Jugar con tus hijos, el mejor regalo de Navidad: siete razones por las que los niños necesitan jugar con sus padres

Jugar con tus hijos, el mejor regalo de Navidad: siete razones por las que los niños necesitan jugar con sus padres
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Los juegos en familia son uno de esos recuerdos que nos acompañan siempre a lo largo de nuestra vida. ¿Por qué va a ser diferentes para nuestros hijos?

La psicóloga experta en educación, Alicia Banderas Sierra, explica algunos beneficicios que le aporta a los niños jugar con sus padres, porque hay muchos.

Así que ahora que llegan las vacaciones de Navidad y Papá Noel y los Reyes Magos vendrán cargados de regalos, por qué no procuramos pasar más tiempo con ellos disfrutando de algún juego de mesa, disfrazándonos o dejándonos llevar por su imaginación que "llega hasta el infinito y más allá". Eso sí, sabiendo cómo debemos elegir sus juguetes para acertar.

1. Les ayuda a adquirir conocimiento

El juego no es solo entretenimiento, sino también una preparación para la vida real. Forma parte de su aprendizaje y les estimula a adquirir nuevas habilidades, como desarrollar su destreza psicomotriz.

Con él aprenden afectos y desarrollan la capacidad para relacionarse tcon las personas. Es una de las formas en las que los padres nos cromunicamos con nuestros hijos en sus primeras etapas de la vida, por lo que jugar con nosotros resulta vital para su desarrollo.

2. Les sirve de laboratorio de experimentación

Con el juego simbólico ensayan situaciones en las que más tarde se desenvolverán en la vida.

Les sirve para recordar lo aprendido mediante el juego de repetición y le ayuda a perfeccionar conductas ante situaciones en las que más tarde tendrán que desenvolverse, en un escenario real.

Los niños simulan situaciones imaginarias jugando a ser superhéroes, tenderos, científicos... Les sirve como laboratorio de experimentación, se preparan para la vida en un entorno seguro.

Mientras juegan a qué quieren ser, interpretan otros roles y practican habilidades que les ayudan a desarrollar sus propias capacidades.

3. Desarrolla su creatividad

No solo para desarrollar su imaginación innata, para que lleguen a convertirse en el próximo Dalí, sino para aprender a buscar alternativas a posibles problemas.

El juego les ofrece una posibilidad estupenda para trabajar con sus problemas: con los muñecos, por ejemplo, reproducen situaciones que han podido vivir en la escuela infantil: "¿Por qué no me dejas jugar?", pregunta una muñeca a otra: "Porque me caes mal", responde la otra.

Si estamos jugando con nuestro hijo, nuestra muñeca puede hacerle entender que puede haber otras razones por las que no han jugado con él en el cole: "Porque bajé el último, porque era un juego de cuatro y tenía que esperar a que uno terminara...".

De esta forma se favorecen alternativas de pensamiento, para que no tengan un punto de vista único que pueda dañarles.

4. Les aporta libertad

La mayoría de los niños de hoy están cargados de actividades extraescolares. Aunque son buenas para su formación y desarrollo, está bien equilibrar con juegos libres, que no estén secuenciados, planificados.

Los padres caemos en la tentación de sobreestimularles para que sean inteligentes y nos olvidamos de que necesitan jugar y mucho.

Y si juegan al aire libre, mejor.

5. Concilia vida familiar y laboral

A veces los padres nos sentimos culpables porque trabajamos mucho y no pasamos el tiempo que nos gustaría con nuestros hijos, y caemos en el error de regalarles juguetes y concederles caprichos para compensar nuestra 'culpa'.

Pero no es bueno. La mejor forma de 'compensar' nuestra falta de tiempo con ellos, es regalarle tiempo de calidad a través del juego.

Además, no hay porqué utilizar siempre juguetes. De hecho, disfrutarán incluso más si usamos materiales que tengamos por casa para crear y luego, además, jugamos con ellos.

Los niños tienen que entender que no pueden tenerlo todo, deben que aprender a frustrarse de manera sana, con pequeños detalles durante el juego.

Es bueno que podamos sorprenderles como parte de su crecimiento personal y, ellos aprenderán a sorprendernos muchas veces más.

6. Aprenden valores

A través del juego es la mejor forma de que aprendan esos valores que los padres queremos inculcarles: como la empatía, la solidaridad, el compañerismo...

A la vez que disfrutan jugando, les estamos educando y los asumen de manera natural.

7. Les ayuda a comunicarse

Cuando son muy pequeños no saben verbalizar qué sienten y lo expresan jugando. Por ejemplo, si vemos que hace que sus muñecos se pelean, podemos aprovechar para preguntar al niño qué le pasa al juguete para que se comporte así. Porque quizás está enfadado por algo, o ha tenido un problema en el colegio, o está disgustado con su hermano...

Y es que el juego es una buena forma de descubrir casos de bullying.

Cuando son un poco mayores, podemos aprovechar los juegos de mesa, de estrategia, para que aprendan a encontrar diferentes puntos de vista. Con nueve años, por ejemplo, son más vehementes al defender sus ideas, más tajantes, y les cuesta más entender otras opiniones.

También es útil encontrar un tiempo en su adolescencia para salir en familia a cenar o entretenerse con un juego de mesa. Es muy positivo para tenerles cerca y conocerles de otra manera, en un ambiente relajado, distendido, donde suelen contar anécdotas de su vida, opiniones...

Eso sí: demuéstrales que el tiempo con ellos es exclusivo, que te centras en ese momento.

Procura no interrumpirles el juego para sacar un selfie y colgarlo, porque puede parecerles que compartir en las redes sociales es más importante para ti que disfrutar de su compañía.

Claves para elegir sus juguetes

Mamá jugando con su hija

Nos dice Alicia Banderas que para acertar tenenos que:

  • Mirar a través de los ojos del niño, pensando qué juguete puede potenciar sus habilidades sin dejarse llevar por las modas.

  • Preguntarnos: "¿Qué haría mi hijo con este juguete?", "¿Le gustará o lo dejará arrinconado en dos minutos?"

  • Sea un juguete versátil, que ofrezca varias maneras de jugar para que no se aburra con él.

  • Le permita dejar volar su imaginación.

  • Sea apropiado para su edad; es decir, que respete las horquillas de edades para no quemar etapas antes de tiempo y estropear su inocencia.

  • No sobrecargarles con una multitud de regalos. La experta apuesta por "regalar al niño en casa un regalo que haya pedido, otro práctico, un libro y un cuarto, que le sorprenda", porque los Reyes Magos dejarán más juguetes en los árboles de tíos y abuelos, y pueden encontrarse con tantos, que no disfrutarán de ninguno y acabarán arrinconándolos.

Fotos | iStock

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