¡No lo pongas a andar!: es recomendable que los bebés gateen

¡No lo pongas a andar!: es recomendable que los bebés gateen
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Muchas madres me preguntan: "¿Es malo que no gateen?", cuando ven que su hijo está dando ya sus primeros pasos sin haberlo hecho. Y no es que sea bueno, ni que sea malo, como si fuera una opción, es que gatear es simplemente recomendable, porque es lo que suele suceder cuando existe un desarrollo normal y lógico en el bebé.

Si el bebé por sí mismo no gatea porque no quiere, o porque directamente le gusta más estar de pie y se salta la fase del gateo pues mira, no hay nada que podamos hacer. Sin embargo, muchas veces esto sucede por nuestra culpa, por ponerlos a andar antes de gatear y lograr así que el niño lo prefiera. Por esta razón lanzo desde ya mi propia campaña de concienciación ciudadana: "¡No lo pongas a andar!".

¿Porque es malo para las piernas?

No, no es por eso. No es malo para las piernas ni se van a arquear si anda mucho, ni si lo pones en el andador. Es una cuestión de desarrollo lógico. El bebé hace primero aquello para lo que está preparado, que es reptar por el suelo. Luego gatea. Luego gateando se da cuenta de que con los brazos y manos puede agarrarse de los sitios, trepar y conseguir una posición vertical que le deja las manos más libres a más altura que cuando se sienta. Luego empieza a caminar cogido de los muebles (yo lo llamo "hacen el Spiderman") y finalmente camina suelto.

Si en todo ese proceso lógico y normal nos entrometemos y les damos un andador, para que vayan ya en vertical antes de gatear, o si les damos las manos, encorvados, para que camine, el niño, que no es tonto, se da cuenta de lo bien que se desplaza de ese modo, de lo bien que lo ve todo desde arriba y así, cuando quiera ir a algún sitio, sabe que no tiene más que alargar la mano y pedir la de un adulto, que le acompañará a cualquier sitio.

Gatear es recomendable

  • Es bueno que gateen porque es una etapa normal en el desarrollo de los bebés que sirve para prepararse para etapas posteriores. Gateando, un bebé debe coordinar ambos hemisferios cerebrales, el que se encarga del lado derecho y el que se encarga del izquierdo.

  • Gateando se consigue desarrollar una mejor visión: hay estudios que dicen que el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente (aunque no he logrado hacerme con ellos y quizás gatearon menos porque veían peor).

  • Gateando se consigue fortalecer el eje de las caderas y el eje de los hombros, tonificando los músculos que luego le ayudarán a mantenerse erguido y caminar.

  • Gateando el niño utiliza su sentido del tacto continuamente, tocando el suelo, las alfombras y todo lo que encuentra mientras lo hace.

  • Gateando aprende a entender el mundo tridimensional que le rodea, conociendo las distancias, siendo consciente de la fuerza de la gravedad y mejorando la coordinación del gesto mano-boca.

Los niños que gatean ven el mundo diferente

gateo

Hay otras cuestiones que hacen que los niños que gatean sean en cierto modo diferentes. Un estudio comparó lo que ven, o lo que miran, los niños que gatean y lo que miran los niños que caminan y vieron que no era lo mismo. Los niños que gatean ven menos paredes y más suelo y los que caminan miran más a los adultos y cuidadores, mientras que los que gatean miran más al suelo y lo que ahí sucede o hay.

Otro estudio que los comparó sirvió para ver que los niños que gatean tienden a hacer más caso a los juguetes que están quietos, estáticos, mientras que los que caminan hacen más caso a los que se mueven. Además, los niños que caminan obtienen más respuestas e interacción de sus padres que los niños que gatean, que responden menos a, por ejemplo, la oferta de un bebé entregando un juguete a su madre (algo así como si estando de pie lo cogiéramos, sabiendo que nos lo da y estando gateando entendiéramos que sólo nos lo enseña).

Esto no quiere decir que sea mejor gatear que caminar, ni que caminar sea mejor que gatear. En realidad, lo lógico es caminar, porque es lo que acaban haciendo todos los niños, sin embargo, muestra que un niño que no gatea se pierde todo lo comentado. Se pierde hacer más caso a los juguetes estáticos, se pierde una diferente interacción con los papás, se pierde ver el mundo desde otro prisma y se pierde el dominio del suelo.

Cuando hablo de gateo siempre recuerdo el caso de una niña que con más de un año y medio, cuando se caía, solo lloraba para que la vinieran a levantar. Si nadie venía, no se levantaba. Este es un caso un poco extremo, claro, los niños que no gatean acaban por encontrar la manera de levantarse. Sin embargo, por lógica, los que han gateado tienen mucha más habilidad a "cuatro patas", cuando se caen, porque dominan ese terreno perfectamente.

Incluso hay niños que no han gateado que tienen menos rapidez a la hora de poner las manos en el suelo cuando se caen, por el mismo motivo. Al caer deben ser las manos y las rodillas las que paren el golpe del resto del cuerpo, y los niños que no gatean tienen peor desarrollo de ese gesto automático y muchos acaban haciéndose más daño del habitual por este motivo.

¡No lo pongas a andar!

Así que insisto en mi campaña de concienciación ciudadana: no pongáis a los niños a andar, porque de igual modo que no hace falta enseñarles a dormir, enseñarles a mamar, enseñarles a masticar y enseñarles a sentarse, porque todo eso lo aprenden solitos, también aprenden solos a caminar, sin ayuda de andadores y sin ayuda de adultos agachados en mala postura para posibilitar el andar.

Que sean ellos los que anden cuando quieran y que sean ellos los que logren ver el mundo sobre sus pies, erguidos, cuando estén preparados para ello. Acelerar el proceso puede hacer que descuiden el gateo y la fase de dominar el suelo, con las posibles consecuencias que hemos comentado.

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