Cinco comportamientos tóxicos de las personas pasivo-agresivas y cómo neutralizarlos para que no te afecten

Cinco comportamientos tóxicos de las personas pasivo-agresivas y cómo neutralizarlos para que no te afecten
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"Claro que no me importa que vayas a esa fiesta sin mí" (frase que te dicen en tono condescendiente y con cara de pocos amigos). Así se comportan las personas pasivo-agresivas: sin decirte claramente lo que piensan pero tratando de hacerte sentir mal por cómo actúas.

Hablamos de un estilo de comportamiento que implica una combinación de pasividad (no decir las cosas claramente) y agresión (atacarte con "palabras bonitas" o con silencios); conlleva expresar descontento, frustración o ira de una manera indirecta o disfrazada, en lugar de abordar el problema de manera directa y abierta.

Igual que ocurre con otro tipo de comportamientos, como los narcisistas, este no es fácil de identificar. Por ello te compartimos cinco señales de pasivo-agresividad con ejemplos para que lo veas más fácilmente.

1) Son incoherentes: lo que dicen y lo que hacen no coincide

Esta es la característica primordial de este estilo de comunicación tóxico: la incoherencia. Así, son personas que pueden decirte algo muy dañino pero con una falsa sonrisa de suficiencia.

O todo lo contrario, te dicen algo que aparenta ser con buena intención, pero con una cara de enfado. Por ejemplo, decir: "No me pasa nada, está todo bien" (pero acto seguido te hace mala cara y no te habla durante tres horas).

Precisamente, esta incoherencia es la que nos confunde, la que nos hace sentir mal y la que hace que nos cueste identificar a estas personas. Un ejemplo de incoherencia comunicativa sería el gaslighting o luz de gas, técnica manipulativa de la que ya hemos hablado.

2) Parece que te elogian... pero no

Otra táctica habitual de las personas pasivo-agresivas es el uso de elogios falsos o sarcásticos. Aparentan ofrecer apoyo o reconocimiento, pero su tono de voz o lenguaje corporal revela su verdadero desprecio o desaprobación. Por ejemplo, pueden elogiarte por algo que has hecho, pero su tono de voz o sus gestos sugieren que en realidad están criticando tu acción o cuestionando tu motivación o intenciones.

Un ejemplo de este comportamiento sería el siguiente; después de una presentación en el trabajo, un compañero de equipo te felicita con una sonrisa forzada y dice: "No veas, ¡qué valiente eres por presentar eso!". Aunque sus palabras suenan como un elogio, su tono sugiere que en realidad está siendo sarcástico o crítico.

3) Te critican pero simulando que no es una crítica

En lugar de abordar de forma directa, sin tapujos, sus preocupaciones o desacuerdos, las personas pasivo-agresivas a menudo recurren a la crítica encubierta. Utilizan comentarios sutiles o indirectos que minimizan tu confianza o autoestima sin que parezca una crítica abierta. Esta forma de crítica puede ser especialmente difícil de gestionar, ya que es difícil de identificar.

Por ejemplo, después de dar tu opinión sobre un tema, esta persona te comenta: "Es interesante y curioso cómo tienes una perspectiva tan única sobre este tema". Aunque parece un cumplido, su tono o lenguaje corporal sugiere que en realidad está cuestionando tu enfoque de manera sutil y crítica.

4) Siempre son las víctimas

Las personas pasivo-agresivas a menudo recurren a la autovictimización como una forma de manipular las emociones de los demás y evitar asumir la responsabilidad de sus acciones.

Adoptan el papel de víctimas, exagerando sus dificultades o presentándose como inocentes en situaciones en las que tienen alguna responsabilidad. Esta táctica perjudica mucho las relaciones, ya que puede generar sentimientos de culpa o compasión en los demás y dificultar la resolución de conflictos.

Por ejemplo, después de una discusión en la que cometió un error, tu amigo adopta una actitud de víctima, diciendo: "Siempre soy el que termina en problemas, ¿verdad?". Aunque tiene responsabilidad en el conflicto, intenta evadir la culpa presentándose como la víctima de la situación.

5) Expresan su frustración de forma indirecta

Son personas que, en lugar de expresar directamente su descontento o disgusto cuando lo tienen, por alguna razón, pueden retrasar tareas importantes o compromisos acordados como una forma de expresar su frustración o resentimiento. Es decir, no te lo dicen directamente con las palabras, pero sí con los gestos (acciones), para hacerte sentir mal sin que sea evidente que están haciendo algo mal.

Por ejemplo, estás trabajando en un proyecto importante con un compañero de trabajo que siempre parece encontrar excusas para retrasar su parte del trabajo. A pesar de tus recordatorios, continúa postergando las tareas.

Cómo neutralizar estos comportamientos para que no te afecten

No hay una fórmula mágica para gestionar este tipo de comportamientos, pero hay algo que nos ayudará mucho a lidiar con estas personas y a no dejar que nos manipulen, y es conociendo bien sus tácticas.

Entender la naturaleza y la intención de sus acciones, y cómo funcionan, nos ayudarán a no caer en sus redes. También, el conocernos a nosotros mismos y el conectar con nuestras emociones, nuestros valores y nuestra intuición; estos tres son elementos que nos ayudarán a detectar cuándo alguien se está aprovechando de nosotros o no está siendo lo claro que merecemos.

Por otro lado, conviene no obviar estos comentarios y responderlos siempre que podamos (es decir, neutralizarlos; sobre todo, para no "acumular" y acabar estallando); debemos pedir claridad. Por ejemplo, si nos dan largas con algo diciéndonos: "no sé qué decirte, haz lo que consideres..." (y con mala cara), podemos responder tranquilamente: "¿Qué quieres decirme con eso?", "¿A qué te refieres exactamente?", "¿Puedes ser un poco más claro?".

Y para finalizar, nos ayudará el construir relaciones sanas en las que prime la comunicación abierta, clara, asertiva y respetuosa. Si nosotros somos claros, qué menos que exigir lo mismo en una relación para que sea equitativa.

Foto | Portada (Película Agosto, 2013)

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