Expertos en psiquiatría, neurología y medicina pediátrica llevan tiempo insistiendo en lo importante que es para un niño las experiencias en el desarrollo cognitivo y emocional de los primeros años. De hecho, hay casos probados de niños que vivían en orfanatos y estaban privados de afecto y acababan muriendo sin ninguna explicación a pesar de que el resto de sus necesidades básicas estaban cubiertas.
Al hilo de esto, científicos del Instituto Salk acaban de publicar un nuevo estudio en el que sugieren que el tipo de cuidado materno durante los primeros años puede provocar cambios en el ADN de sus hijos.
El objetivo del estudio, llevado a cabo con ratones, busca comprobar cómo el entorno en el que se desarrolla la infancia afecta al cerebro de los seres humanos y podría proporcionar información en trastornos neuropsiquiátricos como la depresión y la esquizofrenia.