
Las redes sociales están repletas de vídeos con consejos para limpiar el hígado y desintoxicar este órgano para, en teoría, prevenir así enfermedades hepáticas. Desde recetas y brebajes con ingredientes como cardo mariano, vinagre de manzana, agua tibia con limón en ayunas o pimienta de cayena. Y el último de moda: la cúrcuma.
Sin embargo, los médicos especializados en hígado sostienen que la mayoría de estas limpiezas de hígado no están respaldadas por investigaciones científicas adecuadas y las personas que afirman su éxito no son profesionales de la salud.
¿Es necesario limpiar el hígado?
La respuesta es no. La ciencia no respalda la idea de que sea necesario hacer una "limpieza" del hígado mediante dietas, ayunos o suplementos. El hígado es un órgano con una capacidad extraordinaria para desintoxicarse y regenerarse por sí mismo, siempre que esté sano.
El hígado, el segundo órgano más grande del cuerpo después de la piel, tiene la capacidad de limpiar el cuerpo de forma natural. Los hepatólogos y expertos en salud hepática explican que el hígado ya tiene funciones naturales de limpieza: filtra toxinas de la sangre, metaboliza medicamentos y procesa nutrientes.
Si el hígado no pudiera hacer esto, significaría que hay una enfermedad hepática grave, como insuficiencia hepática o cirrosis, y en esos casos, los llamados "métodos de limpieza" no solucionarían el problema.
Los remedios naturales no son necesariamente seguros
Muchas dietas y productos comerciales prometen eliminar toxinas del hígado, pero no hay evidencia científica de que realmente funcionen. Algunas prácticas pueden incluso ser dañinas, como el consumo excesivo de jugos, ayunos prolongados o el uso de suplementos de dudosa eficacia.
De hecho, en algunos casos con efectos graves. Con respecto a la cúrcuma, una reciente investigación publicada en The American Journal of Medicine ha encontrado una vinculación entre varios casos de lesiones en el hígado y el consumo de suplementos de cúrcuma.
Un artículo de The Conversation coincide y agrega que tampoco existen pruebas de que la vitamina C ayude: con o sin la ayuda de esa agua tibia con limón, tu cuerpo va a desintoxicar toxinas y exceso de nutrientes en el hígado, esas moléculas se eliminan a través de los riñones y se van directo al retrete en forma de orina.
“Así que cualquier afirmación de que el agua de limón te desintoxica es falsa. Si realmente necesitas una desintoxicación, probablemente necesites un trasplante de hígado”, menciona The Conversation.
“Hay un número cada vez mayor de productos comercializados como 'limpiadores del hígado', y pueden ser potencialmente dañinos si contienen ingredientes que pueden causar daño hepático inducido por medicamentos”, señala la Dra Cindy Sing Law, hepatóloga del Hospital Northwell Lenox Hill.
Cómo mantener un hígado sano
En lugar de centrarse en la limpieza del hígado, la Dra Kristin Kirkpatrick, recuerda que “el hígado (junto con los riñones) hace todo lo necesario para filtrar y eliminar toxinas del cuerpo y no necesita ayuda adicional, solo un mejor cuidado”.
La autora del libro 'Hígado delgado. Un programa probado para prevenir y revertir la nueva epidemia silenciosa: la enfermedad del hígado graso', recomienda los siguientes consejos para priorizar la salud del hígado:
- Seguir un patrón dietético alto en densidad de nutrientes, como la dieta mediterránea.
- Priorizar los alimentos asociados con la reducción de la inflamación del hígado, como las verduras crucíferas (el brócoli, el brécol, la coliflor, la col y el romanesco), los pescados grasos, los frutos secos y las semillas, y las hierbas y especias como la cúrcuma (dentro de una dieta sana y variada, no como suplemento con el objeto de desintoxicar el hígado).
- Limitar los alimentos ultraprocesados.
- Reducir al mínimo el consumo de alcohol y las grasas saturadas.
- Limitar los alimentos con alto contenido de azúcares añadidos.
- Limitar el consumo de sal: aprende a utilizar especias, hierbas y otros condimentos para dar sabor a la comida.
- Limitar los carbohidratos sin fibra.
- Manejar el estrés.
- Mantenerse físicamente activo
- Dormir lo suficiente.
- Beber mucha agua.
- Evitar el uso innecesario de medicamentos o suplementos sin indicación médica.