Esta es la edad a la que un niño puede empezar a ir solo al colegio

Esta es la edad a la que un niño puede empezar a ir solo al colegio
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A medida que crecen, los niños van ganando autonomía y comienzan a hacer ciertas cosas por sí solos, y una de ellas es salir solos a la calle y luego,  ir solos al colegio.

Los expertos recomiendan que alentemos a los niños para que vayan caminando al colegio siempre que sea posible, ya que -entre otras cosas- mejora la condición cardiovascular, y si van solos asegurarse de van por una ruta segura y de que conoce las normas de seguridad vial.

Pero, ¿qué edad es la más adecuada? ¿A partir de cuándo pueden ir los niños solos al colegio? Pues depende del niño, de la distancia del trayecto a recorrer y de la seguridad del entorno. No hay una edad precisa, pero no se recomienda nunca antes de los siete u ocho años, pues todavía el niño no tiene la capacidad necesaria para reconocer los peligros que se le pueden presentar.

En España, el 70% de los niños de 8 a 12 años nunca van solos al colegio, siempre van acompañados de un adulto o de un hermano mayor responsable.

Si hablamos de una edad ideal, la Academia Americana de Pediatría acaba de actualizar sus recomendaciones y señala que es recién a los 10 años cuando los niños comienzan a aplicar todas las habilidades necesarias para manejarse de forma segura en entornos de tráfico por sí solos. Sin embargo, aclara que cada niño es diferente y “es importante considerar su nivel de desarrollo y madurez individual al decidir si es seguro para ellos caminar a la escuela sin un adulto”.

Por su parte, la Asociación Española de Pediatría señala que "según su madurez y la situación del centro escolar pueden empezar a ir solos al colegio a los 11 años."

No obstante, muchos padres se animan recién a dar el paso con el paso de sus hijos de primaria a secundaria, a los 12 años.

En resumen, según los expertos, nunca antes de los siete-ocho años, siendo la edad recomendad entre los 10 y los 12 años, y a partir de esta edad para una mayor tranquilidad. Dependiendo siempre del nivel de madurez del niño y del entorno en el que vive, así como del nivel de seguridad y la distancia que tiene el trayecto al cole, si puede ir andando solo o tiene que usar transporte público.

Cómo saber si está preparado

Hay varias cosas a tener en cuenta antes de permitirle ir y venir por su cuenta del cole y manejarse en la calle sin la compañía de un adulto. Tenemos que valorar si:

  • Tiene la madurez necesaria. La edad es solo un número, hay niños mucho más maduros que otros teniendo la misma edad. Hay niños que se relacionan mejor con personas desconocidas, saben resolver problemas inesperados, tienen mejor sentido de la ubicación... Depende de cada niño y eso solo pueden determinarlo los padres.
  • Es responsable. Sabemos que nuestro hijo se desenvuelve con responsabilidad en el día a día, que es consciente de los peligros, que no se deja llevar por la impulsividad y no se despista fácilmente.
  • Conoce las normas de seguridad vial. Debemos asegurarnos que han entendido las normas básicas de seguridad en la calle.
  • La distancia y el trayecto son importantes. El entorno tiene una gran influencia a la hora de permitirle ir solo o no. Hay que diferenciar un niño que vive en un pueblo pequeño y solo tiene que caminar unos cuantos metros a uno que vive en una ciudad grande y tiene que coger un autobús o el metro para llegar o volver del cole.

Cómo prepararlos para ir solos al cole

Al principio, podemos acompañarlos algunas veces para hacer juntos el trayecto y darles así mayor confianza y seguridad; luego ir avanzando progresivamente dejándolo solo la mitad del recorrido y luego ya solo.

Otra opción muy conveniente es que vaya con otros compañeros, en grupos de pequeños de dos o tres niños. El móvil puede ser de gran ayuda en estos casos en los que los niños comienzan a ir al cole solos, ya sea para que nos den un toque al llegar o mediante aplicaciones que nos permiten rastrear el camino.

No hay que meterles miedo ni ser excesivamente controladores, pero sí informarles de los peligros de la calle y cómo deben actuar ante ellos. Luego, lo único que nos queda es respirar hondo y confiar en ellos. Soltarlos no es nada fácil, pero nos sentimos orgullosos cuando vemos que nuestros retoños se están convirtiendo en personas autónomas y responsables.

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