"Nunca más": los padres revelan los errores que cometieron con su primer hijo que no repetirán con el segundo

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Lucy Ortega

Cada experiencia de crianza es única, pero si hay algo que verdadero para todos, es que nadie nace sabiendo ser padre o madre, y muchas cosas las aprendemos sobre la marcha y con la práctica y experiencia del día a día.

Así, con el paso de los días y las semanas, poco a poco vamos volviéndonos un poco expertos en esto de la crianza, adquiriendo conocimientos y habilidades realmente útiles.

Pero así como en la práctica aprendemos cosas que nos ayudan a tener una buena experiencia, existen también muchas otras que probamos, no nos gustaron y no pensamos repetir con nuestro siguiente bebé.

Estos aprendizajes son algo que se abordó recientemente en un hilo de Reddit, donde se le preguntó a quienes tenían hijos cuáles eran esas cosas que hicieron con su primer hijo, pero que no repetirían o evitaron hacer con el segundo. Estas son algunas de sus respuestas.

Supervisar de manera excesiva

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Cuando somos padres primerizos, nos preocupa hacer bien las cosas y quizás por eso muchos caemos en gestionar y supervisar cada detalle de nuestro bebé, a veces de forma obsesiva:

"Usé una app para registrar las cacas y las tomas, pero solo hizo que mi ansiedad empeorara. Con mi segundo bebé, en general ya sé lo duro que es el posparto, y esta vez voy a cuidarme mucho más".
"Llevaba un registro de las tomas anotando qué pecho usé, a qué hora empezaba y cuándo terminaba. No me generaba ansiedad, pero era totalmente innecesario… y el cuaderno parece el diario de alguien que se está volviendo loca".
"Teníamos una hoja de cálculo para que las tomas coincidieran más o menos con las horas de pipís y popós. ¡Estaba desquiciada!"
"Usé una hoja de Excel… todavía está guardada en la nube ocho años después. Aunque ahora me río de mí misma, es bonito pensar en esos recuerdos."
"Llevar un control obsesivo de todo y volverme loca con el horario cuando tienen menos de seis meses."

No confiar en mi instinto

Esto es completamente normal: al ser primerizos, se nos dificulta confiar en nosotros mismos, sintiendo quizás que no somos capaces de hacer un buen papel o pensamos que lo que creemos está mal o es incorrecto. Pero con el paso del tiempo, nos vamos dando cuenta que de lo importante que es confiar en nuestras capacidades y el conocimiento que tenemos de nuestros hijos.

"Con mi primer hijo esperé demasiado para llevarlo al médico cuando pensé que tenía cólicos. Todos me habían advertido que los bebés lloran mucho, así que pensé que era normal. Resultó ser intolerante a las proteínas de la leche de vaca y la soja, y me sentí fatal por haberlo dejado sufrir cuando había una solución. Con mi segunda hija, en cuanto noté que estaba más inquieta de lo normal, fui directo al médico. Como lo detectamos rápido, no fue ni de cerca tan grave como con mi hijo."
"Esperar siete meses discutiendo con cada médico que me decía que todo estaba bien, cuando en el fondo yo sentía que algo no lo estaba."

No ser conscientes de lo que se dice

Como ya lo hemos dicho, nadie nace siendo un experto en crianza, y a la hora de educar, caemos en decir esas frases de madre que juramos nunca repetir con nuestros hijos. Pero mientras algunas no tienen nada de malo, también es cierto que en ocasiones repetimos cosas que no son del todo educativas y que vienen de nuestros propios miedos como padres.

"Con mi segundo hijo soy mucho más consciente de lo que digo. En lugar de decir "ten cuidado", ahora digo "haz lo que sea más seguro".
"Ahora uso frases más como "mira dónde pisas" o "fíjate dónde pones las manos" para dirigir su atención hacia lo que deben cuidar."

Sentir culpa relacionada con la lactancia

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La leche materna es lo mejor para el bebé, de esto no hay duda absoluta. Sin embargo, hay ocasiones en las que por algún motivo amamantar resulta muy difícil y, más que ser un momento especial entre madres e hijos, se convierte en una tarea estresante que hace sentir culpable a quienes no logran tenerla de manera exitosa.

"Tuve muchas dificultades con la lactancia con los dos, pero con mi segundo bebé me traté con mucha más compasión."
"No matarme intentando dar el pecho. Cuando finalmente cambié a fórmula exclusiva a los 6 meses, me sentí muchísimo más feliz."
"Después de estar constantemente estresada con mi primera hija por extraerme leche, mantener la producción y si estaba comiendo lo suficiente, con mi segundo simplemente solté todo eso… ¡y en serio hizo que la etapa de recién nacido fuera MUCHO más fácil!"
"Voy a combinar lactancia materna y fórmula desde el principio, en lugar de matarme intentando dar exclusivamente pecho."

Naturalmente, como expertos en crianza y salud infantil siempre vamos a recomendar la lactancia materna. Pero si ésta pone en riesgo el bienestar emocional de la madre o no es posible continuarla por alguna razón, la decisión de no amamantar es válida y respetable.

Pensar que hay que mantener constantemente entretenidos a los niños

Otra cosa que señalan los padres, es esa preocupación por sentir que hay que mantener entretenidos a los niños y estar con ellos en todo momento, cuando fomentar el juego libre e independiente también es una parte importante para su desarrollo y autonomía.

