El contacto piel con piel con el recién nacido inmediatamente después del nacimiento es primordial, también tras una cesárea

El contacto piel con piel con el recién nacido inmediatamente después del nacimiento es primordial, también tras una cesárea
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El contacto piel con piel (CPP) entre la madre y el recién nacido no es una modernidad absurda. Colocar al bebé sobre el pecho desnudo de la madre inmediatamente tras el nacimiento, tiene grandes beneficios para ambos ampliamente demostrados, incluso hasta diez años después.

Sin embargo, en muchos hospitales se los sigue separando durante el tiempo que dura la recuperación de la madre tras la cesárea, lo que puede extenderse varias horas. Horas que son sagradas para la madre y el bebé por motivos fisiológicos que favorecen el vínculo entre ambos. 

Durante las dos primeras horas de vida, el bebé experimenta una descarga hormonal que le hace estar plenamente receptivo al medio externo. Es lo que se conoce como periodo sensitivo, en el que se produce una impronta muy fuerte entre ambos que facilita el vínculo afectivo y la lactancia materna.

Beneficios del contacto piel con piel

Son numerosos los estudios que se han ocupado de investigar las ventajas del contacto piel con piel, también conocido como Método Canguro. 

Si se coloca al bebé sobre el pecho de la madre, sentir su calor y olor le ayudará a buscar instintivamente el pezón, estableciéndose la lactancia materna de forma precoz y pudiéndose alimentar del calostro, la primera sustancia segregada por los pechos con incontables ventajas para él. Pero los beneficios son muchos ma´s:

  • Favorece la adaptación del bebé a la vida extrauterina: le ayuda a regular la frecuencia respiratoria, cardiaca y la regulación de su temperatura corporal.
  • Aumenta la probabilidad de éxito de la lactancia materna
  • Reduce el estrés de la madre: aumenta el nivel de oxitocina con efecto antiestrés en la madre y mejora de la contractilidad uterina y la eyección de calostro.
  • Mejora el vínculo afectivo madre/hijo. Facilita el desarrollo de un comportamiento de protección y un sentimiento de capacidad de la madre para cuidar de su hijo.

Tanto la OMS, como la Asociación Española de Pediatría y el Ministerio de Sanidad en su guía de práctica clínica de atención al parto, y otras organizaciones de salud, tanto nacionales como internacionales, recomiendan practicar el piel con piel de forma precoz tras el parto vaginal, y también tras la cesárea siempre que las condiciones de madre e hijo así lo permitan. 

Cómo y cuándo hacer piel con piel tras la cesárea

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En la mayoría de las cesáreas es posible realizar el primer contacto piel con piel en el quirófano y también en la sala de reanimación postanestésica, siempre que las condiciones de la madre y el niño lo permitan, y siempre que exista colaboración y formación del personal que lo realiza.

Tras el nacimiento, lo ideal es que el bebé se coloque directamente sobre el pecho de la madre. Si no fuera posible, se recomienda que la cuna térmica esté dentro del propio quirófano (para mantener el contacto visual entre madre e hijo) mientras se realizan las primeras intervenciones médicas.

Una vez que se comprueba el estado del recién nacido es adecuado, se puede iniciar el contacto piel con piel, colocando al recién nacido desnudo, o con pañal (opcional) y el gorro, encima del pecho de la madre y se cubre con paños calientes.

La mejor forma es cruzarlo ligeramente entre los pechos para que así no se resbale hacia el cuello de la madre. Hay que proporcionarles intimidad pero siempre habrá un profesional responsable de observar al bebé y atender las necesidades de la madre.

El contacto se puede mantener todo el tiempo de la intervención si esto es posible o interrumpirlo si hay algún problema o si la madre lo desea. De forma ideal es conveniente asegurar un contacto mínimo de 15 minutos.

Lo normal es que el bebé intente buscar el pecho e incluso muchos realizan la primera toma en el mismo quirófano.

Es fundamental que el primer contacto de madre e hijo tenga lugar dentro de las primeras dos horas de vida, para aprovechar el periodo sensitivo del recién nacido.

Piel con piel en la sala de reanimación

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Asimismo, se debe favorecer la continuidad del contacto en la unidad de reanimación donde la madre se recupera de los efectos de la anestesia, si las condiciones del servicio, la situación clínica de la madre y del recién nacido lo permiten.

Lo deseable es que el padre también pudiera permanecer junto a ellos en un espacio separado con biombos para darles intimidad. Si aún el bebé no hecho la primera toma de lactancia materna, es importante favorecer que se realice.

Si por cualquier motivo no es posible hacer piel con piel con la madre, puede realizarse con el padre como alternativa, evitando dejar al niño sólo en una cuna hasta que su madre esté disponible. El objetivo es no separar a la madre y el recién nacido a lo largo de todo el proceso y favorecer la participación del padre.

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