Tan difícil es conseguir plaza en las escuelas más cercanas o que mejor consideran los padres, que ya se ha llegado al fraude para lograr matricular a los hijos en centros de enseñanza primaria o secundaria.
Leemos un par de noticias de Andalucía en las que así lo delatan, los padres engañan a la administración para conseguir que sus hijos tengan una educación. Suena extraño ¿verdad?, pero es así. Empadronamientos falsos, divorcios ficticios, enfermedades o minusvalías ficticias… todo vale para que el centro escolar elegido sea el que otorgue una plaza al niño.
En una de las noticias explican que en muchos casos los padres han declarado que sus hijos sufrían celiaquía, enfermedad que produce intolerancia al gluten, ya que da puntos para acceder a la escuela. Esto nos parece muy triste, sobre todo recordando que en Cataluña, los niños que realmente padecen esta enfermedad han perdido este “privilegio”. También se conocen los casos de padres que unen sus esfuerzos y su economía para contratar a un detective que halle si algún niño ha sido aceptado en el colegio sin que le corresponda por ley.
La proximidad del hogar o del trabajo y la calidad de la enseñanza, son los factores que suelen prevalecer ante la elección de la escuela de nuestros hijos. Dada la falta de plazas y la creciente demanda, cada vez es más difícil acceder a la enseñanza pública a conveniencia de todos.
¿Debemos creer en los criterios marcados para la escolarización o deben poner remedio a la demanda?. Recordemos que este problema no afecta sólo a la enseñanza primaria y secundaria, también las guarderías carecen de las plazas necesarias.
Vía | La Opinión de Málaga Más información | La Opinión de Málaga