En el colegio, ¿jornada continua o jornada partida?

En el colegio, ¿jornada continua o jornada partida?
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Parece mentira que hoy en día se esté llevando a cabo este debate en nuestro país, pues en nuestra infancia no se hablaba de esto para nada (que yo sepa) y los niños nos chupamos nuestras mañanas con nuestras tardes en el colegio, dejándonos muy poco tiempo libre para hacer lo que probablemente más nos motivaba: jugar y dar rienda suelta a nuestra imaginación.

Hoy, en cambio, son más los colegios españoles que llevan a cabo la jornada continua que los que la parten, pues el 62% ya tiene horario intensivo, frente al 47% que lo hacía en 2009. Ahora bien, como todo cambio, las dudas aparecen porque hay quien piensa que es mejor no cambiar y hay quien cree que lo ideal es hacerlo. La respuesta perfecta a la pregunta no existe, pero sí hay diversos argumentos a favor y en contra de cada una de las opciones y por eso vamos a hablar hoy de ello: ¿jornada continua o jornada partida?

Qué es la jornada continua

Antes de entrar a argumentar sobre una u otra de las opciones hay que explicar en qué consiste la jornada continua. Es un horario para los colegios en el que se compactan todas las horas lectivas de manera que tengan clase hasta las dos de la tarde.

Para que un colegio llegue a adoptar dicha jornada se realiza una votación en el centro con los padres y madres como protagonistas de la decisión.

Qué dicen los estudios

La gracia está entonces en saber qué dicen los estudios realizados comparando ambos tipo de jornada. Sin embargo la gracia no está completa porque los estudios están basados en encuestas y los resultados no son concluyentes. Digamos que para que un estudio fuera relativamente útil harían falta dos colegios muy parecidos en funcionamiento y con resultados parejos que pudieran ser comparados una vez uno de ellos cambiara la jornada partida a continua. Para que los resultados fueran tenidos en cuenta las diferencias deberían ser bastante marcadas entre uno y otro colegio, ya que de haber poca diferencia siempre se podría decir que la causa es la casualidad.

Personalmente he oído hablar de estudios que indican que es mejor partir la jornada, sin embargo todo depende de las condiciones en las que se haga (y a continuación os hablo de ello).

Ofreciendo mi opinión al respecto

Entonces, a falta de datos válidos sobre los que apoyar las decisiones sólo quedan opiniones y argumentos a favor y en contra, para con todo sobre la mesa poder escoger. Yo os ofrezco mi opinión personal en base a cómo creo yo que tendrían que ser las jornadas y luego cada cual puede argumentar al respecto.

Si tuviera que votar hoy mismo sobre la jornada del colegio de mis hijos optaría por la jornada continua por una cuestión de empatía: si a mí me dan a elegir si prefiero trabajar de mañana o de tarde, o si en cambio prefiero partir mi jornada en dos, siempre elegiré lo primero, porque de la otra manera el tiempo entre el inicio del trabajo y el final siempre es mayor y es más difícil aprovechar el tiempo libre. Con los niños pasa lo mismo, a mediodía vuelven a casa para comer y jugar un rato y enseguida tienen que volver al colegio para estar allí entre 90 y 120 minutos, haciendo que en realidad el colegio acabe hacia las cinco de la tarde, cuando queda menos tarde por delante. Si se quedan al comedor pasan ocho horas fuera de casa (como cualquiera adulto en su trabajo) y si encima hacen extraescolares después imaginad las jornadas que se cascan muchos niños.

Acabando a las dos, en cambio, tienen toda la tarde por delante para jugar, hacer también extraescolares o para estar con la familia. El problema, claro está, es que algunos padres tienen horarios en los que el tiempo a pasar con los niños tampoco mejoraría demasiado.

En lo que respecta a la comida, yo no tengo demasiado problema, pues mis hijos no se quedan en el comedor. Sin embargo, según se dice, en caso de jornada continua podría suceder que muchos colegios eliminaran el servicio de comedor (aunque todo hay que decirlo, muchos niños ya no se quedan porque se han reducido las becas de comedor con los malditos recortes).

