pudiendo llegar a adelantar aproximadamente tres años el comienzo de la pubertad.

De acuerdo con un estudio de 2003, las niñas que presentaban obesidad durante la infancia tienden a presentar su primera menstruación antes que otras niñas, mientras que otro estudio de 2009 encontró que los niños y niñas que tenían mayor peso al cumplir los siete años tenían mayores probabilidades de experimentar una pubertad temprana.

Sin embargo, ese mismo estudio de 2009 menciona que independientemente del índice de masa corporal a los siete años, se ha observado una tendencia a la baja sobre la edad en la que tanto niños como niñas comienzan a vivir los cambios de la pubertad, lo que sugiere que la obesidad no es la única responsable de ello.

Por ejemplo, otro estudio relaciona la pubertad temprana con un crecimiento acelerado en peso y estatura en los primeros años de vida. En el caso de los niños, aquellos niños que crecieron más rápido que sus iguales durante sus primeros cinco años, tenían mayores probabilidades de iniciar la pubertad a edades más tempranas. En el caso de las niñas los resultados fueron similares.

Por otro lado, muchas investigaciones también han señalado que tanto la genética como diversos factores ambientales y de estilo de vida, como el estrés y la nutrición podrían estar influyendo.

Más de un estudio ha encontrado que aquellos niños y niñas que vivieron algún evento traumático en su primera infancia (como las víctimas de abuso o que presenciaron violencia en el hogar), son más propensos a iniciar la pubertad a una edad temprana e incluso a envejecer de forma prematura.

Otros estudios se han enfocado en el embarazo, una etapa clave e importantísima del desarrollo. Una investigación que compartimos hace unos años, mostraba que el consumo de medicamentos para el dolor como el paracetamol adelantaba la pubertad en las niñas.

El contacto con sustancias químicas procedentes de productos de higiene y cosméticos también podría ser un factor. Como hemos comentado en otras ocasiones, no todos los cosméticos ni productos de higiene personal son seguros durante el embarazo. Muchos de ellos, contienen pftalatos, parabenos y microplásticos que pueden ser dañinos para el bebé, y que de acuerdo con un estudio también se relacionan con una pubertad a edades tempranas.

Por qué es preocupante

Además de que esta pubertad temprana acorta los años de infancia de los niños, experimentar todos estos cambios hormonales a menor edad tiene consecuencias para la salud, tanto física como mental.

Diversos estudios han encontrado que una pubertad precoz está relacionada con un aumento de enfermedades en la vida adulta, como obesidad, diabetes tipo 2 en los hombres, migraña en el caso de las niñas, enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, como cáncer de seno en las mujeres.

Por otro lado, el impacto emocional y mental de una pubertad temprana también es motivo de preocupación. Vivir estos importantes cambios de manera precoz hace que los niños y niñas no estén preparados, por lo que su bienestar emocional sufre.

De acuerdo con una investigación, quienes experimentan la pubertad de forma temprana suelen comenzar a beber alcohol antes de tiempo, pues aparentan ser mayores aunque mentalmente no lo sean, y según otro estudio, tienen un mayor riesgo de hacerse daño durante la adolescencia.

Como padres, puede ser preocupante el hecho de que nuestros hijos tengan la posibilidad de iniciar la pubertad de forma temprana, por lo que es importante que mantengamos una relación cercana con ellos, no solamente para poder estar al pendiente de cualquier cambio físico o emocional que puedan experimentar y comentarlo con el médico, sino para poder apoyarles y acompañarles.

Foto de portada | Klara Kulikova en Unsplash

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