Nueve mitos absurdos sobre la crianza en brazos que todos repiten pero no tienen fundamento

Nueve mitos absurdos sobre la crianza en brazos que todos repiten pero no tienen fundamento
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Estamos celebrando la Semana Internacional de la Crianza en Brazos y es el momento perfecto para recordar que ésta es una parte esencial del desarrollo del bebé durante sus primeros años de vida (aunque como ya lo hemos mencionado, la crianza en brazos no termina cuando nuestros hijos dejan de ser pequeños).

¿Y en qué consiste la crianza en brazos? Como su nombre lo dice, es criar al bebé -ya sea en brazos o mediante el porteo- proporcionándole la cercanía, el calor y la seguridad (física y emocional) que necesita durante su primera infancia.

Sin embargo, a pesar de lo necesaria que es, muchas personas consideran que puede tener detractores basándose en creencias que en realidad no tienen sentido. Damos entonces un repaso por los nueve mitos absurdos que existen sobre la crianza en brazos y que todos repiten a pesar de no tener fundamento.

Que le malcrían o malacostumbran

Comenzamos nuestra lista de mitos absurdos sobre la crianza en brazos que es uno de los más repetidos: que los brazos malcrían. "No lo cojas en brazos, que se malacostumbran" o "Si no lo sueltas querrá estar siempre contigo", son algunas de las famosas frases que solemos escuchar al llevar a nuestros hijos en brazos.

Pero como sabemos, los brazos no malcrían ni malacostumbran, y los niños eventualmente buscarán explorar por sí solos y recorrer el mundo. Hasta donde sabemos, no existe ningún caso reportado de algún niño que haya sido llevado en brazos en la infancia y que haya querido que sus padres lo sigan llevando así durante la adolescencia. Al final, te darás cuenta que quien realmente se acostumbró a los brazos no fue tu bebé, fuiste tú.

Que no son una necesidad del bebé

Lo hemos dicho varias veces y lo volvemos a repetir: los brazos son una necesidad básica del bebé, tanto como comer y dormir. Mientras que comer les nutre y aporta lo necesario para desarrollarse saludablemente, y dormir favorece el descanso y fortalece los aprendizajes del día, los brazos cubren las necesidades emocionales del bebé.

Además, llevar al bebé en brazos o porteando reduce la posibilidad de ciertas molestias que pueden aparecer en los primeros meses de vida, como el reflujo y los cólicos del lactante, lo que los hace esenciales para un sano desarrollo.

Que solo mamá lo puede hacer

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Foto | Kelly Sikkema en Pexels

Este mito es uno que solemos escucharlo también cuando hablamos del método canguro, pero a diferencia de lo que muchas personas piensan, papá también puede y debe practicar la crianza en brazos. Hacerlo no solo es parte de una paternidad responsable, sino que además ayuda a crear una poderosa conexión entre padres e hijos.

De este modo el bebé comienza a reconocer a papá a través de sus sentidos: sintiendo su piel, identificando su olor, escuchando los latidos de su corazón y relajándose con el suave movimiento de su respiración.

Que no aporta nada al bebé ni a los padres

Los beneficios de la crianza en brazos han sido avalados en múltiples ocasiones por la ciencia, y entre otras cosas se ha demostrado que mejora el vínculo entre padres e hijos, contribuye a un mejor desarrollo cerebral del bebé, mejor desarrollo físico y alivio de los síntomas de reflujo y los cólicos.

Por otro lado, esta comprobado que los brazos son la mejor opción para calmar y relajar al bebé, y son la herramienta más poderosa que tenemos los padres para educar a nuestros hijos con conexión y amor.

Que interfiere con su desarrollo

Una creencia que también solemos escuchar y que no tiene ningún fundamento es que la crianza en brazos puede interferir con el desarrollo del bebé. Esto parte de una absurda asunción: al estar en brazos, no tiene libertad de movimiento. ¡Pero nadie ha dicho que criar en brazos implique que estén pegaditos a sus padres 24/7!

Por el contrario, al llevarles en brazos o porteando los bebés también adquieren otras cosas importantes para su desarrollo: les estimula ver el mundo desde otro ángulo e interactúan de forma distinta con su entorno.

Que les hace inseguros

Otro mito común sobre la crianza en brazos es que hará inseguros y dependientes a los niños. Repetimos lo que hemos dicho en el mito anterior: nadie ha dicho nunca que criar en brazos es llevarle siempre de los siempres con nosotros.

Está más que comprobado que un niño que se siente amado y seguro, algo que indudablemente le aportamos con la crianza en brazos, es un niño que tendrá mayor confianza en él mismo y querrá explorar el mundo.


Que no deja hacer nada

porteo
Foto | iStock

Lo molesto de este mito es que no solo nos lo dicen a las madres, sino que a veces lo dicen dirigido a los niños que ya son un poco mayores (particularmente a los que ya han aprendido a caminar) y siguen siendo llevados ocasionalmente en brazos.

Pero además de que cuando se es madre aprendes a ser muy hábil para hacerlo todo con una mano mientras cargas a tu hijo -y que es un súperpoder de mamá que nos viene muy útil para múltiples momentos que no están relacionados con la crianza-, una de las maravillas del porteo es que nos permite tenerles pegaditos y con ambas manos libres.

Que es una moda

Nunca he entendido eso de llamarle "moda" a la crianza en brazos y al porteo. La última vez que revisé, las madres de épocas antiguas no tenían cochecitos (el primero fue inventado hasta 1733) y lo normal y de toda la vida era llevar a los niños en brazos o portearlos. Así que de moda nada.

Que daña la espalda

Finalmente, un mito que está dirigido en particular a quienes aplican la crianza en brazos o el porteo: que nos va a dañar la espalda. A menos que el bebé pese 50 kilos al nacer, no tiene mucho sentido decir esto.

Aunque es verdad que hay un límite de peso o esfuerzo que podemos soportar para no hacernos daño, el peso de un bebé o niño pequeño está muy lejos de ello (y si este mito fuera real, ¡la de casos de madres jorobadas o con problemas de espalda que conoceríamos!).

La crianza en brazos nunca será un error y darles amor, seguridad, calor y confianza a los niños jamás será algo negativo. Disfrútala, porque cuando menos lo esperes, ya no tendrás un bebé de brazos y añorarás esos días.

Foto de portada | Katie Wallace en Unsplash

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