Los hábitos que más rápido hacen envejecer a partir de los 50 años y cómo cambiarlos

Los hábitos que más rápido hacen envejecer a partir de los 50 años y cómo cambiarlos
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Envejecer es inevitable. Por mucho que invirtamos en cremas y productos para la piel, dediquemos tiempo a hacer ejercicio y sigamos una dieta equilibrada, hacernos viejos que sucederá sí o sí. Pero aunque el envejecimiento es ineludible para todos, lo que sí podemos cambiar es la velocidad con la que éste sucede.

A partir de los 50 años, nuestro cuerpo pasa por varios cambios que forman parte de ese proceso natural de la vida, como perder densidad ósea y masa muscular, pero también aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades como la osteoporosis.

Por ello, y porque a los 50 aún nos queda mucho tiempo para disfrutar de la vida, es importante que prestemos atención a esos hábitos negativos que podrían no sólo afectar nuestra salud, sino hacer que envejezcamos más rápido.

1) Fumar

Comenzamos con uno de los hábitos que más afecta nuestra velocidad de envejecimiento: el cigarro. Sus efectos en la piel de las personas son bastante conocidos, pero un estudio concluyó que fumar acorta los telómeros, esos fragmentos de ADN que son indicadores de la velocidad con la que envejecemos y de la capacidad que tienen nuestras células para repararse.

Si eres fumador, quizás piensas que dejar el cigarro a los 50 años no tiene mucho sentido (en especial si ha sido un hábito durante muchos años), pero está comprobado que dejar de fumar, incluso en edades avanzadas como los 65 años, puede añadirnos varios años más de vida.

2) No descansar adecuadamente

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Foto | Karolina Grabowska en Pexels

Dormir poco o mal es uno de esos hábitos que nos hace envejecer más rápido, ya que le quitamos a nuestro cuerpo la oportunidad de recuperarse de las actividades del día. Por el contrario, un buen descanso puede tener grandes beneficios, incluyendo el darnos algunos años más de vida.

De acuerdo con un estudio, tener buenos hábitos de sueño añade 4,7 años a la esperanza de vida de un hombre y casi 2,5 años a la de una mujer. Por el contrario, otra investigación señala que el deterioro de los patrones de sueño podría ser factor determinante para acortar la esperanza de vida humana. A los 50 años, lo recomendable es dormir de siete a ocho horas diarias.

3) Ser sedentarios

Ya lo hablamos cuando mencionamos los hábitos esenciales para prevenir la osteoporosis a partir de los 50 años: contrario a lo que se pueda pensar, después de esta edad continúa siendo necesario mantener una vida activa. El sedentarismo o la falta de actividad física en esta edad aumenta el riesgo de enfermedades y reduce la longevidad.

Al igual que lo comentábamos con el tabaco, nunca es tarde para empezar y no es necesario que te ejercites todos los días. Aunque puedes pedirle a tu médico que te recomiende una rutina de ejercicios, lo más importante es mantenerse activo, y esto se puede lograr con muchas actividades diarias como caminar y bailar, que puedes complementar con una pequeña rutina de peso para ganar masa muscular y fortalecer tus huesos.

4) Vivir estresado

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Foto | Kampus Production en Pexels

Este es otro factor que también afecta la velocidad con la que nos hacemos viejos: un estudio encontró que quienes experimentan estrés muestran signos de envejecimiento inmunológico acelerado, mientras que otra investigación señaló que el estrés severo aumenta la edad biológica. Afortunadamente los signos del envejecimiento biológico pueden revertirse, de acuerdo con esta segunda investigación.

Hay varias cosas que podemos hacer para intentar disminuir el estrés en nuestras vidas, desde mejorar nuestros hábitos de sueño para descansar mejor, consumir alimentos que nos ayuden a activar las hormonas de la felicidad, pasar tiempo al aire libre (como los baños de bosque que practican en Japón), meditar en nuestro rincón zen o dedicar tiempo a hacer alguna actividad que nos guste y haga felices.

5) Consumir alimentos ultraprocesados y altos en azúcar

Finalmente, otra cosa que puede afectar nuestro ritmo de envejecimiento (y muchos otros aspectos de nuestra salud) es lo que comemos. Aunque siempre debemos evitar los alimentos ultraprocesados, como aquellos con azúcares y grasas malas, cuando llegamos a los 50 años es importante cuidar aún más su consumo, ya que nuestro metabolismo se va haciendo más lento, y no podemos procesar las comidas de la misma manera en que lo hacíamos cuando jóvenes.

Por otro lado, hay investigaciones que han encontrado que existe un vínculo entre el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de muerte. Otro estudio, señala que el exceso de azucares reduce la capacidad de la piel para curar las heridas, haciendo que envejezca a mayor velocidad.

Por ello, es importante llevar un dieta equilibrada -como la dieta mediterránea- en la que demos prioridad a alimentos frescos y llenos de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita día con día.

Foto de portada | Gabriella Clare Marino en Unsplash

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