A nivel de viajes, en nuestra casa caería como una bendición del cielo, porque actualmente tenemos que hacer cuatro viajes diarios para llevarlos y recogerlos, siendo los de la tarde bastante molestos, si tenemos en cuenta que entran a las 15:00 y salen a las 16:30. Los dejas en el colegio, vuelves a casa y enseguida tienes que salir de nuevo para irlos a recoger.

En lo que respecta al rendimiento de los niños, es difícil decir que con un tipo de jornada tendrán mayor rendimiento que con el otro. Personas contrarias a la jornada continua explican que no se recomienda que los niños reciban más de tres horas lectivas de golpe, y es algo que sucede una vez hacen el único recreo de la mañana.

Por contra, el ratito que van por la tarde cuando la jornada es partida no es que sea brillantemente productivo, creo yo, pues los niños están menos receptivos, más dispersos, saben que están poco rato y no atienden tanto como por la mañana (vamos, que podría ser igual que poco productivo que el rato después del patio de la mañana en el caso de la jornada continua).

Como sugerencia, podríamos adoptar el modelo finlandés, en que los niños descansan 15 minutos cada hora, sabedores de que es imposible que atiendan periodos de tiempo más prolongados. Una jornada continua con varios descansos será a mi modo de ver más productiva que una en la que se van a casa, desconectan y luego tienen que reconectar, como hacen ahora y más productiva que una jornada continua con una sola pausa de 30 minutos.

Si hablamos de las tardes libres, de todo el rato que queda, mucha gente se queja de que con la jornada continua pueden perderse las extraescolares que se ofertan en los colegios y mucha gente, con razón, de que no habrá nadie con los niños cuando lleguen a casa. En casos así, o en casos donde las familias no tengan los medios, el tiempo o la motivación para enriquecer las tardes de sus hijos, algunos podrían acabar pasando las tardes delante de la tele, el ordenador o la consola.

En estos casos, lógicamente, sería interesante que acompañando a la jornada continua las ciudades ofertaran actividades para los niños, que los padres fueran informados de estas ofertas y que incluso hubiera actividades para padres e hijos (o que algunos grupos de padres las crearan), para seguir ofreciendo estímulos, cultura y educación a los niños por la tarde. Estamos en época de crisis y gente emprendedora no falta, así que seguro que ante el nacimiento de una necesidad de ocio, deporte y cultura en los niños aparecerían centros tratando de cubrir dichas necesidades.

Hablando ahora de presupuestos, a nivel económico se destina menos dinero a la educación, pues al quedarse menos niños tras el colegio menos niños se quedan al comedor y menos niños hacen extraescolares. Para evitar que la jornada continua se convierta en una solución, en un recorte, el dinero ahorrado debería dedicarse a hacer que las ciudades fueran más amigables con los niños, más preparadas para convivir con ellos, menos grises, más verdes, con más oferta cultural a coste reducido, etc.

¿Vuestra opinión?

Después de explicar un poco cuál es mi postura me gustaría que nos dierais vuestra opinión, qué pensáis de ello y si vuestros hijos ya hacen jornada continua, qué tal es la experiencia.

A mi modo de ver, y haciendo de nuevo un ejercicio de empatía, si yo volviera a ser niño seguro que sería mucho más feliz yendo al colegio hasta las dos de la tarde, con toda la tarde por delante para crecer como persona con mis padres o con otros niños (o con ambos) y con otras actividades. Incluso las tardes podrían servir para buscar información sobre lo aprendido por la mañana si en esas horas lograran motivar a los niños lo suficiente como para seguir siendo eternamente curiosos.

Más información | El País Foto | Photomatt28 en Flickr En Bebés y más | ¡Cuántas horas en el colegio!, La jornada continuada aumenta la productividad (en casa y en el trabajo), ¿Tiempo de calidad o cantidad de tiempo?

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