¿Con qué frecuencia hay que bañar al bebé?

¿Con qué frecuencia hay que bañar al bebé?
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Hay quien establece la rutina del baño del bebé como algo inexcusable, inapelable y casi sagrado. A diario. No obstante, los expertos aseguran que no es necesario bañar todos los días al niño, y de esto vamos a hablar hoy. Porque muchos papás se preguntan: ¿con qué frecuencia hay que bañar al bebé?

Muchos pediatras ven en el aumento de las afecciones cutáneas de los niños en la actualidad el hecho de que se bañen demasiado, y es que, como advierte la Academia de Pediatría, el exceso de baño puede reducir las bacterias naturales con que los bebés cuentan y hacerlos más susceptibles a las infecciones y erupciones cutáneas.

Pensemos que un bebé ni se ensucia ni suda como un niño o un adulto, además la piel tiene sus propios mecanismos de limpieza y la excesiva frecuencia o duración de los baños pueden irritarla, sobre todo si el bebé tiene la dermis muy sensible, se utilizan productos de baño poco adecuados o cuando se emplea agua demasiado caliente.

En el caso de bebés con dermatitis atópica hay que lavarlos preferiblemente con ducha, sin frotar mucho y utilizando cremas hidratantes (con geles de baño de pH ácido).

Cuando el bebé llega al año de edad, empieza a gatear, a caminar, lo toca todo, come de todo... entonces requieren bañarse todo el cuerpo con más frecuencia. Pero no así si hablamos de recién nacido y de bebés hasta los doce meses.

El baño del bebé de cero a doce meses

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Hay investigaciones que han comprobado que no es aconsejable bañar al bebé a diario, y es que su piel, al ser más fina que la de los adultos, presenta una mayor debilidad en las diferentes capas, lo cual implica que sea más delicada y vulnerable.

Desde que nacen (y antes de nacer), la piel de los bebés crea una capa ácida protectora de grasa, sudor y gérmenes útiles. Esta capa protege la piel contra influencias ambientales, gérmenes infecciosos y bacterias. Esta protección natural que la piel segrega no conviene quitarla a cada momento.

No obstante, si hay una parte del cuerpo que no podemos descuidar es la zona del pañal, y con cada cambio de pañal hay que dedicar una especial atención al culito, sobre todo si se trata de heces. La higiene de esta zona es fundamental porque aquí la delicada piel del bebé sí entra en contacto con bacterias y la humedad puede hacer que aparezcan afecciones diversas.

Otras zonas a revisar especialmente aunque no bañemos al niño son el cuello y la zona de la piel con pliegues (axilas, ingles...) también es delicada, porque aquí se puede acumular suciedad no visible, sudor, pelusillas...

De modo que aunque no bañes al bebé todos los días sí puedes pasarle una toallita o un paño húmedo si ves que estos lugares están sucios, aprovechando la puesta del pijama antes de acostarse, por ejemplo. Y conviene no descuidar estos pliegues y dejarlos húmedos (tras limpiarlos o tras el baño).

En definitiva, no hay que obsesionarse con el momento del baño. Ha de ser un tiempo placentero a la vez que higiénico, pero no necesariamente ha de ser diario.

No obstante, si una madre que asegura que baña a su bebé una vez a la semana (o incluso una vez cada más tiempo) se levanta un gran revuelo. Y, aunque no estoy diciendo que una vez a la semana sea suficiente, no hay que contestar a este tipo de polémicas señalando que lo ideal es el baño diario. Ni tanto, ni tan poco...

Podríamos decir que tres veces por semana es suficiente, pero cada madre y cada padre conocen a su bebé mejor que nadie. Y es que cada bebé tiene sus necesidades individuales en lo referido a su cuidado y frecuencia de baño.

Hay bebés que regurgitan y el olor ácido de la leche puede ser muy desagradable. Estos bebés puede que necesiten el baño antes que otros. También si se les ha escapado el pipí o la caca, o si hace mucho calor...

Si por estas u otras razones bañáis el bebé diariamente, es mejor renunciar a poner todos los días productos de baño como geles o champús (más todavía si notamos que la piel del bebé está seca). Mejor poner simplemente unas gotitas de aceite, gel o leche especial para baño en el agua, y de este modo evitamos que la piel se reseque, o que se produzcan irritaciones, alergias... a veces provocadas por los agentes que componen los productos.

Para el bebé escoge productos suaves, no perfumados, preferiblemente libres de sustancias químicas que son agresivas con la piel, conservantes... y con pH neutro y una toallita o manopla suave, sin restregar con fuerza la piel del bebé, para no reducir sus defensas.

Como veis, no es necesario bañar al bebé todos los días, podemos disminuir la frecuencia del baño y seguir disfrutando con los pequeños de este momento especial, aunque no sea diario. Estaremos haciéndole bien a su piel.

Fotos | eVo photo y Tom & Katrien en Flickr
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