Niños: ¿quién los necesita?

Niños: ¿quién los necesita?
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Estos días se ha publicado en el diario inglés The Telegraph un artículo de opinión de Julia Stephenson, escritora de una columna semanal en el diario Independent sobre estilo de vida “verde” y autora de dos novelas, en el que dice que es feliz de no tener hijos.

En dicho artículo explica que está un poco cansada de la imagen de mujeres solas y tristes que se suele dar de las mujeres que llegan a la menopausia sin haber sido madres, sobretodo porque ella, que no lo ha sido, va siempre bien arreglada, guapa y aparenta menos años de los que tiene, todo ello gracias a que tiene más tiempo para ella que las que sí son madres y porque ha podido invertir en sí misma los 234.000 euros que se estima que cuesta criar a un hijo.

Además está feliz porque su relación de pareja es estrecha y sólida ya que, según comenta, ella puede poner a su pareja en primer lugar y no en el último, como todos aquellos hombres abandonados que acaban por salir corriendo de casa en busca de aventuras (en el sentido literal y el metafórico de la palabra), porque no son capaces de sobrellevar la competencia de los hijos en la lucha por recibir la atención de la mujer.

Se queja la escritora de un artículo publicado hace un mes en su país que decía que el 19% de las mujeres británicas llegaban a la menopausia sin haber sido madres, mostrando a esas mujeres como personas desoladas, tristes y vacías. Se queja porque según comenta: “¿cómo se puede perder algo que nunca has tenido?”.

De hecho va un poco más allá y pregunta qué sentido tiene lamentarse por algo que no tiene solución, es decir, por qué quejarte de que ya no puedes tener hijos si no puedes solucionarlo. Incluso invita a reflexionar sobre la felicidad, ya que para muchas mujeres tener hijos es una alegría, pero no es una garantía segura de la felicidad.

La autora continúa explicando que nunca ha tenido demasiado cuidado de no quedarse embarazada y que sólo una vez creyó estarlo (no buscaba tenerlo, pero si venía seguiría adelante) cuando estuvo seis meses sin menstruación. A pesar de ello las pruebas dieron negativo y al confirmarse que no había embarazo sintió un gran alivio.

Mi reflexión

Podría continuar resumiendo las palabras de Julia Stephenson, pero creo que ya he comentado la parte más sustanciosa de su artículo de opinión.

Cada cual que extraiga las conclusiones y opiniones que quiera acerca de sus palabras, que yo sacaré las mías (y ya que estoy en el teclado sigo escribiendo y os las cuento).

Dice esta señora que no se puede perder algo que nunca has tenido y aunque en el sentido literal tiene razón, pues una mujer no es madre hasta que tiene hijos, la mayoría de mujeres tiene la intención de tener hijos en algún momento de su vida porque forma parte del proyecto personal y familiar de casi todo el mundo. Como casi todo el mundo y casi todas las mujeres saben que algún día serán madres, la intención y el objetivo hace que sí se sepan madres en algún momento (“yo seré madre, por supuesto”). Si por lo que sea los niños no vienen y llega el día en que alguien te dice “lo siento señora, pero a estas alturas usted no puede tener hijos” es inevitable que haya una sensación de pérdida. No por algo que tenías, sino por algo que sabías que ibas a tener.

No es que todas las que no tienen hijos tengan que sentirse desoladas y tristes, pero sí es lógico y lícito que muchas de ellas se sientan así. Si ella no se siente así y, si de hecho está contenta por no haber sido madre, pues oye, yo me alegro, pero que no niegue los sentimientos de otras muchas mujeres que no sienten esa felicidad por no haber tenido descendencia.

Con respecto al papel de los padres lo siento, pero esta señora tiene un ramalazo machista que asusta: está contenta porque gracias a no haber sido madre ha podido dedicarse en cuerpo y alma a su relación de pareja, no como todas las madres que dejan al marido en segundo plano (abandonado, dice), llegando éste (lógico, según dice esta señora) a huir de casa por no poder soportar la competición que se establece con el bebé.

Pues lo siento, señora Stephenson, pero el marido que siente que tiene que competir con su hijo por el amor o el tiempo de su mujer muestra una falta de madurez digna de preocupación extrema (si es así, hay psicólogos muy buenos que pueden ayudar), así que estar contenta por haber mantenido al hombre tranquilo, feliz y cerquita por no haber tenido hijos (pobrecito, no fuera que se agobiara por la presión de tener un bebé en casa) me parece un modo de ver la felicidad de pareja un tanto penoso.

En fin, no sé qué pensáis vosotras, pero la mayoría de veces que leo opiniones de mujeres que en teoría deben defender a otras mujeres siento que hablan por una minoría y que en vez de ayudar acaban empeorando las cosas.

Vía y Foto | The Telegraph
En Bebés y más | “No Kid. 40 buenas razones para no tener hijos”, Women Child-free: mujeres libres de hijos. “La maternidad es el caviar emocional de los pobres”, Women Child Free (2): la venganza. Maternidad en positivo, Sobre el neomachismo y la crianza con apego

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