Qué agua es mejor para los bebés y los niños (II): el agua corriente

Qué agua es mejor para los bebés y los niños (II): el agua corriente
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Seguimos con el tema del agua iniciado la semana pasada hablando del agua corriente, más conocida como “agua del grifo”.

El agua corriente está destinada al consumo general de la población, sin embargo la cantidad de minerales presentes en la misma puede ser excesivo para ser consumida por bebés recién nacidos y en algunos casos incluso por los mayores de seis meses.

La calidad o potabilidad del agua del grifo debe cumplir una serie de normas y requisitos y en España está regulada por el BOE (RD de 2003). Sorprendentemente, pese a la regulación, se ha publicado algún caso de no potabilidad en el suministro de importantes ciudades españolas.

El agua del grifo no debe contener bacterias, virus ni parásitos que puedan suponer un riesgo para la salud. No debe contener tampoco mercurio, hidrocarburos, plaguicidas, pesticidas, productos organoclorados ni presentar radiactividad.

El sabor y la “dureza” del agua vienen determinados por la cantidad de minerales que contengan. Las cantidades recomendadas son (en mg/l): calcio 100, magnesio 30, cloruros 25, sulfatos 25, sodio 20, potasio 10, flúor 1 y aluminio 0,05.

El problema es que estas recomendaciones son ya de por sí algo elevadas para lo que un lactante precisa (o puede tolerar) y en muchas comunidades estas cantidades son superadas. Sería preciso informarse de las concentraciones de minerales del agua de nuestra Comunidad Autónoma, y sobretodo de nuestra zona, para ver si son adecuadas para el consumo de los bebés.

El Ministerio de Sanidad y Consumo ofrece la herramienta SINAC (Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo) que orienta sobre la calidad de la misma. Sin embargo no especifica los valores que tendríamos que tener en cuenta para saber si el agua es adecuada.

¿Qué concentración de minerales en agua son las adecuadas para los bebés?

Viendo esta tabla observareis que las recomendaciones nacionales son algo justas comparadas con lo que los bebés necesitan.

La realidad es que 52 de 106 ciudades españolas, sobretodo de las zonas costeras, tienen agua potable con cifras de sodio superiores a 100 mg/l y esto es, a todas luces, excesivo.

La recomendación sobre el agua del grifo sería, por orden:

  • Averiguar cuál es la composición del agua de nuestra comunidad.

  • Si es adecuada en cuanto a composición se puede utilizar sin problemas.
  • Si no es adecuada sería preferible utilizar agua embotellada con una correcta concentración de minerales.
  • Si se decide el uso de agua del grifo ya sea porque es adecuada o por cuestiones económicas se recomienda hervirla durante un minuto (es decir, dejarla un minuto desde que la superficie del agua empieza a hervir) y añadir un minuto cada 1.000 metros sobre el nivel del mar (si vivimos a 1.000 metros sobre el nivel del mar la herviríamos durante 2 minutos, a 2.000 metros durante 3 minutos,…)
  • Antiguamente se recomendaba hervir el agua durante diez minutos, sin embargo esto hace que aumente la concentración de los minerales en el agua haciéndola todavía menos adecuada (se multiplica el sodio en 2,5 veces y los nitratos en 2,4 veces).

  • En una próxima entrada hablaremos de los riesgos que producen el exceso de minerales en las aguas y dejo para la cuarta y última entrada el tema de las aguas embotelladas y la clasificación de las mismas.

    Más información | Famiped (AEPAP)
    Foto | Flickr (Pink Sherbet Photography)
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