Los cambios de rutina en vacaciones

Los cambios de rutina en vacaciones
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Cuando llegan las vacaciones no siempre lo hacen de una manera reposada y tranquila. Las vacaciones suponen cambios para la vida de toda la familia, incluso si no hacemos grandes salidas o viajes.

Si esto es así para los adultos, qué será de bebés y niños. El cambio de rutina habitual puede ser bienvenida, pero en general hay pequeños a los que les afectará negativamente y se mostrarán intranquilos e irritables, les costará dormir o comer…

Es normal, y hemos de intentar acompañarlos en esa transición a unos hábitos para ellos desconocidos: viajes largos, días de playa, cambio de casa a un hotel o apartamento, horarios distendidos…

Veamos estas situaciones de cambios de rutina en vacaciones, cómo afectan a bebés y niños y qué podemos hacer para ayudarles a disfrutar de este tiempo.

En vacaciones duermen "peor"

Si el entorno es diferente, los pequeños, incluso los bebés, notarán q no están en su casa, en su cuna, con sus juguetes… Y por la noche es probable que nos reclamen junto a ellos aunque estén acostumbrados a dormir solos, o que se despierten más a lo largo de la noche, o que lloren al verse en esa habitación nueva aunque estemos junto a ellos en la cama...

La solución para calmarlos y ayudarles a dormir es fácil: permanecer a su lado el tiempo necesario hasta que se tranquilicen, acostarnos con ellos, y vean que aunque no estemos en el entorno habitual para dormir, siguen estando seguros.

Que estamos junto a ellos cada vez que se despierten ofreciéndoles consuelo, amamantándolos, hablándoles, acariciándolos.

Si están acostumbrados a dormir con chupete o con algún muñeco, no es buen momento para quitarles estos hábitos, por lo que si los llevamos con nosotros en vacaciones estarán más tranquilos, aunque nada será más balsámico para ellos que la presencia de los papás.

En vacaciones comen "peor"

Respecto a las comidas, aunque intentemos no variar el menú al que están acostumbrados los niños (aunque en mi opinión es bueno que se acostumbren a ello, siempre que sean comidas saludables, pues disfrutarán con lo nuevo), es probable que coman "peor", menos cantidad, más despacio, que no quieran comer algunas ocasiones...

Y si a ello sumamos el calor que les puede hacer perder el apetito, es más que probable que varíen sus hábitos. Lo que podemos hacer ante esto también es sencillo: darles más tiempo a las comidas, aprovechar los picoteos sanos, hacer del momento de comer un momento especial como parte de unas vacaciones especiales y divertirse.

Con el calor, las digestiones son más pesadas, de modo que procuraremos comidas ligeras y refrescantes, una sobremesa tranquila y descanso tras las comidas que les ayudará a estar más tranquilos y apetentes para próximas comidas.

En vacaciones se portan "peor"

Por último comentaremos la cuestión de la irritabilidad de los niños a partir de los dos años. Para muchos es la época de las "rabietas", y al no poder expresarse como les gustaría (sus deseos, sus frustraciones, sus malestares… sus sentimientos en definitiva), y al no entender que hay determinadas cosas que no pueden hacer, se enfadan y gritan o lloran, expresando su malestar de un modo intenso y desmesurado en ocasiones.

No tendremos que hacer nada distinto a esta situación que es absolutamente normal y entendible en ellos en esta etapa de su desarrollo.

Con los cambios de rutina, las rabietas pueden ir en aumento, hemos de hablar mucho con los pequeños, invitarles a que hablen, intentar entender lo que les pasa y calmarles. Intentemos ser positivos y asertivos en nuestra comunicación con ellos, respetar su malestar, demostrar que le entendemos y hacerles ver que a nosotros los cambios también nos afectan.

Podemos intentar que las variaciones en la rutina no sean exageradas, mantener ciertos horarios... con el fin de que los niños no se desorienten demasiado.

Para los adultos todos estos cambios también pueden resultar frustrantes y agotadores. Pero los cambios son transitorios y tienen muchas cosas positivas. La principal, que pasamos más tiempo en familia, disfrutando, enseñando y conociendo a nuestros hijos, en los buenos y los no tan buenos momentos.

Al final, lo que perdurará en nuestro álbum de la memoria son las fotografías de los maravillosos momentos que pasamos las vacaciones de aquel año 2010 con nuestros hijos pequeños.

Foto | Flickr (Larsz) En Bebés y más | A la playa con un bebé... sobreviviré, Diez consejos para disfrutar de las vacaciones con los niños, Diez consejos para los bebés en verano, ¡Llegan las vacaciones!

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