"No sentir que tengo que sentarme a entretener a mi bebé todo el día. He estado fomentando el juego independiente."
"Con nuestra primera hija creíamos que estábamos siendo padres ejemplares por jugar con ella todo el tiempo. Siempre estábamos organizando juegos y actividades. Pero ahora nuestra hija mayor no sabe entretenerse sola. Con la segunda hicimos todo lo contrario: dejamos que el juego libre se desarrollara y lo fomentamos. Ahora la más pequeña puede pasarse horas jugando sola con sus muñecas, inventando historias y juegos por su cuenta. Es una habilidad súper importante que al principio pasamos completamente por alto, pensando que estábamos siendo padres fantásticos."

Exponerlos a las pantallas a temprana edad

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Este es un arrepentimiento relativamente nuevo, pues somos las primeras generaciones criando hijos que crecen en hogares donde hay diversos dispositivos electrónicos, desde televisores hasta tablets y smartphones. Debido a la ignorancia y la poca información que había sobre el tema, muchos padres manifiestan arrepentirse de haber permitido que sus hijos usaran pantallas desde pequeños, especialmente ahora que son consciente de las consecuencias de hacerlo.

"Si lo hiciera de nuevo, sería mucho más estricta con el tiempo frente a las pantallas, tanto para mi hijo como para mí. Me siento culpable por estar demasiado en el teléfono… y también por dejar que ella vea tanta tele."
"Introducir el tiempo frente a pantallas demasiado temprano."
"Si pudiera volver atrás, jamás habría introducido los videojuegos ni YouTube a mis hijos. Acabo de tener a mi tercer bebé hace 8 meses y esta vez evitaré las pantallas por completo."
"Pondría menos tiempo frente a las pantallas y menos libertad de elección en cuanto a lo que ve."

Obsesionarse con las horas de sueño

El sueño de los bebés es un tema de los que más preguntas genera en los padres, especialmente la famosa: ¿cuándo dormirá toda la noche? Nos preocupamos porque duerman lo suficiente y que duerman las horas necesarias en el ambiente adecuado, cuando, en la mayoría de los casos, solo tenemos que dejar que los niños nos guíen.

"Obsesionarme con el sueño y la rutina del sueño. Con el segundo, simplemente dormía cuando lo necesitaba y ya."
"Con mi primer hijo era súper estricta con las siestas, no salía de casa y tenía muchísima ansiedad por sus horarios de sueño. Con el segundo y el tercero simplemente acepté que dormirían cuando tuvieran sueño. Funcionó, y gracias a eso me convertí en una madre mucho más relajada y feliz."

Preocuparse por alcanzar los hitos en el momento exacto

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Los hitos del desarrollo son importantes porque nos indican que niños y bebés se están desarrollando adecuadamente. Pero como ya lo hemos explicado en otras ocasiones, cada niño avanza a su propio ritmo, y no todos alcanzan siempre los mismos hitos al mismo tiempo.

"Me angustiaba muchísimo por cada hito del desarrollo y si mi hijo los estaba alcanzando a tiempo. No fue nada bueno para mi salud mental… y al final, todo salió bien."
"Dejaría de estresarme por los hitos del desarrollo. A veces todavía me sorprendo preocupándome, pero ahora que ella tiene casi 4 años, muchas de las cosas por las que me angustiaba antes me parecen una tontería."
"Con mi primer hijo me obsesionaba con los hitos del desarrollo. Ahora sé que cada niño avanza a su propio ritmo. Esta vez celebro cada progreso sin presión, y se siente muchísimo mejor."

No poner límites con otras personas

A muchos padres primerizos les sucede que no saben poner límites sobre el trato que le dan otras personas a su bebé, precisamente por esa inseguridad que se puede tener al ser novatos en el tema. El problema, es que esto puede dar pie a que nuestros hijos sean tratado de una manera que no queremos, o que crezcan rodeados de comportamientos poco saludables.

"Con mi primer hijo no sabía cómo poner límites claros sobre lo que no me hacía sentir cómoda como madre. Tuvimos un funeral cuando él tenía cinco semanas y pedí que no lo estuvieran pasando de brazo en brazo. No me hicieron caso, y al final terminó en brazos de una amiga de la familia que fumaba. Estaba furiosa: mi recién nacido olía a cenicero."
"Dejé que familiares tóxicos estuvieran cerca. Con mi primer hijo justifiqué muchas de sus actitudes porque quería que él tuviera relaciones con otras personas. Pero me he dado cuenta de que prefiero que tenga pocas personas en su vida, siempre y cuando sean sanas, a tener muchas que no le hacen bien."

Intentar ser padres perfectos

Finalmente, muchos de los arrepentimientos enlistados se pueden englobar en un error que como padres primerizos solemos cometer: intentar ser padres perfectos.

"Personalmente, tenía muchísimas expectativas sobre cómo iba a hacer las cosas… y todas cambiaron después de que nació mi hijo. Creo que con un segundo bebé no me aferraría a nada, simplemente dejaría que todo fluya, incluidos los horarios y rutinas."

Foto de portada | Andrea Piacquadio en Pexels

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